sábado, 10 de mayo de 2014

SÓLO DOS PERSONAS LO SABEN (poema)


SÓLO DOS PERSONAS

LO SABEN

 

Rozaste mi rodilla,

acariciaste mi brazo.

Todo debía ser

comedido, sutil,…

imperceptible

para el ojo humano.

¡Había tanto

deseo contenido!

Las formas nos llamaron

al orden mientras

con la mirada,

nos quemábamos

hasta dejarnos sin vida,

poseídos sin más

por el apetito

ferviente de devorarnos.

 

Tu boca rozó mi mejilla,

tan cerca de mis labios,

que estos casi se dejan

vencer por mis ansioso impulsos.

(‘¡Conteneos!

No es el momento.

No es el lugar’).

 

Nos alejamos.

¡Era lo más prudente!

Cuado algo así se desborda,

es imposible de contenerse

por muchas formas exigidas,

por mucha fuerzas llamada

sin más al orden, a la cordura,

por mucha voluntad

que ser perdía, contrarreloj,

por momentos.

 

¡Tenía hambre de ti!

No existía en el mundo

otro cuerpo que pudiera

saciar al mío sino eras tú.

Me bebí la noche,

el día siguiente

y la noche que la persiguió

hasta embriagarme

del siguiente día después.

 

Viniste a mí

(no era la única

con apetito

el día aquel).

La mesa se sirvió

ante nosotros

con sábanas de lujuria sedosa,

con plácido perfume a prohibido,

con infinito dulzor impudoroso.

Era un reservado para dos.

¡Nadie podía vernos!

 

¡Todo quedó colmado ese día!

Sólo dos personas lo saben.

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