¡Tenía que ser él! No podía ser otro sino él.
Cuando Antonio Banderas fue premiado con el primer Goya de
este año, yo no pensé en el malagueño galardonado sino en un manchego del que
su carrera fue de la mano en sus inicios. Pensé en Pedro.
Hoy, cuando se ha entregado el Goya de Honor en la Gala del
cine español, Almodóvar ha salido al escenario con el galardón para que pasara
de sus manos a las de Antonio como estaba “escrito”.
Antonio, con su discurso ha estado magistral. Largo,
pesado, como si de un hombre mayor se tratara, con unas gafas tremendamente
horribles y mal colocadas quizás para parecer aún más viejo.
Desde que Banderas se desenmascaró como el primer
galardonado de los Goyas que se concedía este año, fue “criticado”, por así
decirlo, por su juventud ante un premio a toda una trayectoria profesional.
Había actores y actrices mucho más maduros a los que se consideró, por el
aprecio que muchos tenemos a todos los que nos han brindado año tras año con
sus actuaciones, antes que Antonio en nuestra mente, en nuestro escritos. Esto
no significa que el malagueño no se mereciera recibir ese reconocimiento por
parte de la academia y sus compañeros de profesión. La larga trayectoria de
Banderas dentro del cine, tanto español como extranjero, hace ya años que le
han valido no sólo el Goya Honorífico de la academia sino uno especial creado
para un abanderado como él que ha llevado tanto su talento, como su nacionalidad
bien alto por todo el mundo.
Pero esto no quita que por edad, hubiera otros actores y
actrices que deberían haberlo recibido antes que Antonio.
Sin embargo, como dice el dicho, Es de bien nacido ser
agradecido y por eso agradecer desde aquí a Banderas todo lo que nos ha hecho
disfrutar con su infinidad de personajes caracterizados en el cine.
De la Gala volver a insistir en la realización. Pese a que
las cámaras han estado más atinadas que en la anterior entrega, está claro que
NO ESTÁN PREPARADOS PARA EL DIRECTO. No sé cual es el problema pero hay planos,
sobretodo en momentos concretos, que deberían abstenerse al igual que no sé
cuantos cambios de cámara durante un minuto o dos de discurso. ¡SABEMOS QUE
TENÉIS CÁMARAS! ¡SABEMOS QUE SABÉIS UTILIZARLAS! Pero por el amor de Dios, una
cosa es tener y otra MAREAR que es lo que han conseguido. ¡¡¡QUE MAREO!!!
Lo mejor de estos GOYAS ha sido los premios al humor de la
mano de los actores de OCHO APELLIDOS VASCOS con nombres propios como Karra
Elejalde, Carmen Machi y Dani Rovira.
El momento más emotivo, aparte del siempre doloroso in memoriam
que nos recuerda a todos aquellos que nos dejaron del Séptimo Arte, el recuerdo
de la querida Amparo Baró en el discurso de Carmen Machi.
La mejor Película y la más premiada con diez Goyas, LA ISLA
MÍNIMA, una apuesta importante del cine andaluz.
Un film no debe verse sólo por los premios que se les
concede. Si sólo se visionáramos aquellas que ha sido galardonadas nos
perderíamos grandes historias hechas con mucho esfuerzo, con mucho talento y
tesón.
MORALEJA: El séptimo arte es uno de los que
más nos ilusiona en la vida. Como fin de este escrito de hoy, yo tengo una ilusión
muy grande dentro de esta categoría que compartir hoy con todos vosotros: ¡Soy
una aprendiz de escritora! Estoy perfilando mi voz propia a través de este blog
cada día un poco más. Sin embargo, en mi día a día, ya hay varios proyectos de
guiones que están tirando adelante, por desgracia fuera de este país. Anhelo,
deseo, espero que un día pueda estar nominada entre ellos y compartir, quizás
en la distancia por la falta de recursos, el mirar desde la pantalla y decir…
ahí está mi nombre, y no hace falta que sea en letra de oro, pero sí con la
fuerza que mis ancestros dejaron en mí con mis apellidos. La ilusión es
inmensa. El deseo más grande aún. El anhelo de ver esa ilusión cumplida, la
fuerza que día a día, me invita una vez más a seguir creciendo como escritora. ¡Disfrutad
de la vida! Pues pese a todo lo que se diga, es muy bella.