UN MEDIODÍA CUALQUIERA
Me cansé del verbo por el verbo,
de la carne por la carne,
de cuerpo por cuerpo.
Me cansé de la saliva sin beso,
del beso sin fervor ciego,
de la caricia como puro tramite
para avanzar rápido, muy rápido,
tratando no llegar tarde al fichaje
correcto tras el descanso concedido.
¿Quién concibió el delirio del
amor de manera tan pagana?
¿Quién permitió ese sin vivir
del deseo por el deseo,
del instinto por la bajeza
más vana de nunca hallarse pleno?
Si la locura alcanzó
un nuevo grado de demencia,
no pienso volver a deslizarme
por sus desvaríos.
Soy mujer y hembra,
cuerpo, mente, alma, ser.
Soy golpe y acierto.
Soy el deseo primero,
el último consuelo vivo.
Soy ilusión y vacío,
esencia y tortura,
perdición y camino,
tu guía y tu puta.
Sencillamente delicioso. Toda una protesta y declaración de intenciones...
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