lunes, 20 de abril de 2015

TRECE AÑOS. DIEZ DÍAS




El tiempo es muy relativo. Para amar a veces sólo con un instante es suficiente para acabar completamente presa del amor más bello y profundo jamás imaginado.

Por desgracia, para odiar, hace falta también ese mismo instante para caer en un mundo donde sólo la muerte de esa persona, puede hacerte sentir mejor, aunque eso signifique asesinar a un semejante.

Los trece años siempre ha sido una edad complicada para nosotros tanto si estamos pasando como si la vivimos desde fuera. Los cambios de nuestro cuerpo, la pubertad, esa “Edad del Pavo”. Aunque los cambios físicos son los más visibles, los cambios en la personalidad son todavía más fuertes y los que más sorprenden a los padres, ya que el niño dócil y amable de hace unos años ha dado paso a un joven con un carácter más difícil y distante. Los principales cambios que se producen en la personalidad de los chicos y chicas que se encuentran en la “edad del pavo” son los bruscos cambios de humor, que la familia pierde importancia y el grupo de amigos se convierte en el eje principal de sus relaciones sociales, que empiezan a interesarse por el sexo y a mantener relaciones sexuales, que se muestran rebeldes con los adultos pero son fieles a las costumbres y creencias de su grupo de amigos, que comienzan a plantearse cuestiones como la religión o diversos conceptos abstractos que antes no habían tenido en cuenta y que, en algunas ocasiones, pierden interés por los estudios.

Sin embargo, nadie se plantea que su hijo de trece años, se presente en su instituto con una ballesta, con un puñal y acabé con su maldita “lista negra personal” de enemigos por la vía rápida.

Hoy en el instituto Joan Fuster, ubicado en la plaza Ferran Reyes, en el barrio de La Sagrera de Barcelona, un alumno de segundo de ESO ha herido a cuatro personas, dos alumnos y dos profesores, y ha matado a un profesor.

El profesor asesinado era natural de Lleida y hacía una sustitución en el centro desde hacía diez días tal y como ya había hecho muchas otras veces en otros centros de la capital catalana por su función de interino. Era un apasionado de la historia. Hoy, al acudir al auxilio de una profesora agredida en la clase de al lado, ha encontrado la muerte. Por intentar salvar una vida, por proteger a los alumnos que con sus gritos daban la voz de alarma, un niño de trece años, un adolescente que cursaba sus estudios en ese centro, le disparó con una ballesta y luego le asestó una puñalada. ¡Ahí acabó su vida!

Lo más alarmante, como si la noticia en si no lo fuera, es que el menor, al no tener catorce años, no ha podido ni ser detenido. Ha sido confinado en un centro psiquiátrico como si de un loco se tratara y no de un hombre-niño muy cuerdo que ya había expresado más de una vez su malestar con su entorno y con su propia vida. ¿Cómo puede tratarse a un asesino como si fuera un perturbado sólo por una edad? ¿Qué no sabía lo que hacía? ¡No me lo creo! Alguien con la sangre fría como para tomar una decisión así, premeditada sin lugar a dudas, ha dejado de ser un “niño” para convertirse en un “verdugo” muy consciente de sus actos.

Como si la vida no fuera complicada con terroristas, perturbados sexuales escapados de las cárceles legalmente, locos psicópatas a los que este atenuante en si les proporcionará una reducción de condena, ahora tenemos con cargar el lastre de que hasta los que parecen niños, visten como niños, hablan como niños, actúen voluntariamente contra “enemigos” que simplemente lo son por marcarles unas pautas mínimas de civismo, educación y comportamiento.

¡Nadie merece morir! Menos que nadie, alguien que sin pensar en su propia vida, actuó como cualquier persona con corazón al oír chillidos de temor en la puerta de al lado. ¡NO ES JUSTO!

MORALEJA: Jaume Perich, (1941-1995) humorista español, dijo: “La gente joven está convencida de que posee la verdad. Desgraciadamente, cuando logran imponerla ya ni son jóvenes ni es verdad”.

viernes, 17 de abril de 2015

TRAS LA PARED (relato)





Llevaba muchos meses de sequía sexual. Nadie estaba disponible de mi círculo cercano de amistades para salir de caza ningún día. Y salir sola era como exponerse, como ser una presa demasiado fácil.

Llegué a casa del trabajo. Estaba sudada. Estaba siendo un mes de abril muy caliente. Justo en la entrada había varias cajas, mueble y demás. Alguien se instalaba en mi bloque. Tenía un nuevo vecino en frente.

