martes, 13 de mayo de 2014

FOTOGRAFÍAS (relato)



 

No es fácil ser un buen fotógrafo sin cultivar aquello que te hace verdaderamente vibrar desde dentro. Ese arte que ansias trasmitir con tus fotos mas allá de aquellas que te piden de carnet, de navidad y de fin o inicio de curso.

 

Había pasado tres años montando mi gran exposición titulada VÉRTIGO. Cinco mujeres me habían inspirado aquella preciosa muestra de imágenes que tenían vida propia.

 

Cuando la galería abrió sus puertas estaba tan orgulloso de mi trabajo como nervioso.

 

Los primeros en llegar fueron mis amigos que siempre habían estado ahí. Todos se quedaron admirados con la belleza, sensualidad y feminidad que destilaba cada una de mis fotografías.

 

Pasó el día rápido, casi no lo pude saborear. Los halagos, agasajos y demás eran buenos.

 

Hasta que entró ella. Cuando apareció, sentí como se paraba todo a mi alrededor. Un frenado absoluto del giro de la tierra, imperceptible para todos menos para mí. Una mujer había conseguido esa hazaña con una actitud exclusiva, una forma de vestir especial, como si sus ropas fueran el complemento de la belleza pura, que sin duda era ella. Olía a primavera. Hablaba de un modo que era un placer escucharla. Se movía al andar, de un modo delicioso, como si el mero roce del aire, en su cuerpo se sintiera como una caricia.

 

¿Quién ella aquella musa terrenal? Me pregunté. Miraba una a una mis fotos, como si las estuviera sintiendo deslizarse por su piel. Las admiraba sin prisa, con detenimiento, disfrutando plenamente de lo que en ellas trataba de trasmitir.

 

Tras verlas todas, se acercó a mí, me extendió la mano y diciendo sólo: ¡Increíbles! Se marchó sin decir nada más.

 

Aquella misma noche soñé con ella. Sentía que era un esclavo a su merced, que tenía todo el control sobre mí, sobre mi cuerpo. Me miraba, sonreía cándidamente y me susurraba al oído: “Muy pronto, muy pronto, muy pronto”. Su eco se marchitaba cuando el despertador sonaba cada mañana intentándome hacer volver de una ensoñación de la que no deseaba despertar.

 

Volví al día siguiente a la galería pero no vino. La buscaba por la calle y no la encontraba. Miraba por todos lados intentando poder tener nuevo momento, pero era inútil.

 

Pasaron los días y las semanas. Muchas mujeres habían pasado por aquellas paredes en un mes. ¡Ninguna como ella! Se ofrecían a mostrarse ante mí a mi antojo, para lo que yo deseara. ¡No quería fotografiarlas! La deseaba a ella.

 

Llegó mayo. Estaba en mi estudio cuando la lluvia empezó a repicar en los cristales. Primero como un cosquilleo y, poco a poco, como si fueran verdaderos perdigones disparados contra ellos. Era casi la hora de cerrar cuando la puerta se abrió de par en par, como por arte de magia. ¡Era ella! Su pelo empapado por la lluvia, su chaquetón también mojado, todas sus piernas cubiertas de agua. Fui corriendo a por una toalla y la envolví como si de un pajarillo se tratara. Me sonrío dulcemente. Deseaba besarla pero me asustaba que se volatilizara como si de otro sueño se tratara.

 

Necesitaba calentarse y aquella toalla no era suficiente. Se quitó todo lo mojado ahí mismo, delante de mí, dejándose sólo la ropa interior puesta. “¿Por qué me torturas así?” Me dije para mis adentros.

 

Coloqué su ropa de forma que pudiera secarse cerca de un calefactor. Cuando me volví, ella estaba arropada con la toalla esperando que yo la abrazara. Me lo pidió con los ojos, con la postura de su cuerpo, con la dulzura de su boca. La cobijé de nuevo entre mis brazos. Sintió el calor y un gemido sutil de plenitud inundó todo mi espacio. La besé en la frente y la apreté muy fuerte contra mí. Ella me besó encima de mi camisa granate. Sentí el ardor de sus labios tatuarse en mi pecho. Alzó la mirada y nuestros labios se encontraron por fin. La cogí en volandas sin dejar de besarla. La llevé para adentro y la tumbé en mi cama. Ella, se deslizó como revoloteando por mi cuello con la punta de su lengua, proporcionándome un placer más que infinito. Mis manos, como hechizadas, escuchaban sus pensamiento y obedecían sus ordenes sin rechistar. “Desabróchate la camisa”, me decía. “Deja libre tu cuerpo”  escuchaba por dentro. “Déjame hacerte mío”  podía oír en mi mente.

