lunes, 11 de agosto de 2014

TE REGALO CIEN DESEOS





El cielo, inmóvil, tranquilo, con una luna más que bella coronando en lo más alto del firmamento.

Hoy el espectáculo anual de la lluvia de estrellas, toma una nueva dimensión de lindeza pues la lluvia de Perseidas es infinitamente más espectacular de ver, observar y compartir, si pudiera darse el caso, con alguien especial.

Esta noche que se precipitan tras la caída del sol, pese a que la gran luna no se lo pondrá fácil, seguro que podremos disfrutar de un espectáculo divinamente bello del verano con una noche infinitamente agradable.

Las perseidas, popularmente conocidas como las lágrimas de San Lorenzo, son una lluvia de meteoros de actividad alta. No es la mayor lluvia de meteoros, pero sí la más popular y observada en el Hemisferio Norte debido a que transcurre en agosto, mes de buen tiempo y vacacional por excelencia.

Según nuestros amigos de Wiki, son meteoros de velocidad alta aproximadamente de unos 59 km/s que radian de la constelación de Perseo o Perseus. Por tanto su alta declinación de 58 grados que nos permite su observación en regiones australes, ya que desde el ecuador alcanza tan sólo los 32° de altura.

Las perseidas son también conocidas con el nombre de lágrimas de San Lorenzo, porque el 10 de agosto es el día de este santo. En la Edad Media y el Renacimiento las perseidas tenían lugar la noche en que se le recordaba, de tal manera que se asociaron con las lágrimas que vertió San Lorenzo al ser quemado en la hoguera.

El registro más antiguo que se tiene de la actividad de las perseidas es del año 36 d. C., de los anales históricos chinos donde se cita un pico de meteoros en esas fechas. Pero no fue hasta 1835 cuando el astrónomo belga Adolphe Quetelet muestra que se produce una lluvia de meteoros, de forma cíclica en agosto, con su radiante en Perseo.

El astrónomo Borja Tosar dice que además de la nubosidad tendremos otro factor en contra para la visión de la lluvia de Perseidas: la luna. Porque no será una luna normal. El satélite de la Tierra ha optado por aguar la fiesta a los voyeurs galácticos y hacerse un 10 % más grande y hasta un 30 % más brillante. Esta superluna iluminará de más el hemisferio e impedirá contabilizar todas las estrellas fugaces que veríamos en una noche estándar. La cercanía del astro que rige las mareas es la causa de que podamos verla en casi todo su esplendor, aunque el fenómeno chafe a medias la lluvia de estrellas. Pero no todo son desventajas. Según Borja Tosar, las que veamos «serán las mejores y más potentes» y viajarán al ralentí.

Si podéis, tanto si trabajáis mañana como si no, hoy es un buen día para quedarse mirando el cielo y contemplar esta fabulosa danza fugaz de la naturaleza en todo su esplendor.

El cielo ni quiere ni puede esperar más. ¡Llego la hora de admirar la grandeza que vive sobre nuestras cabezas!

MORALEJA: Vicente Risco, (1884-1963) político galleguista conservador, escritor e intelectual español del siglo XX, miembro de la generación Nós, dijo: “Desde el lugar más reducido del mundo, cualquier hombre puede contemplar la inmensa grandeza del firmamento”.

domingo, 10 de agosto de 2014

CUATRO CABALLOS. CUATRO JINETES





Lejos de la religión, lejos de todo lo que rodea al capitulo sexto del Apocalipsis y, sobretodo, mas allá de “presagios” anunciando en fin de mundo, hay algo que se mueve más allá de nuestro entendimiento. Sin miedo al dramatismo pero con el convencimiento que sólo expresando un temor es capaz de ser erradicado de uno mismo, vamos a adentrarnos en esos cuatro caballos, en esos cuatro jinetes que anuncian en fin. ¿El fin de qué? ¡Quien sabe!

