lunes, 14 de julio de 2014

LA ALEGRÍA DE LAS VACACIONES





Pese a ser el periodo del año donde más parejas deciden divorciarse, las vacaciones, siempre, están llenas de alegría y felicidad. ¿A quién no le gustan las vacaciones? Ya sean en julio, agosto, septiembre,… octubre, todos, absolutamente todos, disfrutamos de los días de descanso MÁS QUE MERECIDOS, como si no hubiera un mañana.

¿Qué es lo mejor de las vacaciones? Bueno, el poder alejarse del jefe durante dos, tres o cuatro semanas (aunque sólo sea un par de días), es sin duda, lo mejor de las vacaciones. ¡Que alivio! Es como si hubieras puesto unos zapatos tres tallas más pequeños y, cuando llega la hora de irse a casa y no volver hasta pasado un tiempo, te quitaras esas angustiosas torturas “pieciles” para poder no sólo liberarte de la presión, del dolor y de la angustia ocasionada sino, para sentirte en cierta manera, hasta aliviado por hacerlo.

Pese a que los niños estén todo el día detrás de ti, pese a los atascos que puedas encontrarte, pese a la salmonelosis que puedes llegar a coger por esa ensaladilla rusa comida que tenían tan buena pinta, librarse del jefe es LA MEJOR ALEGRÍA DE LAS VACACIONES sin lugar a dudas.

¿Que te tuestas al sol demasiado y te dan fiebre de cuarenta por la insolación? ¡No pasa nada! Mañana no tengo que ir a trabajar. ¿Que te quemas en la barbacoa del camping? ¡No pasa nada! Mañana no tengo que ir a trabajar. ¿Que te resbalas subiendo una montaña y al llegar abajo, de la zona culera del pantalón, no queda más que la ropa interior? ¡No pasas nada! Mañana no tengo que ir a trabajar.

Y no pasa nada por decirlo. ¡TRABAJAR CON PERSONAS DESPOTAS E INTRASIGENTES ES UNA CABRONADA! Pues sí. Todo el mundo es grandecito para saber lo que tiene que hacer y como lo tiene que hacer. No hay que estar todo el día, como un puñetero madero detrás del personal, como si de la señorita Rotenmeyer se tratara, diciendo: no te rías, no digas eso, no levantes la vista de los papeles, no te quejes por la luz apagada, no te quejes por estar a cuarenta grados, no hagas eso (ir al baño por ejemplo),… ¡¡¡CANSA!!! ¡¡¡AGOTA!!! ¡¡¡MOLESTA!!! Es una verdadera tortura laboral.

En fin, que cuando llega el final de las vacaciones, y toca enfundarse de nuevo los zapatos pequeños el primer día y recuerdas que tu responsable justo ha cogido las tres semanas siguiente a las tuyas y pasarás cerca de un mes y medio sin verlo, te da por salir a la terraza desnudo y gritar a voz en grito: ¡¡¡SOY INMENSAMENTE FELIZ!!!

MORALEJA: Bo Bennett dijo: “Un gran líder es el que puede ayudar a otros a descubrir su potencial por sí mismos”.

sábado, 12 de julio de 2014

GRACIAS POR QUERERME (poema)



GRACIAS POR QUERERME

Gracias por las sangre,
por el humor de tu besos,
por la humedad intensa de tu cuerpo.

Gracias por la punta de tu espada,
por las cadenas de tus manos,
por la tortura irrefrenable
de sentirse poseída por ti.

Gracias por la fuerza,
por esa virilidad firme,
por el sonido incansable
de tus gemidos ardorosos.

Si hubo un momento
de duda ni lo recuerdo.
Si se escapo alguna
acusación contra lo nuestro
ni siquiera lo escuché
estando tan lejos.
Si el mundo fue
construido así
para ambos,…
¿Por qué buscar motivos .
para cuestionarlo?
Esto es tuyo, mío, nuestro.
¡De nadie más!

Si mañana se acaba,
el recuerdo será tan bello
como hoy, como ayer,
cuando yacías en mi cama
desgastando mi nombre
entre susurros acelerados.

Si mañana todo se termina,
me quedará mucho
por lo que seguir agradecida.

