Para
mi ese deseo de ser nació de pequeña cuando me preguntaban que quería
ser de mayor y yo respondía que abogado. Con el tiempo me di cuenta que no sólo
yo deseaba sino también mis padres,
mi familia, mis profesores. Sus deseos eran más prácticos que los míos.
Deseaban que fuera buena niña, buena alumna, buena persona. La bondad era un
punto de partida buena pero a fin de cuentas,… ¿Alguien espera que su hijo sea
malo? ¿Qué su alumno no aprenda? ¿Qué su familiar acabe entre rejas? No creo
que nadie contestara afirmativamente a estas preguntas jamás. Cuando sus
funciones se cumplieron intenté cumplir las mías y me dí paso yo a mi misma a
darme una oportunidad para elegir mi propio mi camino. ¡Me equivoqué! Tengo que
reconocer que me caí una y mil veces deseando ser. Cuando entendí que aquel no
era el camino, aún tenía tiempo para elegir que ser y es cuando nació para mi ansiar
ser.
Mis ansias primeras fueron sencillas porque a fin de cuentas y
el futuro sigue siendo amplio ante los ojos de uno y no parece haber horizonte
para aquel que no para de mirar hacia delante, soñando de que TODO,
ABSOLUTAMENTE TODO,… es posible. Los demás seguían ansiando también cosas por mí
como que fuera una buena esposa, una buena madre, una buena hija,… pero pronto
me di cuenta que sus ansias eran mas sencillas que las mías y si los cimientos
habían sido medianamente buenos, eso estaba mas o menos garantizado. Pero mis
ansias, mis anhelos, mis aspiraciones fueron a más y más y más (jamás llegue a
pensar que ansiar fuera el punto de partida para perder de vista el horizonte
mirando más allá de la nada). Si antes me caía al desear sin llegar a entender
con el ansia fue aún peor. Perdí a mi mente en un absurdo tras otro. Trababa de
encontrarme y acababa mas perdida aún. Y las voces, esas malditas voces que te
rodean intentando en un absurdo ayudarte, NUNCA TIENE TU BIEN COMO BANDERA sino
que hagas lo que te toca por edad, por sexo, por religión, por época. Llegué a
escuchar que por ser una mujer casada uno ya no puede emprender una carrera
sino que tiene que pensar sólo en procrear y cuidar de los hijos. Llegué a percibir
la opinión generalizad de que una mujer a los veintidós ya tenía que tener el
segundo porque a los veinticinco ya se es mayor para ser madre. Llegué a oír que
el divorcio era la letra escarlata de aquella que no fue una buena esposa eligiendo
la opción moral menos acertada debiendo haber elegido como elección moralmente
menos reprobable dejar seguir el maltrato sistemático del que dormía a su lado
y tenías que obedecer aunque su te quiero
fuera con constantes golpes diarios ante sus vástagos a los que engendraste tras
una violación suya forzada por el alcohol y que jamás era suyos). Después de empezar a ensordecer esas voces
sin sentido según mi entender sencillo, empecé a descubrirme poco a poco y me
di cuenta que las ansias no era buenas y fue entonces cuando nació en mi llegar
a ser.
Llegar a ser está muy lejos aún pero descubrirlo esta resultando
ser la mejor de las tres aventuras de mi vida porque ya no escucho a las voces
que sólo viven con miedo, con rencor, con rabia, con una moral inculcada por la
represión y las amenazas. El destino de cada cual no está marcado. No se que
hay ahí delante, ni que me espera, ni que podré conseguir con mi esfuerzo, con
mis sueños, con mis ganas, con todas mis fuerzas,… pero el camino, bien os
digo, está siendo una gran experiencia para seguir disfrutando de la vida.
MORALEJA: PAULO COELHO dijo “El
camino de la magia -como, en general, el camino de la vida- es y será siempre
el camino del misterio.” ¿Quién tiene deseo, ansias o ganas de
llegar a desvelar su misterio 100 años antes? Yo ya os digo que prefiero seguir
disfrutando de la magia todo lo que pueda.