OTRO MUNDO
Mis ganas de verte son inmensas.
Anhelo traspasar esto que nos separa,
más allá de la pantalla,
para encontrarnos tú, yo, a solas.
Ya estoy aquí, sentada en tu regazo.
Mientras tu mente lucha entre la certeza
o no,
me proteges para que no me precipite,
aferrándote con tus labios a los míos.
Imagino tus manos serpenteando
por mi silueta infinita,
tu respiración irregular desapareciendo
entre los pliegues de mi blusa,
tu ganas buscando sin prisas las mías
recatadas, no por desgana
sino por la timidez de esa primera vez.
Pienso en tu boca y me pierdo.
Pienso en tu boca y me pierdo.
La imagino receptiva, entregada
sin reservas, sin miedos,
sin desaciertos de incorrección alguna,
con la correcta personalidad de inspirar
un acto sin nada parecido al amor.
Siento tu aroma traspasar
Siento tu aroma traspasar
los efluvios enteros de mis sentidos
y hacerme perder los míos.
Ya no sé degustar, ni mirar,
ni olfatear, ni escuchar, ni sentir.
Tu ser despierta nuevos sentidos
sin nombre alguno en mi cuerpo
cincelado por las yemas de tus dedos.
Te aliento, tímido susurro,
Te aliento, tímido susurro,
me incita a desearte con más ganas,
me invita a no separarme de ti,
mientras repites mi nombre una, tres,
...
infinitas veces hasta deshacerlo en tu
pensamiento.
Quizás piensas que he perdido la cabeza.
Quizás piensas que he perdido la cabeza.
¡No amigo! Para nada.
¡Estoy más cuerda que nunca!
La cordura del furtivo,
del asesino de anillos,
del fugaz amante nocturno de una noche.
Mi ser renace sin prisas del vergel
infinito
donde nunca falta la fruta,
fresca, pura, gozosa.
Haciendo tiempo espera
tu boca mil veces hambrienta.
Morder, lubricar y dejar correr
ese néctar inexpresable que emana sin
fin
de tus voracidades, de las mías, de las
nuestras.
Al final nada… un vacío
más parecido al silencio.
Mientras las carnes retoman la pose
educada,
dos desconocidos se despiden al llegar
el alba.
Atrás quedó la noche,
abrazada a una sábana que nunca fue
vista,
a un coche oculto tras unos setos,
a un gemido anheladamente intenso.
Otro día, otro estado, otro sentir.
A fin de cuentas… ¡Otro mundo!