Si mañana fuera el fin,
estaría preparada para
que la parca se me llevara
pues habría existido,
habría soñado, habría querido,
habría disfrutado y sobretodo,
habría vivido mi vida hasta el final,
sin miedo a perecer siendo
una más de la manada.

Gracias por las sangre,
por el humor de tu besos,
por la humedad intensa de tu cuerpo.


¡GRACIAS POR QUEREREME!

NO AL INDULTO






* Jaume Matas ingresará en prisión tras denegarle el indulto el Gobierno (enlace web: http://politica.elpais.com/politica/2014/07/11/actualidad/1405080403_611049.html).

Ya sé que hay un refrán que dice: “Si te ríes del mal del vecino el tuyo viene de camino”, pero tengo que asegurar que esta noticia, me ha alegrado el día. No creo que sea ser mala el ver que por fin hay algo que se hace como debe de hacerse.

Jaume Matas ex político, ex presidente del Partido Popular de Baleares y ex presidente del Gobierno balear en dos ocasiones. Procesado por doce delitos cometidos durante su etapa en el gobierno balear por prevaricación, cohecho, malversación de caudales, apropiación indebida, falsedad documental, tráfico de influencias, blanqueo de capitales, delito fiscal y delito electoral, especialmente en el contexto del caso Palma Arena. Condenado a 6 años de cárcel por la primera causa del caso Palma Arena, mediante sentencia de la sección Primera de la Audiencia Provincial de Palma de Mallorca dictada en el mes de marzo de 2012. Tras la sentencia, por miedo a entrar en prisión pese a ser demostrada sus continuas ilegalidades, solicita un indulto. Para dar más pena, su alegato para no ser metido en prisión fue que su encarcelamiento conllevaría "efectos desocializadores" sobre él y "en nada serviría para conseguir una supuesta reinserción social o reeducación", finalidad a la que, abunda, deben ir dirigidas las medidas privativas de libertad.

¡NADIE QUIERE IR A LA CÁRCEL! Pero para eso, la gente es consecuente con lo que hace o deja de hacer. ¡¡¡NO HAY CARCELES PARA LOS RICOS SEÑOR MATAS!!! Y de poco me importa ya si ahora sufre depresión, abandono, desasosiego interior, desarraigamiento social, frustración, locura transitoria o cualquiera de las enfermedades mentales que se quiera inventar. Durante AÑOS Y AÑOS vivió usted muy bien de la sopa boba. Lo peor es que con eso no tuvo bastante y por eso los doce, no ni uno, ni dos, ni tres, sino DOCE delitos cometidos durante su etapa en el gobierno balear. Lo siento pero no,… ¡¡¡NO ME DA PENA!!! Igual que no me la dio Ortega Cano y sus problemas coronarios tras haber matado a un hombre conduciendo en estado de embriaguez. ¡No! Lo siento pero no. No es que sea una mujer insensible o sin corazón, sino que estoy más que harta que pese a tener un puesto de privilegio en una sociedad como la nuestra, ustedes nunca tengan bastante y siempre quieran sacara más y más tajada dejando, como siempre, al pueblo con el culo al aire. ¿Que va a pasar nueve meses en prisión? No haber obrado como lo hizo.

Es estos momentos hay más de dos millones de niños y niñas‎ españoles que no tiene para comer. ¡¡¡ESE SÍ ES UN PROBLEMA!!! No el hecho de tener que entrar en prisión por haber sido ilegal. Eso es sólo pagar por sus delitos sin más ni más. Pero claro, en los mundos ficticios donde ustedes viven, no existe ni el hambre, ni la crisis, ni las injusticias, ni nada,… por eso en el mundo real le tocan pagar, por fin, a los que rompen los platos la cuenta aunque sea tarde.

¡Ya sabe! Nunca es tarde si la dicha es buena. ¡Acéptelo! Quizás eso sea lo mejor que haga en toda su miserable vida.

MORALEJA: Henri-Frédéric Amiel, (1821–1881) filósofo, moralista y escritor suizo, dijo: “Cuida tu reputación, no por vanidad, sino para no dañar tu obra y por amor a la verdad”.

viernes, 11 de julio de 2014

LOS NOVIOS DE LA MUERTE, LOS TORTURADORES DE IRAQ





Da gusto ver que las cosas han cambiado. Los medios digitales y las grabaciones, han conseguido que actos como la tortura no queden impunes.