Caballo Blanco y el jinete era conocido como la Victoria, la Conquista, el anticristo a caballo con un arco en la mano para alcanzar con su saeta, los lugares más lejanos del mundo. Podemos filosofar y pensar que, en cierta manera, una Victoria no está exenta de muertes. Hay gente que pereció para que alguien se alzara con ella y es por eso, que no puede dejar se ser tomada como algo consecuente tras un conflicto, choque de ideas, etc. ¿Anticristo? Esto ya ahonda más en el asunto religioso. Si fuera según las sagradas escrituras, será el imitador de Dios que viene a la tierra para obtener su reinado, su victoria sobre el creador.

Caballo Rojo y el jinete era conocido como la Guerra. ¿Cuántos países están en la actualidad en Guerra? Veintidós países están bajo un conflicto bélico:

·        Afganistán en guerra desde 2001.
·        Argelia en guerra desde 1992.
·        Birmania en guerra desde 1948.
·        Chad en guerra desde 2006.
·        Colombia en guerra desde 1964.
·        Etiopía en guerra desde 2007.
·        Filipinas en guerra desde 1969.
·        India en guerra desde 1967.
·        Irak en guerra desde 2003.
·        Israel y Palestina en guerra desde 2000.
·        Nigeria en guerra desde 2001.
·        Pakistán en guerra desde 2001.
·        República centroafricana en guerra desde 2006.
·        República del congo en guerra desde 1998.
·        Rusia en guerra desde 1999.
·        Somalia en guerra desde 1988.
·        Sri Lanka en guerra desde 1983.
·        Sudán en guerra desde 2003.
·        Tailandia en guerra desde 2004.
·        Turquía en guerra desde 1984.
·        Uganda en guerra desde 1986.
·        Yemen en guerra desde 2004.

Caballo Negro y el jinete era conocido como el Hambre. Casi novecientos millones de personas pasan hambre en el mundo. La pobreza que se intensificado en países desarrollados, ha hecho que este índice se dispare. Muchos son los historiadores y sociólogos que han dado un toque de alarma sobre este asunto. Las distancias entre ricos y pobres, causadas por la sociedad, puede ser sin lugar dudas, el inicio del caos y con ello, el fin de las sociedades tal y como las conocemos. Si esto siguiera de esta manera y fuera in crescendo, como hasta la fecha, pronto nos encontraríamos en una situación a nivel mundial muy comprometida por no decir apocalíptica.

Caballo bayo y el jinete era conocido como la Muerte. Si lugar a duda después de imposiciones llamadas victorias, de guerras, de hambre, la muerte tiene que llegar el último y arrasar lo poco que dejan tras de sí los otros tres jinetes.

Pese a todo, hay personas que aún salen a la calle y no se dan ni cuenta de la suerte que tienen de vivir donde viven. Prefieren humillar al prójimo, someter al débil o al que no piensa como él, hundir en la miseria al que llegó a conseguir algo parecido a una vida. ¡No existe la solidaridad amigos! O al menos, parece que se haya tomado unas vacaciones.

Mire donde mire, la sangre se me enfría. Queda poco que salvar o mucho por lo que luchar, mas las fuerzas se agotaron tras muchas y muchas y muchas contiendas.

¡No clamo por un salvador! Está claro que sólo nosotros podremos salvarnos. El problema es que lo tenemos que hacer todos a una y ahí, está el peor enemigo del ser humano: el hombre. ¡No se desean hermanos! Todos queremos ser hijos únicos en cuestión de sobrevivir y así,… no llegaremos ni muy lejos y, obviamente, no todos.

No es pesimismo lo que habita hoy en mí. Es una realidad que al mirarla a los ojos cobra vida y no podemos ignorarla ni debemos. Es aquel que se oculta cual avestruz en su agujero el que no conocerá nada de lo que rodea y cuando le llegue la muerte, hoy, mañana, al día siguiente, se preguntará: ¿Y por qué a mí? Quizás porque jamás fuiste capaz de mirar de frente, no con altanería, no con desafío, sólo con el valor. Te olvidaste de ver cara a cara. Ahora no te quejes. Tienes lo que mereces. Ni más, ni menos.