 

Sus manos me acariciaban de una manera que no podía ser terrenal. Era algo placenteramente delicioso, sensual, excitante, extremadamente plácido. Su mano, se deslizó, tras recorrer lentamente mi torso, hasta mi sexo. Sus dedos eran pequeñas culebrillas que actuaban por separado y a la vez. Era capaz de sentirlos por toda mi virilidad ahora aquí, ahora allá, ahora todo al mismo tiempo, con una dedicación y entrega, que jamás nadie me había proporcionado. Sus yemas, de movían por mi frenillo, como si miles de lenguas estuvieran revolucionadas en ese único punto. Sus manos diestras, no dejaban ni uno de mis sentidos sin plenitud llena de todo lo que era capaz de hacer para satisfacerme hasta el límite.

 

Cuando pensaba que no podría soportar más aquella tortura perpetua de goce, su cuerpo pleno de hembra, anidó sobre mí convirtiéndonos en un solo. Podía sentir la delicia de su sexo acariciar al mío desde dentro, como si en él residiera toda otra ella, dedicándome por entero una infinidad de movimientos imperceptibles desde el exterior pues ella no se movía, acariciaba sus pechos, me miraba dulcemente, pero sus caderas no se deslizaban de ninguna forma ni para adelante ni para atrás mas mi pene, estaba disfrutando como si dos manos enteras suyas, siguieran sometiéndole a las mismas caricias que antes y mejores, con ella encima de mí.

 

Podía sentir como se empapaba, como me mojaba con sus infinitos y consecutivos derrames que alcanzaba disfrutando de ella, disfrutando de mí.

 

Toqué el cielo con los dedos cuando ella seguía sin tener fin. Me quedé traspuesto unos segundos. Cuando volví en si le dije: “Tu no puedes ser de este mundo”. Me sonrió, me besó y caímos abrazados en el mejor de los sueños.

 

Al despertar ya no estaba conmigo. Su aroma lo impregnaba todo a mi alrededor. ¿Había sido todo un sueño?

 

Volví a casa extenuado. Me duché, me tumbé en la cama y volvía a soñar. Ella aparecía de nuevo en mis sueños. Me miraba, sonreía cándidamente y me susurraba de nuevo al oído: “Muy pronto volveremos a estar juntos”. ¡Nada había sido un sueño! Ella era real y muy pronto, me regalaría de nuevo un día en su compañía.

AMISTADES MUY MUY MUY PELIGROSAS


 

La amistad es un tesoro. La amistad en un regalo. La amistad es la salvación. Pero hay tesoros malditos, regalos envenenados y salvaciones que mejor no obtener o no desear jamás.

 

No podemos obviar que todos, en menor o mayor manera, estamos pasando momentos francamente duros. A unos pocos, les da por aprender la lección que les da la vida y retornan, de forma dura pero adecuada, a unos orígenes modestos. El regresar atrás nos convertimos en personas capaces de empatizar mejor las desgracias ajenas y lejos de alegarnos, tratamos de ayudar, con lo poco que poseemos, al resto que no está pasando peor.

 

Otros son unos inconformistas y no se conforman con lo que deberían aprender. Para ello, falsean su vida y acaban viviendo una farsa construidas de forma nada sólida, para aparentar delante de las personas pudientes a las que quieren seguir pareciéndose (normalmente a estos seres se les llama, vulgarmente, POBRES HARTOS DE PAN, que al no tener que llevarse a la boca con las vacas flacas, se montan verdaderas teatrillos en las que implican a toda la familia, con tal de no ser menos que aquellos que verdaderamente pueden costearse esa clase de vida).