Hoy, 10 de julio de 2014, un legionario ha sido detenido en su domicilio de Ronda en Málaga, por su posible relación con el maltrato infligido a unos presos en 2004 en Iraq que han aparecido en una grabación. El Juzgado Togado Militar sigue con la investigación para esclarecer los hechos.

Todo seguirá su curso tras la detención pues, tras una guerra, siempre queda una parte amarga que todo el mundo trata de esclarecer por poder paliar unas heridas no visibles escarmentadas contra una sociedad.

Sin embargo, en cuestión de esclarecer los hechos y poder poner bálsamos sobre el dolor, España no se distingue por su curación social. Más bien, aboga por el silencio, por seguir callando, pese a que la Guerra Civil Española hace ya mucho que acabó. ¿Por qué no se pueden hablar de nuestros muertos o desaparecidos en el periodo más negro de la historia de España? No sé si nunca sabremos esas respuestas. Lo que sí está claro, es que cuando algo se ha intentado remover en eses sentido, todo han sido trabas y problemas a todos los niveles imaginados. ¿Qué ocultan las fosas comunes sin lugar marcado? ¿Qué no desean que sepamos?

Por ejemplo, el juez Balsatar Garzón dijo adiós a la carrera judicial al ser condenado a 11 años de inhabilitación por sus formas, según los jueces del Tribunal Supremo, nada correctas, en algunos casos de corrupción. El Supremo pone fin así a la trayectoria del juez español más reconocido a nivel internacional, cuyo triple encausamiento ha sido descalificado por juristas de todo el mundo. Es también el punto final a sus 31 años de carrera judicial, 22 de ellos en la Audiencia Nacional, durante los que desarticuló el entramado de ETA y su entorno, combatió otras formas de terrorismo, desmanteló multitud de redes de narcotráfico y blanqueo de capitales, ordenó la detención del general Pinochet y persiguió los crímenes contra la humanidad de dictaduras latinoamericanas.

Pero Garzón no fue apartado sólo de los juzgados por sus actos calificados de “ilegales” sino porque trataba, acosar todos los crímenes contra la humanidad de dictaduras incluida la sufrida en España durante cuarenta años. ¡Eso le costó su cargo!

Me alegra tanto que se intente impartir justicia por unos maltratos causado a prisioneros hace tan sólo una década, que me resulta francamente horrible que casi cuarenta años después de la muerte de Franco, aún no podamos buscar libremente a los nuestros y enterrarlos como se merecen. ¿Qué pasó? ¿Que tratan de que siga enterrado? ¿Por qué? Deseo que alguna vez estas preguntas, obtengan las respuestas que merecen. Hasta entonces, seguiremos luchado por buscar los restos de aquellos que jamás aparecieron.

MORALEJA: James Baldwin, (1924–1987) escritor estadounidense afroamericano, dijo: “La guerra terminaría si los muertos pudiesen regresar”. Con esta máxima, llevamos dos reyes y muchos años, esperando acabar con la guerra en nuestro país. ¡Ya es hora de que alguien nos proporcione su fin!

miércoles, 9 de julio de 2014

LA VIDA NO ES UN PAÑUELO





Hay momentos en los que uno debe de tomar las cosas de frente y hacer las preguntas más adecuadas para preguntarse que está pasando verdaderamente tras “algo” de lo que sólo conocemos una parte. Las hipótesis son suposiciones hechas a partir de unos datos que sirve de base para iniciar una investigación o una argumentación. De eso es de lo que hablaré hoy y de cómo la vida no es más que un cúmulo de casualidades.

En el año 2001, el 26 de octubre, perdí a una de las personas más importantes de mi vida: hermano mayor de mi madre, que a los 44 años de edad, tras un derrame cerebral, nos dejaba abandonados y solos. ¡Fue un duro golpe!

