Cuando
Francisco de Quevedo escribió este soneto (sólo pondré una parte:
Érase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa,
érase una alquitara medio viva,
érase un peje espada mal barbado;
érase una nariz superlativa,
érase una alquitara medio viva,
érase un peje espada mal barbado;
era un reloj de sol mal encarado.
érase un elefante boca arriba,
érase una nariz sayón y escriba,
un Ovidio Nasón mal narigado.)
érase un elefante boca arriba,
érase una nariz sayón y escriba,
un Ovidio Nasón mal narigado.)
refiriéndose a su amigo
Góngora, lo hizo para mofarse inteligentemente de un apéndice prominente que este
tenía es su cara, es decir, para mofarse de su nariz de forma muy inteligente
(es que en la antigüedad, tenían clase hasta para “insultarse” y lo hacían con
arte ya que por ambas partes, la capacidad intelectual era sublime).
Pero claro, cuando no tienes un contrincante con esa misma capacidad, la verborrea de la que tienes que hacer para no sólo mofarte sino también para ilustrar a tu contrincante, es como de lenguaje de parvulitos o incluso, lleno de chabacanería porque seamos serios,… donde no hay no hay.
Y
ahí va mi suave crítica:
Sr.
al que le parecía que era injusto que se subiera el IVA de las chuches y usted
ha subido no sólo las gominolas sino
hasta los tampones que de lo alto que están casi nos pasamos todo el mes la
mujeres como antiguamente, trapitos de algodón que luego tenemos que lavar a
mano, basta ya de intentar engañar, basta de auditorias, internas o externas,
que no harán más que ser una pantomima más de todo este circo de gilipuerteces que ustedes llaman
gobierno y que nosotros conocemos como indecencia a la enésima potencia y falta
de moral a la cuadragésima potencia. ¿Qué auditoria se hará del dinero negro o
B? No hay contabilidad de ese dinero oscuro y mal adquirido, y si la hay no se
puede mostrar a los auditores porque directamente ya estarían incurriendo en un
grave delito. Si las cuentas del partido no son claras o sí que lo son, abran
las puertas ya, AHORA, EN ESTE MISMO INSTANTE. No le den mas vueltas a un sin
sentido por quedar bien ante la opinión publica. ¡Es absurdo! ¿No se dan
cuenta?
Si
les queda un poco de rectitud en ese tope cuellil
mal amueblado a la que ustedes llaman cabeza, dejen de quedar como unos tontos
atontados y den la cara de una vez por todas. Mas vale decir: ¡Me equivoqué y
pido perdón! (como hizo su majestad Don Juan Carlos con lo de Botswana) que
seguir intentado salir de rositas de algo que les ha llenado de mierda hasta
más allá de eso que ustedes llaman testa.
MORALEJA: Queridos Don Quevedo y Don Góngora,… ¡Cuan lejos
quedaron ya vuesas palabras mis ilustres señores del verbo! De lo que fue ya
nada es y da pena que con lo que nos hemos quedado. Palabrarería mal encarada y por desgracia, sin narices para darle
un poquito de sentido a la verdad de las palabras. ¡Se os extraña señores! Mas
id con Dios vuesas mercedes, pues no les deseo tener que pisar una tierra que
antes fue raudal vivo de fuerza y rectitud y que gobierna la maldad suprema
hecha gobierno.