 

Más estos no son los peores de todos. Hay otra clase de seres que pese a haber recibido un duro golpe por falta de trabajo y de cantidades francamente ostentosas de pasta mensual, gentes que tras vender coches y revender los coches de segunda adquiridos, siguen sin aprender nada. Es entonces, sin saber muy bien como, que aparece su verdadero YO siendo este, el reflejo mas inmundo de persona que podamos llegar jamás a imaginar. Un ser acaparador, mezquino, malvado, que se sigue riendo del prójimo pese a que este, en el ayer, fuera su amigo. Un personaje que adopta forma de mal hecho carne, capaz de apelar a las peores argucias, por sobrevivir en un mundo laboral que le esta puteando y en el que él, también putea pues acaba convencido de que esa es la mejor forma de sobrevivir en el mercado laboral actual: maltratando al compañero. Una culebra mordiente que no sólo denigra al resto del grupo sino que no es capaz de entregar información como la de una vacante en su propia empresa, con tal de seguir puteando incluso más si cabe, a los que saben que lo necesita y que están en su entorno. Dioses del YO LO MEREZCO TODO PERO NO VOY A DAR NADA A NADIE PORQUE NADIE ES MEJOR QUE YO. Víctimas de su propio ego elevado a la enésima potencia sin importar que este, de tanto peso, le hagan hundirse en su propio mundo.

 

Por desgracia, yo he tenido que pasar y estoy pasando por el desenmascarar a gente así a mi alrededor y fuera de pensar que sería un caso aislado, por desgracia, se ha convertido en un plaga. Recomiendo vacunarse, en la medida de lo posible, con dosis de humildad diaria, con momentos de soledad y con maneras de mirarse al espejo y ver la luz que aún habita en nuestro interior. Es sólo un consejo. ¡Nada obligado! Pero pensando en las consecuencias, creo que es mejor hacer un mínimo esfuerzo para no volverse un ANIMAL RACIONAL SIN CORAZÓN en vez de ese animalito legítimo que todos poseemos en nuestro interior.

 

MORALEJA: Clive Staples Lewis, escritor británico (1898-1963), dijo: “Ningún hombre conoce lo malo que es hasta que no ha tratado de esforzarse por ser bueno. Sólo podrás conocer la fuerza de un viento tratando de caminar contra él, no dejándote llevar”.

lunes, 12 de mayo de 2014

EUROPA GRITA CAMBIO, HASTA CON MÚSICA


 
 

* Austria gana Eurovisión 2014. (Conchita Wurst, la mujer barbuda de Tom Neuwirth, recibe el apoyo mayoritario de los internautas. Ruth Lorenzo consigue un meritorio décimo puesto). Enlace web: http://www.elperiodico.com/es/noticias/gente-y-tv/austria-gana-eurovision-2014-3270206.

 

* Dana International ganó Eurovisión con 'Diva' en 1998 (enlace web: http://www.elcorreo.com/vizcaya/20110309/mas-actualidad/sociedad/dana-international-gano-eurovision-201103091122.html).

 

* La ucraniana Ruslana ganó Festival de Eurovisión (enlace web: http://hoy.com.do/la-ucraniana-ruslana-gano-festival-de-eurovision/).

 

* Lordi, los monstruos ganaron Eurovisión (enlace web: http://www.vayatele.com/entretenimiento/lordi-los-monstruos-ganaron-eurovision).

 

* Loreen, representante de Suecia, gana el Festival de Eurovision 2012. (El grupo de abuelas rusas Buranovskiye Babushki ha acabado en segundo lugar y Serbia | España se conforma con la décima posición). Enlace web: http://www.lavanguardia.com/television/20120527/54299157651/loreen-gana-eurovision-2012-suecia.html.

 

Mientras la marca España sigue pensando en el triunfo en 1968 del La la la de Massiel y del 1969 del Vivo Cantando de Salomé (que fue compartido con Boom Bang-a-Bang de Lulu (Reino Unido), De Troubadour de Lenny Kuhr (Países Bajos), Un Jour, Un Efant de Frida Bocarra (Francia)), Europa nos da otra lección más con su Festival de Eurovisión.