Mi tío era como un padre para mí. En su cartera siempre llevaba una foto de cuando yo era pequeña y me tenía mucho cariño (no sólo a mí, sino a todos sus sobrinos, amigos, ahijados,… ¡¡¡ERA UN GRAN HOMBRE!!! Tras su muerte, la plaza de donde él había vivido los últimos años, fue nombrada con su nombre en su memoria. ¡Así de especial era para todos!). En aquella época, mi tío, hizo todo lo posible para poder estar en nuestra boda (mi hermana se casaba en febrero y yo en junio de 2002). Por aquel entonces, tanto las fechas como por la distancia (vivía en un pueblecito de Marbella en Málaga) le obligó a sacrificar sus vacaciones en pos de poder disfrutar, tanto en febrero como en junio, de unos días para ver casarse a dos de sus sobrinas. ¡No llegó! Cinco meses antes de que se casara mi hermana y nueve antes de que me casara yo, nos abandonó para siempre un viernes amargo que recordaré toda mi vida.

Supongo que no hace falta que explique el dolor que alguien siente cuando recibe una llamada de este estilo. Tu mente se bloquea, tu corazón parece pararse por un instante, y no eres capaz de pensar (al menos si tenías un sentimiento especial por esa persona que se va sin previo aviso en una edad temprana). No estaba mi responsable en la empresa, y al ser viernes, yo cogí, llamé a mi novio, ahora mi esposo, y hicimos todos los preparativos para ir a dar el último adiós a mi tío teniendo que salir a medio día de la empresa (no regresé por la tarde).

Éramos personas sencillas y humildes (ahora también). El vehículo era el único medio de transporte del que disponíamos para poder llegar desde donde vivíamos (mas de mil kilómetros de distancia), hasta donde sería enterrado. Íbamos dos coches: mi cuñado y mis hermanas en un coche y yo en otro con mi pareja y mi prima. Si un viaje largo ya es un palo en coche, imaginad si como es para tener que asistir al entierro de alguien con el dolor y la pena que uno lleva encima cuando alguien se marcha. ¡Es horrible! Francamente una tortura que no se le desea ni al peor de tus enemigos.

Después del entierro, yo no tuve fuerzas de nada más. Cogí mis cosas y retrocedí a mi casa, en cuanto su cuerpo descansó en el cementerio. Ya no podía hacer nada más. Llegamos el domingo tarde. Me fui a la cama y al día siguiente, me fui a trabajar. Vestía de luto (lo hice por respeto durante cuatro meses). Todo el mundo me dio las condolencias por mi perdida. Todos menos uno, que en vez de darme el pésame, me recordó que yo no tenía derecho a abandonar mi puesto de trabajo por la muerte de un familiar de tercer grado de consanguinidad (que se equivocaba, pues por un familiar de tercer grado te dan un día de permiso). ¡Yo no pude replicar! Me pareció tan duro que alguien pudiera, delante de una persona afectada física y moralmente, retraerle una cosa así, era más que surrealista para mí. Yo sólo había faltado medio día y obviamente, mi causa era más que justificada. ¿Quién era esa persona sin escrúpulos ni corazón? El gerente de la empresa en la que yo trabajaba en 2001, el responsable que debería haber estado en su puesto aquel vienes o que debería haber tenido el móvil encendido para informarme de todo eso en vez de tirármelo a la cara, tres días más tarde (yo trabajaba de lunes a viernes por aquel entonces y llevaba tres años de reconocida de cumplimiento de mis labores en el trabajo. ¡Ni una queja por parte nunca de nadie! Es más, entre como auxiliar administrativa y por méritos propios, llegué a oficial de segunda en administración).

Ahora, un asunto no tan parecido pero sí con toques muy familiares para mí, luego os diré porque, me han hecho recordar aquella experiencia detestablemente dura de mi vida.

Ayer fue enterrado Alfredo di Stéfano, presidente de honor del Real Madrid y gran jugador de fútbol.

Alfredo Stéfano di Stéfano Laulhé, de 88 años de edad y nacido en Buenos Aires, era un exfutbolista y exentrenador argentino, nacionalizado español, y jugador histórico de los clubes River Plate, Millonarios y Real Madrid, siendo desde el año 2000 presidente de honor de este último.