MORALEJA: Pío Baroja, (1872-1956) escritor español, dijo: “Aunque tengamos la evidencia de que hemos de vivir constantemente en la oscuridad y en las tinieblas, sin objeto y sin fin, hay que tener esperanza”.

RECOMENDACIONES PARA TOMAR EL SOL DE ESPALDAS



¿A quién no le gusta el verano? El tiempo libre, la playa, la piscina, tumbarse a tomar el sol. ¡El sol! ¿A quién no le gusta el sol? Si hasta en la película LOS TRES CABALLEROS de Disney, había un pingüino POLO y la Señorita Caldera, al que no le gustaba el frío y se marchó al trópico a sentir el calor del solecito. Bueno, descartando a las personas que tienen problemas en la piel o son alérgicos al sol como los niños de LOS OTROS que eran fotosensibles y con esto pocas bromas, el sol suele ser, como ya he dicho con anterioridad, un chute de energía vital para el organismo. ¡A todos nos gustan los días de sol! Llenos de alegría, felicidad,… hasta el jefe que siempre está de mala leche parece que ese día hasta se ha puesto de mejor humor y todo. Y es que el astro rey, es la única parte de la realeza que lo da todo sin pedir nada a cambio (o sin robarlo).

Mas si queremos coger ese color bronceado con el que poner a las compañeras y compañeros llenos de envidia a la hora de nuestra vuelta, hay que ser consecuentes de que hay que tomarlos por ambos lados (bocarriba, de cara y bocabajo, de culo). Muchas personas prefieren dormirse estando tanto de frente como de espaldas. Pero para todos aquellos que deseen leer algo más que revistas, aquí van unas cuantas recomendaciones personales que deseo que os gusten sobre libros que yo misma, he leído estos días de espaldas al sol:

-         ¡MUUU! de David Safier: Tengo que reconocer que yo tengo debilidad por David Safier y su prosa tan irónica y malévola que te hace arrancar más de una sonrisa incluso en mitad de la noche tras un largo día de trabajo. Me leí todas sus novelas desde MALDITO KARMA hasta la que precedió a esta última que se titulaba UNA FAMILIA FELIZ. ¿Si quieres una buena prosa que te haga reír? Elige una de Safier. Cualquiera de él, cumple su función con creces.
-         ORGULLO Y PREJUICIO: EL AMANECER DE LOS ZOMBIS de Steve Hockensmith: Tengo que reconocer que he vuelto a leerla pues, cuando me la regalaron, me regalaron primero la segunda y segundo la primera. Esta vez deseaba leer primero la primera y segunda la segunda y de golpe y me he quedado francamente contenta de volver a retomar una lectura que me emociono y me hizo sonreír por igual.
-         LOS HOMBRES MIEDO de Julio Fernández Gargallo: Esta no es una novela que haga reír pero que emociona al leerla de principio a fin pues nos recuerda una época ya pasada de nuestro país, no tan lejana por desgracia, donde la amistad de Alberto con su amigo Amancio, nos va descubriendo a una España de postguerra donde los miedos, tanto de unos como de otros, se viven de forma diferente cuando uno crece y lo ve desde la distancia.
-         EL EDIFICIO de David Monteagudo: Quizás a muchos no os suene este nombre pero… ¿Os suena la película FIN? Pues está basada en la novela de este escritor con el mismo título. Tras las obras tituladas MARCOS MONTES y BRAÑAGANDA,  este escritor vuelve a las obsesiones y los miedos de su primera novela trasportándoos a un mundo dentro de un edificio donde cualquier rincón puede sorprendernos sin esperarlo.

Sí, lamento no tener más novelas que recomendaros, pero cinco libros (contando de los zombis tienen dos) en cuatro semanas de vacaciones, no está nada mal. Yo no aspiro a que vosotros hagáis los mismos pero sí que elijáis uno, el que deseéis. Si leéis uno de esto me haría ilusión pues eso significa que os he inspirado para sus lecturas, pero si son otros no os olvidéis de recomendarlos y recomendármelos porque nada hay más bello, que la palabra escrita. ¡Palabra de aprendiz de escritora!