Salté por encima de las cajas indignada por la poca previsión de dejarlas a un lado de la puerta y no justo delante de esta, estorbando a todo el que entrara. Estaba maldiciendo en voz alta cuando me metí en el ascensor. Cuando este estaba a punto de cerrarse, una mano se interpuso. Era el nuevo inquilino. Un chico de medida media, con cara de niño bueno, ojos pardos y sonrisa de buen vecino. No le conocía y ya le odiaba.

Me saludó y respondí como con una especie de bufido. Notó que me incomodaba su presencia. Llegué al séptimo piso y me bajé antes que él. Necesitaba llegar a casa y darme una buena ducha.

El cuerpo me ardía. Por el calor del sol de primavera, por la ausencia sexual de tantos meses. Se resbaló la alcachofa de mis manos al abrir el agua. En aquel momento el cable que iba del grifo a la ducha, me rozó mi sexo. Sentí un leve cosquilleo. ¡Me gustó!

Abrí el agua y me dejé trasportar por aquel sustituto ocasional que había encontrado para mi alivio. Mientras el agua corría por mi cuerpo, iba jugueteando con aquel cable entre mis piernas. Lo movía hacia arriba y hacia abajo, para que me rozara bien por fuera mi sexo que quemaba. Luego me movía yo por él, dejando que se adentrara más adentro.

Cuando aquel cable suave rozó mi clítoris no pude contener más en mi boca los gemidos que había intentado retener durante tanto tiempo. Disfrutaba mientras yo misma me proporcionaba un placer sublime que mi cuerpo tanto necesitaba. Cogí la alcachofa de la ducha, y sobre mis pezones duros y erectos, empecé a verterla muy cerca, para sentir la fuerza del agua dándome un goce sublime.

Gemía, gritaba, me inflamaba de delirio cuando por fin, alcancé el primer orgasmo. No sé como, me sonó como si tuviera eco, como si dos voces hubieran salido a la misma vez. Entonces, desde el respiradero del baño escuché la voz de un hombre que decía:

-      No pares. Sigue. Quédate conmigo un rato más.

Nunca había tenido vecinos al lado. ¿Podría ser que los cuartos de baños estuvieran casi conectados?

Estaba aún excitada y al ver que no estaba sola, seguí bajo la ducha. La coloqué fija dejando que el agua me mojara desde arriba. Con mis manos empecé a acariciarme los pechos.

-      Dime qué haces. No te calles.

Dijo una voz masculina desde el otro lado de la pared.

-      Me acaricio los pechos con ambas manos.
-      Imagina que son las mías. ¿Cómo los tienes?
-      Los tengo muy mojados. Se me resbalan los dedos por los pezones duros como piedras.
-      Si, no pares. Acerca un pezón a tu boca y lámetelo. Piensa que es mi boca.
-      Mmmmmmmm. Pufff. Me encanta.
-      Gime, no te cortes. Gime todo lo que quieras. Aquí estoy. Te escucho. Te siento. Estoy aquí contigo.
-      Sí, te noto. Estás caliente como yo. Noto tu ardor.
-      Desliza una mano hacía tu sexo. Imagina que es la mía.
-      Sí, la estoy bajando.
-      Mmmmmmm. ¿Cómo está? Dímelo.
-      Está completamente rasurado, ansioso, caliente, mojado, muy, muy húmedo.
-      Pufff. ¡Como me estás poniendo! La tengo que va estallar.
-      Meto dos dedos en mi sexo.
-      Mmmmm. Sigue, no pares.
-      Meto otros dos, necesito sentirlos todos dentro de mí.
-      Sí, así me gusta. ¡No pares!
-      Los muevo de adentro a fuera lentamente, muy lentamente.
-      Mmmmm. ¿Donde está la otra mano?
-      En mi boca, me estoy chupando los dedos.
-      Mmmmmm. ¡Me gusta! ¿Qué dedo estás chupando?
-      Ahora el índice. Me imagino que es tu sexo. Que te estoy lamiendo la verga.
-      Pufff. ¡Me vuelves loco! No pares, no pares.
-      Acelero los dedos en mi sexo. Los acelero poco a poco. Chorrea mi sexo de placer.
-      Mmmmmmmmm. Dime más, no pares.
-      Deseo correrme. Estoy a punto.
-      Mmmmmm. Sí, hazlo, córrete para mí. Gime para mi preciosa.

Mi grito invadió todo su baño y el mío. Fue algo tan intenso, que incluso podía sentir su cuerpo muy cerca de mi cuerpo. Poco después de acabar yo, oí su orgásmico grito desde la ducha aún.