En mayo de 2013, pese a que la Saeta Rubia, como era conocido Alfredo, siempre habría brillado por méritos propios, el anuncio de su enlace con su secretaria cincuenta años menor que él, hizo que ocupara momentáneamente, la prensa del corazón. Pese a que sus hijos estaban en contra, el justificaba su pronto encale porque estaba enamorado y llevaba ocho años viudo. Sus palabras textuales fueron: "Tengo 86 años, pero el corazón joven".

Tras el anuncio de su enlace, el diario El Mundo Deportivo, se hacía eco de unas horripilantes declaraciones por parte de la prometida de Alfredo. Gina González, afirmaba que denunciaba, públicamente, que este estaba 'secuestrado' por su familia, por sus hijos. "Su libertad está siendo arrebatada", aseguraba Gina González a través de un comunicado. "Alfredo necesita ayuda, no le dejan hablar por teléfono", asegura su joven prometida en este periódico de mayo de 2013.

En referencia al patrimonio que poseía (por lo que cualquier hijo pensaría que se produce un enlace con tanta diferencia de edad), en febrero de 2012 La Saeta Rubia decidió donar al Real Madrid, del cual era presidente honorífico, 659 objetos personales de incalculable valor para que fueran expuestos al público. Según las declaraciones que hizo Di Stéfano: "Tuve ofertas ajenas al Madrid para hacer un Museo con todos estos objetos, pero las rechacé y esperé a que volviese el actual presidente, Florentino Pérez, para donar a la entidad todos estos recuerdos".

En mayo de 2013, días antes del anuncio de su enlace, el Extraconfidencial.com publica el siguiente titular: Lucha por el patrimonio de Alfredo Di Stéfano: no posee ninguna propiedad en España y su única sociedad, ADS Awards, cerró el 2011 con un beneficio de tan sólo 62.295 euros (Según el Registro de la Propiedad nº 2 de Valencia "no aparecen titularidades vigentes a su favor en todo el territorio nacional").

Hay una frase de una película (recuerdo la frase pero no la película) que decía así: “Nos dan la independencia porque no tenemos nada de valor”. Quizás esa merma de libertades por parte de sus hijos contra su padre, no es por el temor que comenta un error, sino, simplemente, un acto de egoísmo supremo sobre un capital sin definir que obviamente desean para ellos tras su fallecimiento (ahora ya un hecho) sin oportunidad alguna de dejarle “ser feliz” como el deseaba serlo. Tras su muerte, todo llantos y, por otro lado, cierto alivio para algunas personas cercanas al circulo de Alfredo.

¿Recordáis lo que os conté antes? ¿Recordáis a aquel hombre cruel que os comentaba que había tenido a mal que hubiera ido a enterrar a mi tío? Bien, ahora una pregunta ¿Sabéis qué es Seis grados de separación? Se le llama “Seis grados de separación” a la hipótesis que intenta probar que cualquiera en la Tierra puede estar conectado a cualquier otra persona del planeta a través de una cadena de conocidos que no tiene más de cinco intermediarios (conectando a ambas personas con sólo seis enlaces), algo que se ve representado en la popular frase «el mundo es un pañuelo». La teoría fue inicialmente propuesta en 1930 por el escritor húngaro Frigyes Karinthy en un cuento llamado Chains.

Aquel año en el que mi tío falleció, también conocí a una de las hijas de Alfredo di Stéfano. Era y es, la mujer, la esposa del gerente de la empresa en la que yo trabajaba cuando falleció mi tío. No diré el nombre de él. ¡Para qué! Ni tampoco cual de las hijas de Alfredo es. Pero según el refrán “Dime con quién andas, y te diré quién eres”. Es obvio que los hijos NUNCA buscan la felicidad de sus padre si hay dinero de por medio. Es más, ni siquiera buscan que viva medianamente bien. Si la mujer de treinta y seis años con la que quería casarse Alfredo, iba o no tras su dinero, sólo a él debería haberle importado. ¡¡¡ERA SU PATRIMONIO!!! No el de sus hijos. Ahora, que su reloj vital se detuvo, duele ver que poco amor recibió toda su vida de aquellos que llevaban su misma sangre.

MORALEJA: Enrique Jardiel Poncela, (1901-1952) escritor español, dijo: “Por severo que sea un padre juzgando a su hijo, nunca es tan severo como un hijo juzgando a su padre”.

