VIVIR
SIN CORAZÓN
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Volver a una casa
donde yo no estás
y respirar tu esencia
en cada estancia
sin tenerte nunca
más presente.
¿Qué debo hacer
ahora que te fuiste?
Hay momentos en
los que mi único
deseo es cerrar
los ojos y dormir,
pues tu habitas en
mis sueños.
Puedo hablarte,
sentirte de nuevo.
Es tan
gratificante esa sensación
de volver a estar
contigo.
Es como si nunca
te hubieras ido.
En ese otro mundo
Onírico
tu presencia una
realidad,
una con la cual me
siento
más cómoda en este
mismo instante.
Podemos volver a
compartir
palabras,
momentos, abrazos,
ilusiones,
esperanzas, sueños.
Algo me despierta
obligándome
a abrir los ojos.
Mientras la
realidad
me abofetea
fuertemente en la
cara.
Tú ya no estás,
sólo me queda
tu partida eterna,
tu calor distante,
tu recuerdo
lleno de ausencia.
Sólo me queda
acostumbrarme,
hacerme a la idea
que nunca más
estarás aquí.
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