 

En 1998 Israel, un país que tachó la representación de la maravillosa Dana Internacional por ser un travesti de forma ferviente diciendo que no representaba su país, recibió un golpazo al verla ganadora por su gran talento musical y su forma, fuerza, buena voz y aplomo sobre un escenario.

 

En 2004 Ruslana, de Ucrania, nos daba un fogoso y enérgico Wild Dances (que según la trastienda del concurso europeo, rompió varias pantallas de las del suelo mientras ensañaban su intenso baile ante de ser ganadores), arrasó con pieles, instrumentos tradicionales y baile desenfrenado tanto como sensual.

 

En 2006 los monstruos, como así los llamaron, finlandeses, arrasaron en Europa con su Hard Rock Hallelujah. Finlandia tampoco apostó mucho por su grupo Lordi. Es más, fueron los fans del grupo, los que costearon los fuegos artificiales que utilizaron en el concurso.

 

En 2012 Loreen con su forma de expresión corporal acabó primera en el festival eurovisivo y unas espectaculares abuelas rosas de Serbia, Buranovskiye Babushki, quedaron en un merecido segundo lugar.

 

En 2014 Austria con ha mostrado otra lección de calidad con su espectacular canción Rise Like a Phoenix (Elevarse Como Un Ave Fénix) de Conchita Wurst, una mujer barbuda con una increíble voz.

 

Los concursos, desde que pasan esos puntos comprometidos que tienen todos los países de la Unión y esas actitudes políticas que no entendemos, demuestran esa calidad que sólo la gente progresista, que piensa en la evolución, y no en el inmovilismo, es capaz de apreciar. Personas que son capaces de ver (no aquellos que votan contra leyes antiaborto, buscan instaurar leyes de antes de la guerra, nunca mejor dicho, y que nos menos progresivos que unas gafas normales de cristales de plástico trasparente), más allá de la simple apariencia, la particularidad, la fuerza y el arte (que suelen poseer todos aquellos cantantes completos de por si). Cuando se valora, por encima de todo, la calidad la senectud arcaica de la formas, esa apariencia molesta del exanimismo por encima de todo, hace que desde 1969 no hayamos ganado ni un solo Festival de Eurovisión ni a la de tres.

 

“Divas”, “Salvajes”, “Monstruos”, “Eufóricas Descalzas”, “Abuelas” y “Barbudas” nos han demostrado que ellos van por el buen camino, a muchos niveles, y que somos nosotros, ese país que perdió su verdadera identidad hace mucho tiempo, los que nos quedamos al final de esa inmensa lista de países que abogan por el progreso, por lo diferente, por aquello que da vida, por aquello que da futuro.

 

Si como dice el refrán, ‘Para muestra un botón’,… ¿Cuántos les hacen falta ver a esta tierra de corruptos aprender la lección?



MORALEJA: Henry Van Dyke, escritor estadounidense (1852-1933), dijo: “Utiliza en la vida los talentos que poseas: el bosque estaría muy silencioso si sólo cantasen los pájaros que mejor cantan”. No son los más hermosos a la vista de los ojos con visión confusa. Pero los ciegos, aquellos que podemos escuchar con los ojos cerrados, somos capaces de ver la belleza de las voces más allá de la fachada.
 

 

sábado, 10 de mayo de 2014

SÓLO DOS PERSONAS LO SABEN (poema)


SÓLO DOS PERSONAS

LO SABEN

 

Rozaste mi rodilla,

acariciaste mi brazo.

Todo debía ser

comedido, sutil,…

imperceptible

para el ojo humano.

¡Había tanto

deseo contenido!

Las formas nos llamaron

al orden mientras

con la mirada,

nos quemábamos

hasta dejarnos sin vida,

poseídos sin más

por el apetito

ferviente de devorarnos.

 

Tu boca rozó mi mejilla,

tan cerca de mis labios,

que estos casi se dejan

vencer por mis ansioso impulsos.

(‘¡Conteneos!

No es el momento.

No es el lugar’).

 

Nos alejamos.

¡Era lo más prudente!

Cuado algo así se desborda,

es imposible de contenerse

por muchas formas exigidas,

por mucha fuerzas llamada

sin más al orden, a la cordura,

por mucha voluntad

que ser perdía, contrarreloj,

por momentos.