MORALEJA: Jorge Luis Borges, (1899-1986) escritor argentino, dijo: “Que otros se jacten de las páginas que han escrito; a mí me enorgullecen las que he leído”.

sábado, 9 de agosto de 2014

TIBURÓN VS. COCODRILO. ¿QUIÉN GANARÁ EN LA BATALLA FINAL?





Si, lo sé. Sé que si este título fuera de una película, por muchos buenos efectos especiales que tuviera, nunca llegaría a ser taquillera de por sí. ¿Por qué? Obviamente el tiburón y el cocodrilo, pese a ser animales de gran consideración a los que uno teme y de los que le gustaría estar siempre lo más lejos mejor (a no ser que seas un loco de la adrenalina o de los deportes de alto riesgo que impliquen jugarse la vida porque sí), en una batalla mano a mano, no tienen nada de enigmático, no tanto como un robot que se trasforma, un súper héroe, o un dinosaurio. En solitario, posiblemente como ya lo han hecho en el pasado, sus películas tiene ese “cierto atractivo”, por llamarlo de alguna manera, que podría conseguir unos cuantos cientos o miles de espectadores (bueno, sin dejar al lado que la película TIBURÓN de Steven Spielberg fue estrenada simultáneamente en 450 salas de Norteamérica y que fue la más taquillera hasta el año 1977 cuando se estreno Star Wars).

Mas a la hora de la verdad… ¿Sería un tiburón capaz de ganar a un cocodrilo en una batalla cuerpo a cuerpo? No hace falta que hagáis hipótesis (o sí si os viene en gana) porque esto es algo que a fecha de hoy, se ha podido comprobar en la vida real. Desde Australia han llegado a la red unas imágenes de lo más insólitas: un cocodrilo de agua salada, cazando a un tiburón toro en el agua.

El reptil de casi seis metros de largo y con ochenta años de edad, no es la primera vez que es fotografiado. Se llama Brutus y el año pasado una de sus imágenes intentando alimentarse junto a una barcaza, fue viral en Internet por la espectacular de la misma. Esta vez, nuestro “simpático” y fornido animalito, se las ha visto con un ejemplar de tiburón conocido como Tiburón Toro.

Andrew Paice, un turista que visitaba la zona, ha sido el que ha captado las últimas imágenes de nuestro sensacional y enorme reptil, devorando al tiburón que se encontraba vivo previo al ataque de nuestro mega reptil.

Pese a que muchos especulan que el ataque de Brutus fue un “ajuste de cuentas” (a Brutus la falta su pata delantera derecha. Los expertos llevan tiempo especulando con que pudo perderla hace años en un enfrentamiento con un tiburón toro).

Así que si alguien de los presentes se preguntaba antes quien ganaría una batalla entre dos de los más grandes depredadores del mundo animal, la respuesta hoy, cobra vida en imágenes, siendo el ganador de esta contienda, nuestro ejemplar de casi seis metros (sin tener en cuenta que el tiburón toro al que atacó, pese a lo impresionante de su nombre, apenas medía 1,2 metros).

Sea como fuere una vez más el mundo animal es noticia por lo impactante de las imágenes captadas y nuestro ya conocido Brutus, vuelve a ser noticia una vez más dejándonos a todos con un palmo de boca al ver la grandeza de semejante bicharraco de casi dos toneladas de peso.

MORALEJA: Sir Francis Bacon, (1561- 1626) filósofo, político, abogado y escritor, dijo: “Vengándose, uno se iguala a su enemigo; perdonándolo, se muestra superior a él”.



viernes, 8 de agosto de 2014

SÉ QUE ME HARÁN DAÑO (poema)



SÉ QUE ME HARÁN DAÑO

Me preguntas por mi rabia,
por mi coraza, por mi espada.
Jamás por el dolor infligido,
por el daño que no cicatriza,
por las llagas ni por las heridas.