No nos dijimos nada más tras el último gemido. Al cabo de cinco minutos, llamaron a la puerta de mi casa. Salí con el albornoz de ducha puesto y abrí la puerta.

-      Hola, me llamo Pedro. Soy tu nuevo vecino de al lado. ¿Puedo pasar?

Él también llevaba su albornoz. Lo dejé entrar, cerramos la puerta y tras el portazo, los dos albornoces cayeron al suelo y nosotros dos nos devoramos como fieras encima de ellos.

miércoles, 15 de abril de 2015

DESPIDOS A LA CARTA (SPAIN IS DIFFERENT)




El pasado 8 de abril una incursión tras una investigación de los Mossos d'Esquadra consiguió detener a once personas y efectuar trece registros en una operación contra el terrorismo yihadista en varias poblaciones de Cataluña.

Las detenciones en Barcelona, Terrassa, Sabadell, Sant Quirze del Vallès (Barcelona) y Valls (Tarragona), están relacionadas con una operación de diciembre de 2014 en la que se detuvo en Bulgaria a tres vecinos de Terrassa, Sabadell y Monistrol de Montserrat (Barcelona) cuando se iban a incorporar al Estado Islámico.

En lo que va de año han sido detenidas alrededor de treinta personas en España por su supuesta relación con el terrorismo yihadista en varias operaciones. Una de las más destacadas la del 13 de marzo en la que se arrestó a ocho presuntos miembros de una célula terrorista en Barcelona, Gerona, Ciudad Real y Ávila. Todos eran españoles y cinco de ellos de origen marroquí.

Las primeras detenciones se produjeron en Ceuta a principios de año (24 de enero), cuando fueron apresadas dos parejas de hermanos, Farid Mohammed Al Lal y Mohammed, y Anwar Alli Amzal y Redouan (de nacionalidad española y origen marroquí), presuntos yihadistas dispuestos a cometer un atentado e inmolarse.

El 24 de febrero, la Guardia Civil desarticuló una red de reclutamiento para el Estado Islámico que llevó a la detención de cuatro personas, dos en Melilla y otras dos en Cataluña.

El 7 de marzo la Guardia Civil detuvo en el aeropuerto de Barcelona a una marroquí, residente en España, que pretendía viajar a Siria con su hijo de tres años para unirse al Estado Islámico.

Tres días después, la Policía arrestó a dos personas y neutralizó en Ceuta una célula yihadista que estaba plenamente preparada y dispuesta para atentar.

Los últimos detenidos antes del 8 de abril habían sido un matrimonio marroquí y sus dos hijos gemelos (31 de marzo) de dieciséis años en Badalona por su supuesta vinculación con una red de envío de yihadistas a Siria en la última operación policial contra este tipo de actividades delictivas en el primer trimestre del año.

Pese a que las detenciones se produjeron en diferentes lugares del ancho y largo territorio español, tras esta última operación llevada a cabo por los Mossos d’Esquadra, más de un político Español, ha utilizado este logro policial, esta lucha antiterrorista, como un si fuera un cartel de promoción de su partido para las próximas elecciones. Lejos de la unión que tanto se jactan de reclamar para todo el territorio, lejos de alabar un acto contra un grupo terrorista que no sólo pensaba atentar en nuestro país sino que iba a poner en peligro miles de personas con sus actos en pos de sus creencias, lejos ver con buenos ojos la suerte que hemos tenido en detener a estas personas, lejos de lo que sería normal o entendible, han preferido seguir atacando con sus consignas, con su malogrados discursos inapropiados a una comunidad autónoma que no me extraña que cada vez más y con más ahínco, pida a marchas forzadas ese lugar aparte del resto de ese retrogrado estado de inmovilismo social, político y mental.

Y es que, por desgracia, su forma de ganar “elecciones” es esa: inculcar el miedo. No tienen un formato político defendible, ni una estructura certera que les ayude a “convencer” más allá del pánico.

Los atentados 11-M fue el primer ataque terrorista en cuatro trenes de la red de Cercanías de Madrid llevados a cabo por una célula de terroristas yihadistas, tal como reveló la investigación policial y judicial. Todo llevó a suponer, que fue como una especie de “venganza” porque España fuera con sus tropas a apoyar a EEUU a una guerra que no iba con nosotros. Hasta esa fatídica fecha del 2004, nosotros conocíamos lo que era el terrorismo por ETA. Nunca nos hubiéramos imaginado que los países árabes, nos vieran como una amenaza y menos aún, que sus radicales más extremistas, nos pusieran desde entonces en el punto de mira.