 

¡Tenía hambre de ti!

No existía en el mundo

otro cuerpo que pudiera

saciar al mío sino eras tú.

Me bebí la noche,

el día siguiente

y la noche que la persiguió

hasta embriagarme

del siguiente día después.

 

Viniste a mí

(no era la única

con apetito

el día aquel).

La mesa se sirvió

ante nosotros

con sábanas de lujuria sedosa,

con plácido perfume a prohibido,

con infinito dulzor impudoroso.

Era un reservado para dos.

¡Nadie podía vernos!

 

¡Todo quedó colmado ese día!

Sólo dos personas lo saben.

TENÍA MI EDAD


 
* Yago Lamela, en 2011: «Estuve chungo, pero me he recuperado y voy a luchar» (Después de un ingreso por problemas psiquiátricos, el deportista reconoció por primera vez que padeció una fuerte depresión). Enlace web: http://www.abc.es/deportes/20140508/abci-muere-yago-lamela-atleta-201405081951.html
 
Yo nací dos días después que él. ¡Tenía mi edad! Pero él era un gran deportista profesional. Consiguió ser el mejor en lo suyo, el salto de longitud. Y, hasta su drástica y precipitada muerte, seguía siendo el mejor atleta de salto de longitud en su país.
 
Han hablado de suicidio, pues pasó una depresión que lo tuvo recluido por problemas psiquiátricos. ¡No se suicidó! En la vida, siempre hay un momento en el que todo, duros, fuertes, valientes, atletas, trabajadores, deportistas,… caemos sin más. ¡Somos personas! No Dioses.
 
Algunos consiguen alcanzar el cielo con la punta de los dedos. Son pocos y privilegiados. Pero no por eso no tienen el derecho humano y vital, de perder la fuerza en momentos bajos.
 
¿Cuántas veces en las entrevistas de trabajo se nos pregunta ‘¿Puede trabajar bajo presión’? Toda la vida de un profesional, del ramo que sea, acarrea una presión laboral dura. Si ya hablamos a nivel de competición, esa presión se incrementa en un doscientos por ciento y pocas personas son capaces de apreciar ese increíble esfuerzo de tratar de ser el mejor, de llevar los colores de tu bandera por todo el mundo y demostrando que como tú no hay otro. ¡Yago lo hizo! ¡Yago lo consiguió! ¡Yago no se rindió!
 
Tenía mi edad pero no tuvo mi vida. Su primer contacto con el atletismo fue a los siete años, cuando corrió una carrera de campo a través en su ciudad natal. Después de esta carrera entró en la Asociación Atlética Avilesina, donde descubrieron unas habilidades innatas para el salto. Con ocho años saltó ya más de cuatro metros, con trece saltó seis metros, con quince sobrepasó los siete metros y con dieciocho sobrepasó dos veces los ocho metros. Su primer entrenador en sus primeros años en la Avilesina fue Carlos Alonso. Más tarde estudiaría informática en la Universidad de Iowa, donde entrenó a las órdenes de Juan José Azpeitia, quien sería también el último entrenador de su carrera deportiva.
 
Se destapó como competidor de la élite mundial en los Mundiales de Maebashi en 1999, donde saltó 8,56 y forzó a Iván Pedroso a saltar 8,62 para llevarse el oro. Su plata significó el récord europeo en pista cubierta, que permanecería imbatido casi diez años. Se mantuvo en la élite de la alta competición hasta 2004, saltando habitualmente más allá de los ocho metros, y protagonizando varios duelos con Pedroso, aunque las lesiones lastraron su participación en los Juegos Olímpicos. Su palmarés es sin duda uno de los mejores del atletismo español.
 
A comienzos de 2004 empezó a sentir dolores en el tendón de Aquiles, que irían degenerando hasta tener que competir anestesiado en Atenas 2004, donde pese a todo consiguió llegar a la final olímpica. Poco después se operó en Finlandia a manos de Sakari Orava, pensando en recuperarse en unos meses. Sin embargo, la recuperación tardó más de lo esperado, a lo que hubo que sumar un accidente de tráfico. Por último, en 2006 se rompió los dos tendones, dos semanas antes de la planeada reaparición en competición.
 