¡Es tan fácil no sufrir!
Presentarse como un ser indigno,
con que no cruzarías ni media palabra.
Un ser despreciable, ignominioso,
que no habla, ofende con la palabra.

¡No siempre fue así!
Hubo una época,
en que todo y todos
tenían ese lugar privilegiado
de la duda para mí.
Ahora ya no.
¡Todos son culpables!
Da igual si los conozco, o no.
Da igual su cortesía,
sus palabras bien dichas,
su honor, su gloria,
su bondad o su cariño.
¡Sé que me herirán!
Buscarán en mí
un mínimo ápice
de debilidad para
matarme desde dentro.
¡Son culpables! Todos lo son.
Muchos de ellos por llegar
demasiado tarde a mi vida,
por dejar que fuera otro
el que consiguiera
desenmascararlos sin ni
siquiera haberlos conocido.

No me culpéis por ser como soy.
¡Me hizo así! Él tiene la culpa.
Buscarle y pedirle
cuentas a él, no a mí.
Yo soy feliz aquí,
en esta tremenda fortaleza
construida a mi alrededor
para no volver a lamentar nada.
No lloro, no sufro, no siento.
Apenas recuerdo ya que era vivir.
¡Mas no lo extraño!
Sin duda nada tan importante
como para salir de aquí.

jueves, 7 de agosto de 2014

EL OJO QUE LLORA UNA LÁGRIMA





Es raro pero es cierto que a veces lo que te impacta de una foto, es lo que nadie se percata a simple vista.

Es lógico que esta época vacacional, muchos sean los que, ya sea para ponerte los dientes largos, ya sea para pasarte por la cara el ligue del último verano (sin que este sea una película de terror, en principio), ya sea por intentar ponerte celosa con aquellas que conoció en la playa, en la piscina, subiendo a una montaña, en urgencias del hospital cuando le picó una medusa (maldito blandengue. Ir al hospital por una medusa. Suerte que le dejé hace ya cuatro meses), ya sea porque se crea, quien sea (normalmente una amiga rubia), que su vida en el “extranjero” por unos meses es más importante para ti que la tuya propia, te encuentras tanto por wassap como por e-mail, con un sin fin de lugares y de rostros, que por un instantes, no son nada ajenos (bueno, hasta que le das a visualizar la próxima foto).

Cuando eliminas de tu mirar esos lugares más que trillados por los veraneantes de turno y llegas a esa amistad de verdad, que te hace participe, no sólo con fotos puntuales su viaje, sino con pequeños escritos sobre la misma, es entonces cuando mirar una foto no es sólo un acto de contemplación sino que se convierte, en un momento de admiración.

En esas fotos que para ti, por la explicación y la persona que las remite, tiene olor, color, forma, lugar y fecha, se vuelven como parte de una ventana a la que asomas la cabeza, con permiso, y de dejas embriagar, durante unos instantes, de toda su fuerza.

A mí me ha pasado con la foto de una amistad envida desde Dijon. Una calle solitaria, con una bella casa con media fachada hasta el techo de madera y la otra media, la parte baja, de piedra blanca. Las ventanas, pequeñas y cuadradas, con una madera pintada en un rojizo más que cálido. Tras ellas, una suave y sedosa cortina puramente blanca. El conjunto tanto de la visión como de la descripción era mas que sublime. Cuando, una curiosidad, aparece ante mis ojos que sin lugar a dudas, no vio el cámara cuando hizo la foto, ni el viajante cuando describió aquel lugar. Una pequeña caja eléctrica, en el exterior de la preciosa casa, en un lateral, con un ojo y una lágrima cayendo de este. ¿Cómo puede llorar, con esa pena, alguien ante tanta belleza junta? ¿Quién lo dibujó? ¿Por qué en ese lugar?

