Querido amigo,
Esperaba no escribir esta
carta nunca. Deseaba tener la fuerza suficiente para acallar mis instintos. Me
daba mucha vergüenza confesar lo que mi mente y mi subconsciente dicen a gritos
en sueño. Pero ya no puedo soportar más esto y necesito contártelo.
¡No dejo de soñar contigo! Mas
no son románticos. Siempre acabo entre las sábanas con el cuerpo extasiadamente
agotado derrotado hasta la extenuación de tu infinita pasión.
Sueño con tu boca. Sueño
con esos besos que me queman cuando te
acercas a mis labios. Sueño con tu cuello tatuado, con lamerlo hasta perder el
sentido del gusto. Sueño con tu torso desnudo, con el olor de tus axilas cuando
estas sobre mí, asaltándome con fuerza.
Sueño con tu pantalón tejano,
con desabrocharte uno a uno los botones de tu bragueta, con el abultado boxer
cuando estoy arrodillada frente a ti abriéndome paso hasta tu sexo.
Sueño con la esencia que
emana de tu verga, con el perfume cuando está completamente dura a la espera de
sentir como la meto en mi boca para devorarla poco a poco, sin prisa,
saboreando cada centímetro gozosamente de principio a fin.
Sueño con tu leche inundando
mi garganta, derramándose por la comisura de mis labios mientras te siento estremecer
de la cabeza a los pies mientras tu boca no para de gemir y susurra… “¡No
pares! ¡No pares! ¡No pares!”.
He soñado una y mil veces lo
que es hacerte disfrutar de placer. He soñado una y mil veces como sería
turbarme ante tu cuerpo hambriento de mi carne. He soñado una y mil veces sentirme
agotada por tu fogosa e impetuosa virilidad. ¡Ya no quiero soñar más!
No te pido amor. Sólo anhelo pasar
una noche contigo, derretirme entre las sabanas con el sudor de nuestros
cuerpos rebosantes de apetito carnal. Quiero acabar exhausta entre gemidos y embestidas
sin fin de tu cuerpo sobre el mío. No espero rosas por San Valentín, ni regalos
al llegar una fecha anual, ni un anillo, ni una alianza, ni nada de eso. Deseo
tu cuerpo, tu calor, tu furia, tu parte más oscura, tu perversión más
silenciosa. ¡¡¡TE DESEO!!!
Ahora falta tu respuesta y si
me permites, no hace falta que escribas nada. Sólo que vengas y me tomes sin más
ni más.
¡Te espero!
ALBA
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