En abril de 2007 se operó otra vez en Finlandia de una tendinosis, con la esperanza de volver a la competición e incluso disputar los JJOO de Londres. A pesar de las buenas sensaciones en un principio, sin sentir dolor por primera vez en mucho tiempo, tras la rotura de un gemelo en un entrenamiento abandonó la competición definitivamente.
 
Poseyó el récord europeo de salto de longitud en pista cubierta, con un salto de 8,56 metros, hasta el 9 de marzo de 2009, cuando el alemán Sebastian Bayer, durante los campeonatos de Europa celebrados en Turín, se lo arrebató con una marca de 8,71 metros.
 
Yago Lamela anunció oficialmente su retirada el 11 de marzo de 2009, diez años después de su aparición en la élite del atletismo (enlace web: http://es.wikipedia.org/wiki/Yago_Lamela).
 
En 2011 después de un ingreso por problemas psiquiátricos, el deportista reconoció por primera vez que padeció una fuerte depresión Yago Lamela dijo: «Estuve chungo, pero me he recuperado y voy a luchar». ¡Él iba a luchar! No lo consiguió pero no por suicidarse. La vida, a veces, da golpes que ni los Dioses terrenales son capaces de superarlos.
 
¡Bravo por Yago Lamela! ¡Fue el mejor! “Vive” por fin en paz.
 
MORALEJA: Alguien dijo una vez: “Presión es lo que convierte al carbón en diamante”. Él fue uno de los diamantes más brillante de este país gracias a su extraordinaria luz propia, digna sólo de verdaderos héroes. Descansa en paz compañero del setenta y siete.

jueves, 8 de mayo de 2014

¡GRAN FORTUNA LA DE ESTAR VIVO! (poema)


¡GRAN FORTUNA

LA DE ESTAR VIVO!

 

Me sentí perdida

durante mucho tiempo.

Lo siglos pasaron por delante

de mis ojos como años así sin más.

Emprendí, desde muy pequeña,

el camino amargo del desamor.

Ni madre, ni hermanos,

ni perros, ni gatos,…

nadie me quiso jamás.

Sentir la dulzura de un abrazo

era un concepto más

que abstracto en mi mundo

sin cariño alguno.

 

Creí ser el peor ser del universo.

¿Quién sería capaz de querer

a una niña que no sabía

qué era el afecto?

Hasta los monstruos más crueles

había sido defendidos por los suyos,

amados por sus madres incapaces

de ver en las manos tatuadas

en sangre de su hijo la culpa.

¡Yo no! Yo nací

con la culpabilidad adherida

a mi piel por entero.

 

No tenía nada.

No valía nada.

No servía para nada.

¡Nunca me amarían!

Aquella era la peor condena.

 

El tiempo pasó,

porque el tiempo pasa,

queramos o no.

 

Seguía sin nada.

Seguía sin valor.

Seguía sin servir para nada.

Mas no necesitaba amor

(no puedes extrañar

lo que nunca tuviste).

 

La vida era más tranquila.

Vacía, sí, insignificante, humilde,

un paso más antes de llegar a la tumba.

Así viví por siempre

en mi mundo eterno adquirido.

No me quedaba otra,… había

sido bendecida con aquella inmortalidad.

¡Gran fortuna la de estar vivo!

UN DÍA CUALQUIERA


 

Abrimos el periódico y ahí está: la misma noticia que ayer, que anteayer y que el día anterior. Por mucho énfasis que le pongamos a la ganas de arreglar el mundo, de trazar un futuro para los nuestros, de esos pequeños actos de rebeldía que nos hemos ganado a diario con nuestro trabajo más que justo pero muy mal pagado, la vida sigue por un rumbo equivocado. Deseamos tirar la toalla, gritar: ‘¡Ya está bien!’ Tener ese poder mágico o no tanto, que colocara a cada cual en el sitio que verdaderamente se merece.

 

Al final, una papelera cualquiera (siempre suelen estar ahí cuando se las necesita), recibe un puntapié diestro que hace liberar un poco esa rabia contenida de días, de semanas, de meses, de años.