Mientras las respuestas siguen sin llegar, algo se encoje muy adentro en mi pecho y me hace pensar: que ajeno es todo, para los ojos que miran sin llegar nunca a ver.

MORALEJA: Henry F. Amiel, (1821-1881) escritor suizo, dijo: “Mira dos veces para ver lo justo. No mires más que una vez para ver lo bello”.

miércoles, 6 de agosto de 2014

DESPEDIDA (relato)





A veces las cosas surgen sin más ni más. Llegaba el inicio de las vacaciones y surgió, como si nada, una comida informal a medio día entre compañeros de trabajo. La buena compañía, el no tener que volver por la tarde, un poquito de vino tinto, las risas y esas cosas que pasan cuando estás viviendo un momento desenfadado, tranquilo y feliz.

Al salir a la calle, tras haber pagado la cuenta, todos estábamos un tanto achispados por el momento vivido (y seguro que el vino también tuvo su parte de culpa). Yo no temía coger el coche pues iba y venía en tren al trabajo.

Nos empezamos a despedir con dos besos en la mejilla y más de uno, por no tener la vista en orden, nos hicieron sonreír al estrellarse de frente, boca a boca, con la del compañero. Primero fue la de Jorge con la de Alberto. Algo que nos hizo troncharnos de risa. Pero cuando ya volvíamos a serenarnos de nuestras carcajadas, Carmen y Ruth, hicieron lo mismo involuntariamente sin que eso no nos causara, una vez más, un sin fin de nuevas risotadas.

Enrique se ofreció a llevarme y no dije que no. Era un buen compañero y apenas se desviaría de su ruta diaria. Con el humor aún a flor de piel, llegó una frase inesperada:

-         Al final tú y yo somos los únicos que se han quedado sin beso de despedida.
-         Sí, supongo que somos desafortunados incluso con cierto puntillo – respondí yo.
-         O demasiado hábiles para saber, incluso bebidos, que no todas las bocas son de fiar.

Las risas volvieron a invadirlo todo. Aquel coche se estaba convirtiendo gratamente, en un lugar en que gustaba estar. De pronto, una tromba de agua, empezó a caer fuertemente. Apenas se podía ver nada. Todos los coches que íbamos por la autopista, que sin duda éramos muchos por la hora del día, empezamos a parar poco a poco y a convertirnos en coches en procesión. El agua no paraba y sin duda, como si de un acuerdo se tratara, todos nos quedamos esperando, allí, a que pasara el temporal.

-         Llegarás tarde a casa.
-         No te creas. Hay pocos trenes en agosto. A veces tengo que esperar casi una hora para que pase el siguiente. Suerte que ya empiezo vacaciones.
-         ¿Y ya tienes pensado donde vas a ir?
-         No, aun no lo tengo claro. Deseo descansar y poco más. ¿Dónde irás tú?
-         No lo he pensado tampoco. Sólo deseaba que llegar el día para relajarme y vivir sin tener que poner el despertador.
-         ¡Eso sí es vida! No tener que escuchar el despertador.
-         Sin lugar a dudas – ambos nos reímos.

En ese mismo instante se abrió la guantera del coche causando un ruido seco que me asustó. Fui a cerrarla y él también y nuestras manos se encontraron en un roce. No hubo palabras. Sus manos guarecieron las mías calentándolas entres las suyas. No era un día muy caluroso. El miedo repentino, las había echo enfriarse como en un día de nieve. Me miraba con su mirar cálido y yo no podía, ni quería, apartar la vista de sus ojos. Jamás habíamos estado así, tan cercanos, tan cómodos, tan predispuestos. Sus dedos empezaron a toca suavemente mi brazo. Cerré los ojos para sentir el dulce tacto de sus yemas recorrer mi piel delicadamente. Podía escuchar su latir acelerándose por momentos. Su bom-bom acostumbrado empezó a hacerse cada vez más y más cercano hasta que apenas podían percibirse primero la m y luego la o de cada bom. Aquello me hizo sonreír. Deseaba aquel hombre. Me gustaba ser el objeto de su deseo. Su mano llego a mi cuello. Su tacto amable era cada vez más calido en mi piel. Cuando puso su mano en mi nuca y la acercó a su boca, me sentí perderme por momentos. Me rodeo con sus brazos, mientras yo me fui despojando, poco a poco, de la formalidad acostumbrada entre nosotros. Nos sentimos pegados y nos gustaba.
            