Descansa en paz Alfredo que con lo que has vivido nada más que gloria te debe esperar allí en los cielos.

UNA FIESTA MÁS (relato)





No creáis que todas las despedidas de soltera son divertidas. ¡Para nada! A veces es más una obligación que un deseo de pasarlo bien. Eso nos pasó a Azucena y a mí con la despedida de Mónica. Formábamos parte de su equipo de trabajo y ella, nos consideraba como “sus hermanas del trabajo”. Azucena y yo odiábamos a Mónica. Era la hermana del jefe, una niñata engreída, consentida, estúpida que no servía ni para pisa papeles. Pero obviamente, a parte de cobrar más que nosotras, teníamos que arreglar todos los desastres que organizaba en el trabajo que eran para despedirla cada cinco minutos. ¡ERA IDIOTA! Y ni siquiera era capaz de ver la repulsión que causaba tanto en Azu como en mí. ¿Sabéis como nos invitó a la despedida? Vino y nos dijo: “¡Chicaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaass! ¡¡¡QUE ME CASO!!! Oye, estoy hay que celebrarlo a lo grande. ¿Vale? Le diré a mi madre que llame a una de esos lugares para que monten una SUPER PARTY. ¿Qué os parece? ¡¡¡NOS LO VAMOS A PASAR GENIAL!!! Eso si chicas, no os preocupéis por nada. ¡¡¡LO PAGA TODO MI HERMANO!!!”.

“¡Será bruja!” Pensamos nosotras dos a la vez y nos miramos como si nos hubiéramos leído el pensamiento. Sonreímos por el flash que nos ha había dado mental y ella no se dio ni cuenta.

Así que ya nos tenéis a nosotras dos, tres meses más tarde, en una fiesta con aparente mucho glamour pero con gente igual de “avispada” que Mónica, entre ellas, su madre. ¡Dios! ¡Que agobio! Por suerte la fiesta se celebraba en un Hotel donde se habían montado un par de despedidas más y había una discoteca medio en condiciones. Cuando corrió el vino, el cava, la sangría, y demás licores, y la fiesta empezó a hervir por el alcohol, Azu y yo nos escabullimos sin ser vistas a la discoteca. Al entrar nos topamos con dos chicos, que al igual que nosotras, se habían escapado de la fiesta de soltero de su compañero de trabajo (que era un “jefecillo” alma gemela con nuestra niñata engreída). Empezamos a hablar, a despotricar de ambos, a reír, a bailar. Se llaman Pablo y Santi, altos, uno rubio y otro moreno (en un momento de efervescencia, ambas habíamos dicho que podrían pasar por los Modern Talking versión 3.0. A ellos no le hizo mucha gracia pero a nosotras nos entro una tontería con la ocurrencia, la mar de agradable).

Pasaron las horas sin apenas darnos cuenta. A Santi se le ocurrió una locura: “¿Nos largamos en una de las limusinas?” Tanto ellos con su “amigo” como nosotras con nuestra “amiga” habíamos venido en varias limusinas. Nos pareció muy buena idea ya que estaban alquiladas para devolvernos a casa durante toda la noche sin importar la hora, ni si llevaran una persona, dos o tres.

Nos fuimos en una de las limusinas blanca que habían alquilado para la despedida de Mónica. El chofer nos preguntó que donde nos llevaba y Pablo dijo: “Deseamos un viaje largo. ¿Puede ser?” Puso un tonillo pedante y el chofer lo tomó como el “responsable” que los había alquilado, es decir, por el hermano de Mónica. “Claro que sí señor. Todo el coche y todo lo contratado, está a su disposición” respondió educadamente el conductor.

Nos subimos los cuatro. Nada mas arrancar Pablo le pidió al chofer que cerrara la parte que conectaba delante y detrás y que no dejara de conducir. El chofer, sin decir nada, cerró el cristal de separación.

Santi preparó unos cóctels de creación propia y lo que había empezado como una fiesta más, estaba siendo una gran noche.