 

‘¡Necesito desconectar!’ Nos grita nuestra cabeza. Y nuestro cuerpo al final, acaba dándose un día libre sin saber muy bien como.

 

El típico efecto mariposa no nos asusta ya. Ojalá se produjera un acto desarrollado de mi hecho de tomarme un día libre y a unos kilómetros hicieran lo que yo llevo haciendo durante años: ¡Trabajar! Quizás no les venga mal. A fin y al cabo, ellos acabarán con pensiones vitalicias y nosotros a saber si llegaremos a cobrarlas.

 

Camino y me siento bien. Si por este mismo acto alguien corriera como evolución de mi acto, que sea en dirección al buen camino. Sí, no estaría mal. Para variar, no correr de los policías o de las fuerzas del orden, que poco ordenan si hay que ser francos (intento evadirme pero una imagen mental muy fuerte, me invade por completo la mente. Hace unos días vi a unos soldados o salvaguardas, deponer sus escudos, ante la imposibilidad de remeter con personas que luchaban por sus derechos. Me gustaría decir que fue en Ucrania o en Croacia pero ahora mismo no lo recuerdo pero ocurrió. ¡No me lo estoy inventado! Ese acto, si evolucionara como debe, debería ser como el efecto que produjo un jugador al comerse un plátano hace cuestión de pocas semanas. Ese acto, simple de por si, se convirtió en un grito contra el racismo. ¿Y si pasara lo mismo con las armas? ¡Utopía! Si, tonta no soy, ya lo se. Un plátano es sólo un plátano, delicioso, lleno de potasio. Sin embargo las armas mueven mucho dinero, muchos de esos sobres que ni somos capaces de percibir en la inmensidad del caos en el que nos ciernen banqueros y políticos por igual. ¡TODOS LOS BANCOS! Todos las tienen en sus balances. ¡Todos! En menor o mayor grado. Entonces es cuando me percato que el aleteo de una mariposa verdaderamente no provoca un tsunami, que la teoría del caos es una farsa y que vivimos en un castillo de naipes que pueden ser desplomados al mover un fajo de billetes hacia un lado o hacia el otro. ¡Así de simple!).

 

Sigo caminando pues tengo la conciencia tranquila. Intento demostrar mi propia teoría de que otro mundo es posible, de que debemos seguir caminando, esperando esa evolución de nuestro andar, ese echo tan simple de poner un pie frente al otro y seguir adelante, sin presión, sin obediencia, por decisión propia, a nuestro propio ritmo.

 

Sí, seguiré caminado. Mi cuerpo es lo que me pide. Seguro que el crepúsculo llegará tarde o temprano. Normalmente lo hace pese el progreso corto o largo de las cosas. Sale por el este, se pone por el oeste aunque no podamos verlo y eso que es el ASTRO REY. No sé. Quizás un día también el sol decida tomarse un día libre y en medio de la oscuridad las cosas estén muchos más claras. Hasta que llegue ese día, yo seguiré caminado, cuando el cuerpo me lo pida. Los demás día cumpliré, como esa gran bola de fuego, hacer mi recorrido marcado: de casa al trabajo, del trabajo a casa y poco más. Todos tenemos una ruta marcada, nos guste o no. El hecho de ver la luz en un día como el de hoy, depende de nosotros mismo, de ese acto desinteresado para hacernos felices hasta con unas cadenas tan apretadas a nuestros pies como a nuestro cuello.

 

MORALEJA: Ovidio, (43 AC-17) poeta latino, dijo: “La esperanza hace que agite el naufrago sus brazos en medio de las aguas, aún cuando no vea tierra por ningún lado”. Pero aunque el planeta Tierra esté compuesto por dos tercios de agua, los náufragos de mar adentro. ¿Cómo podemos hacer para ser rescatados? ¿Cómo podemos albergar una esperanza que frustra justamente el que está “sobre” nosotros? ¿Cómo podemos anhelar desear tener un mañana si ni siquiera tenemos un hoy digno? No se pero creo que a veces vive más tranquilo el fallecido, que el que llora su perdida amargamente. A fin de cuentas, el muerto, ya no tiene el problema que significa tener que estar vivo.