Mi boca buscó su cuello mientras mis besos se perdían por la infinidad que recorría su mentón y su pecho. Mis dedos fueron desabrochando uno a uno los botones de su camisa. No dejaba de mirarme. Yo no apartaba la mirada, pero no podía evitar sonrojarme. El sonría cuando mis mejillas se encendían aún con el acostumbrado decoro. Cogía mis manos, las besaba y luego, me miraba diciéndome que no hacía falta que continuara sin decirlo. Entonce yo, agradecida pero sin ganas de tirar la toalla, le besaba la boca y ponía sus manos en mi blusa, dándole permiso para hacer lo mismo que yo estaba haciendo con él.

Cuando desabrocho por completo mi blusa, esperó que fuera yo la que la abriera. Deseaba mostrarme a él. Al ver mi pecho al descubierto, preso sólo por el sujetador blanco, beso cada rincón desde el cuello hasta mi escote, de forma sabrosa y dulce. Cuando me miró fijamente de nuevo a los ojos, fui yo la que hice lo mismo con su torso, obligándole de forma tierna, a que se recostara en su asiento. Me tumbé casi encima de él, para poder besar su cuerpo hasta la cintura. Luego mi lengua juguetona, recorrió el mismo territorio incrementando sus gemidos y mi deseo. Alcancé la palanca de asiento y lo recliné todo lo que pude para atrás. Levanté un poco mi falda, para poder ponerme a horcajadas, encima de él. Sus manos se posaron en mis pechos. Sus dedos buscaron mis pezones y con gusto, los fueron pellizcando delicadamente haciendo mi susurro provocado intensamente generoso. Podía notar su sexo crecer y crecer bajo mis braguitas. Desabroché su bragueta, liberándolo por fin de su prisión. Deslice mis manos, jugueteando con él sin prisa. Teníamos tiempo, mucho tiempo. Mis dedos jugaban con su glande húmedo, mientras con mi otra mano, podía acariciar la piel que bajaba con mucha parsimonia viendo como su cuerpo se estremecía de placer cada vez más y con más fuerza. Podía ver en su cara como deseaba que no parara, que siguiera, que le diera más de lo que había estado guardando, sin saberlo, para él. Se acercó a mis pechos liberándolos para que su lengua, se derritiera con cada estremecimiento tras cada uno de sus lametones. Mi sexo hervía de deseo. Ladee mi braguita y mientras sentía su boca perderse en mi escote, introduje su sexo en el mío. El primer contacto fue como una descarga de cien mil voltios en nuestros cuerpos. Se recostó hacía atrás de golpe y yo contra la luna del vidrio tras sentirlo totalmente dentro de mí. Empecé a moverme lentamente, sintiendo como entraba y salía de mí sin reservas. Nuestros susurros de goce fueron subiendo de tono al compás del vaivén acompasado que los dos empezábamos a dominar con maestría. Podía sentirlo cada vez más duro dentro de mí. Mi sexo, complacido, no podía dejar de demostrarle lo gustoso que estaba, con todo el ardor de mi cuerpo. Sus manos me aferraban por la cintura. Mis movimientos eran cada vez más rápidos. El ansia nos devoraba. No podíamos frenarnos, no ahora. Gemía. Yo gritaba. Me empujaba desde abajo hacia arriba con su virilidad. Yo hacia abajo con mis ganas. Todo se nubló y un gritos poseído de arrebato, invadió todo el espacio a nuestro alrededor.

Sin duda, nada había estado predispuesto para que ocurriera nada. Pero ocurrió y fue, francamente, inolvidable.