Entonces nos propusieron un juego: ¿Harías todo lo que haríamos? Empezaban ellos en plan de coña tocándose la nariz. Nosotros teníamos que hacer lo mismo y ampliar con un nuevo gesto. Quien se negara a hacer algo,… perdía pagando prenda. Nosotras nos acariciamos el pecho por encima de la blusa. Ellos nos miraron con los ojos como platos, pero a la hora de tocarse, les dio reparo. Se quitaron las camisas. Ellos se pusieron con el culo en pompas y uno le dio un azote al otro y viceversa. Nosotras lo hicimos y ampliamos, metiendo la cabeza entre los pechos de ambas, por turnos, y moviendo un poco las cabezas. ¡¡¡Aquello les dio también corte!!! Les costó los zapatos y calcetines (doble prenda por no hacer dos de seguidas). La próxima que hiciéramos, ellos tendrían que repetirla sí o sí, hiciéramos lo que hiciéramos. Ellos, se pellizcaron los pezones el uno al otro. Nosotros lo repetimos y ampliamos con un apasionante beso lésbico, derritiendo todo el hielo de la limusina de lo caliente que fue. Cuando les miramos no podían ni moverse de la impresión. Las risas habían cesado y era todo lujuria lo que había ya en sus miradas. Se quitaron los pantalones, la camisa y la corbata y se abalanzaron salvajemente sobre nosotras. Nos quitaron la ropa rápidamente. Los habíamos calentando a más no poder. Pero les pedimos una cosa antes de seguir:

“Como no habéis hecho nada de lo que hemos hecho, pedimos una cosa: las dos queremos estar con los dos” aquello los hizo enloquecer aún más de deseo.

Me monté encima de Santi, que tenía su miembro descomunal, y Azu hizo lo propio con Pablo. Empezamos a movernos como amazonas, sobre ellos, sintiendo como iban creciendo más y más sus vergas en nuestros sexo. Ellos gemían y nos miraban a las dos deseosos de probar más y más.

Hubo un momento, en el que Azu y yo, otra vez instintivamente, nos paramos a la vez y empezamos a comernos los pecho (yo a ella y luego ella a mí, aún con sus miembros dentro de nosotras). ¡Dios! No paraban de gritar mientras nos veían gozar la una de la otra. Empezaron a moverse ellos, para hacernos gozar más con sus embestidas. ¡Fue algo increíble! Sentir los labios en tus pechos, mientras su sexo te atravesaba por dentro una y otra vez, nos encantó a ambas. Pudimos ver como se derramaban para nosotras en nuestro interior. Les dejamos reposar un poco, y mientras la limusina seguía en marcha, Azu y yo, nos arrodillamos una enfrente de la otra. Dejamos deslizar nuestros dedos ella dentro de mí y yo dentro de su sexo. Ellos tenían que mirarnos y reponerse para poseer a la otra. Nosotras disfrutábamos de ser observadas, de ser admiradas y del placer que nos estábamos dando con nuestros dedos deslizándose una y otra vez, por nuestros respectivos clítoris. Gemíamos, nos derramábamos una en la mano de la otra, pero no parábamos. ¡Deseábamos más! Estaba claro de que no teníamos límite alguno. Las dos éramos diestras en el arte de la masturbación femenina. Sabíamos cuando acelerar, cuando apretar, cuando dar más fuerte, cuando juguetear, y aquello, nos hizo estar más de media hora larga, jadeando lujuriosamente una y otra vez, cada vez que encadenábamos un orgasmo tras otro, tras otro, tras otro, tras otro.

Los chicos se reestablecieron y nosotras, les facilitamos lo que deseábamos. Arrodilladas, nos tumbamos, reclinadas hacia delante, dejando nuestros traseros duros y firmes, para ser asaltados de forma lasciva. Ellos se pusieron detrás de nosotras, esta vez Pablo conmigo y Santi con Azu, y nos acometieron con sus sexos de un golpe. Las dos gritamos de goce a la vez. Luego, se recrearon haciendo sentir sus sexos entrar y salir muy lentamente de nuestros culos, para hacernos disfrutar plenamente de cada centímetro de su virilidad renacida. ¡Fue increíble! Llegaron unos azotes fortuitos y gozosos, mientras las embestidas, subían progresivamente tanto de fuerza, como de ritmo. El ritmo seguía acelerándose, y nosotras, no podíamos ni queríamos controlar nuestro placer. Gemíamos, jadeábamos, gritábamos, nos corríamos una y otra vez con ganas siempre de más. ¡Era impresionante! Ellos esparcieron su leche dentro de nosotras de nuevo y nos quedamos los cuatro, casi sin fuerzas, tumbados en el suelo de la limusina unos mezclados con los otros. Pasado el tiempo, pedimos que nos llevaran de nuevo a la fiesta y nos dimos los teléfonos con una nueva petición: la próxima vez donde podamos ser más de cuatro. Se miraron cómplicemente uno como otro, y sin pensarlo dijeron: “Sólo deseamos que ese día llegue muy pronto”.  

