De
un tiempo a esta parte se ha hablado mucho sobre que en el mundo actual de que
el sexo débil son los hombres. Podríamos decir, que en pleno siglo XXI el género
endeble, que se refería a nosotras antes, a pasado a ser parte de ellos.
Sinceramente
no estoy de acuerdo con esa afirmación y creo que es porque no creo que sean el
sexo débil de la pareja, simplemente, que sexualmente, son mas débiles que
nosotras. ¿Por qué digo esto? ¿Es qué quiero tener una vendetta con todos los
hombres que lean esto? Principalmente no y para nada lo considero una vendetta
sino una explicación lógica de un hecho claramente físico. ¿A qué me refiero?
Es muy simple, si una mujer es multiorgásmica puede tener infinidad de orgasmos
mientras que en un hombre, eso de ser multiorgásmico, no se ha comprobado
porque simplemente no existe. Es más, y parecer feminista, creo que incluso
después del primero, que suele llegar demasiado pronto para nuestro gusto, el
gusto femenino me refiero, el segundo suele costar mucho más, el tercero mejor
no pensar, el cuarto forma parte de la fantasía femenina, el quinto es una
utopía, el sexto es un milagro y el séptimo, si existiera en un hombre,
significaría para él morir con las botas puestas, así de simple.
Eso
si, lo que más me gusta de la nueva raza de hombres sexualmente débiles es que,
cuando llega la hora de demostrar lo que valen,… meten la pata siempre. Nos
llenan los oídos de palabras, casi nos convencen con una u otra treta y cuando
consiguen que aceptemos probar con ellos, o te dejan a medias, o no están preparados,
o les han superado las expectativas, o simplemente no se les levanta (esto es
mucho más frustrante que lo anterior sobretodo si te han piropeado en demasía
pues eso significa, que al verte desnuda, o se han vuelto de la cera de
enfrente o de tres calles más abajo). ¿Pensáis que exagero? Os contaré una
anécdota reciente. Fuimos el año pasado a celebrar mi cumpleaños y luego, como
mujeres con armas ocultas de mujer, nos fuimos a bailar. Se me acercó un chico
para intentar conocer a una de mis amigas. Cuando se la presenté, por cortesía,
el chico empezó con el típico de querer cautivar a la chica en cuestión (ella,
tenía novio y ahora está casada). Para cautivarla le trajo una copa, le dijo lo
guapa que era,… y os podéis imaginar lo empalagoso y a la vez sensible que era
el hombrecillo (a hombre, ya os digo y no es ser mala, no llegaba). Ella le
dijo que se sentía muy alagada pero que tenía pareja. Él al oírlo no se enfadó
pero dijo,… ¿Me podrías presentar a tu amiga a ver si ella quiere? ¿Perdona?
¿Hace un rato me estabas regalando al luna envuelta en diamantes, me decías que
yo era la única, que harías todo lo que yo te pidiera sólo por besar mi boca y
ahora me dices que te presente a mi amiga por si ella quiere? ¿Si ella quiere
que? ¿Estar con un tío veleta que se mueve según sople el viento? ¿Un hombre
sin personalidad, sin empuje y más corto que las mangas de un chaleco? El no se
molestó ni nada porque aquello, todo lo que estoy escribiendo, no se lo dijo,
eso lo pensé yo cuando me lo contó ella sólo dijo,… ¡¡¡PERDONA!!! Y se fue con
nosotras otra vez.
En
fin, en resumen, que no se trata de ser feminista o machista, que no se trata
de criticar en unos en pos de otros. La verdadera razón es que, a veces, la
respuesta de la neurona llega tarde y claro, al hablar las hormonas no
satisfechas, suele parecer, hasta el príncipe azul mas pintado, un verdadero
imbécil con cuerpo de proyecto de hombre y cabeza hueca.