lunes, 7 de julio de 2014

DÍA DE FIESTA





Es la una de la mañana y no tengo sueño. Hoy empieza un día de fiesta local y tengo que aprovecharlo. El calor de julio no me deja conciliar en sueño. Me levantó, salgo al pequeño balcón de mi casa y contemplo la noche. Corre aire y se está fresco (si no me tomaran por loca esta noche dormiría aquí, me digo para mis adentros).

Pasan los minutos sin darme cuenta. La calle está tranquila y desierta. En un reloj lejano marcan las dos de la mañana. Nadie, salvo yo, lo ha escuchado. Es como si hubiera llegado el fin de mundo y ya no quedara nadie, absolutamente nadie. No se oye ni un pájaro, ni se ve un insecto revolotear bajo la luz de las farolas, ni el murciélago que va en su busca. No se escucha nada. ¿Me habré quedado sorda? ¿Soñé el repicar de las dos? ¿O es esto el silencio absoluto? Lejos de asustarme, me recreo en esta ausencia de ruido. Reconforta esta paz sublime que ofrece la madrugada. Nunca me había sentido tan bien en mi vida.

El aire empieza de nuevo a mover las hojas de los árboles. Poco a poco, su rumor de vaivén, vuelve a contaminar la atmosfera del silencio con sus ruiditos. Los coches, cuatro contados, han empezado a pasar. ¡Hay gente dentro! No es el fin del mundo. El autobús de la línea nueve hace una parada justo debajo de mi balcón. Alguien baja. No lo veo. Tampoco hago por buscarlo con la mirada.

Un chico joven baja por la avenida. Son las dos y media de la mañana. No parece tener más de dieciséis. Su pantalón corto y su camisa de tirantes no le hace tener frío. No huye pese a lo oscuro de la noche y sus cuatro sonidos contados. Su caminar es lento, como el de cualquiera un día normal a cualquier hora del día. Se me hace extraño verlo tan decidido y sin preocupaciones a las dos largas de la mañana. Quizás si lo viera caminar así a las dos de la tarde hasta me pasaría inadvertido. Sin embargo, a esta hora, me crea controversia.

¿Controversia? ¡Que palabra! Quizás si alguien se percatara de mí, de una mujer en pijama de verano, también con camiseta de tirantes y pantalón mucho más corto que el del chico, asomada a un balcón a las dos largas de la mañana, también yo fuera tomada como una controversia de otro. Me río pero nadie me ve sonreír por la ocurrencia lógica.

Me gustaría subir a la azotea. ¿Por qué no lo hago? Tendría que ser fantástico tumbarse allí arriba en el suelo y mira el cielo sobre ti. Podría esperar a que pasara una estrella fugaz o mil y pedir millones de deseos que me daría igual que nunca se hicieran realidad.

Son las tres de la mañana y de nuevo, el silencio ensordecedor, lo inunda todo. Quizás sea hora de que vaya a la cama, pero no tengo sueño. Me tumbaré, esperaré sin más a que llegue el día y quizás, de cansancio, mis propios ojos se cierren para que sueñe o simplemente descanse.

¡Buenas noches a todos! Digo en mi mente pero nadie lo oye. ¡Lógico! Todos descansan ya desde hace horas. Sólo los locos de corazón inquieto, vivimos de madrugada refugiados en nuestros pensamientos.

MORALEJA: Brassaï (seudónimo de Gyula Halász 1899-1984) fotógrafo húngaro conocido por sus trabajos sobre París, dijo: “La noche sugiere, no enseña. La noche nos encuentra y nos sorprende por su extrañeza; ella libera en nosotros las fuerzas que, durante el día, son dominadas por la razón”.