Nosotros gritamos un sonoro NO A LA GUERRA. Años más tarde, seguimos pagando los platos rotos. ¿Cómo? Teniendo que vivir con políticos que estarían mejor con la boca cerrada de lo poco que saben de nuestro país y del mundo. 

La ignorancia es una lacra para un país como el nuestro. Lo peor de todo es que se sigue apostando por una educación pésima. ¿Saben ustedes por qué? Sólo para que los que están más arriban, no parezcan verdaderos zotes sin un ápice de inteligencia en sus cabezotas cabezas.

MORALEJA: El pasado 13 de abril los desafortunados comentarios de una periodista italiana, Paola Saluzzi, en un 'tuit' a Fernando Alonso, le costó su puesto de trabajo. Ella decía lo siguiente: «Le ha vuelto la memoria y se ha acordado de como es #arrogante #envidioso #pedazodeimbecil» (la periodista se refirió así a la supuesta amnesia que sufrió el asturiano tras el accidente durante los test de Barcelona en febrero).

El pasado 8 de abril, el Ministro del Interior Fernández Díaz, acusa a los independentistas catalanes de integrar a musulmanes extremistas.  Jorge Fernández Díaz, dijo que la fundación Nous Catalans dirigida por Àngel Colom (exdirigente de ERC y ahora en CDC) ha integrado a musulmanes extremistas.  A fecha de hoy ni se le ha pedido formalmente retractarse, ni se le ha destituido de su cargo. ¿Es normal que eso pase en un país de la UE? No. 

La igualdad no es una palabra que se utiliza sólo para hacer campaña. La igualdad tendría que poner a cada cual en su sitio por un presente mejor para todos y, sobretodo, más elocuente. 

Sin embargo, contra un corredor de fórmula uno, un tweet mal intencionado o desafortunado, consigue un despido en Italia y un Ministro de España ataca de forma frontal con alevosía y premeditación a toda una comunidad autónoma por su sistema de integración, y para él no hay castigo alguno, sólo un suma y sigue de mediocridad. Francamente lamentable.

viernes, 27 de marzo de 2015

LA “SALVACIÓN” DE CIENTO CUARENTA Y NUEVE ALMAS





Hasta ahora, como mucho veíamos un caso de violencia doméstica y contemplábamos horrorizados como el marido celoso, una pareja celosa, había matado primero a su mujer o su compañera y luego se había suicidado. Siempre nos decíamos indignados por el asesinato: “¡Hijo de puta! Ojalá se hubiera suicidado antes él. ¡No es justo!”.

Nuestro malestar no se iba ni al cabo de un día, ni de dos. Y siempre que otra persona sufría por desgracia el mismo final, siempre la misma frase y por desgracia, el recuerdo de todas aquellas que habían perecido antes que la última.

Sin embargo, lo que pasó el pasado 24 de marzo no se nos olvidará jamás. Un joven alemán, Andreas Lubitz, de veintisiete años de edad, copiloto en el vuelo número 4U9525 de Barcelona a Düsseldorf, se quedó sólo en la cabina del avión a los mandos del mismo cuando el piloto salió a satisfacer una necesidad vital. Andreas en ese momento decidió acabar con su vida y con la vida de todos los pasajeros. ¿Por qué? Por las informaciones obtenidas por diferentes medios de comunicación, Lutibz sufría una grave depresión. De echo el médico le había concedido la baja por culpa de su estado la cual el intento hacer desaparecer.

¿Por qué este joven al cual sus vecinos consideraban una persona simpática, sencilla, deportista que siempre había tenido el sueño de volar, no se suicidó con un tiro en la sien, o cortándose las venas, o tirándose por un acantilado? Los médicos dicen que posiblemente, ya que todo no deja de ser una especulación, Andreas intentara “salvar” aquellas ciento cuarenta y nueve almas con aquel acto egoísta de suicido colectivo no informado.

¡Salvación! Como si de un Mesías se tratara en pos de un futuro mejor para los que viajaban no sólo con él sino que por desgracia pusieron sus vidas en sus manos simplemente por el echo de volver a casa y haber comprado un billete de avión en la compañía Germanwings.

Registraron la casa del que ya han denominado más de uno “asesino”. Registraron la casa de sus padres y sólo encontraron, por lo que se ha publicado, el papel de la baja, la medicación y poco más. No había carta de suicidio.

Mas hay una cosa que me ronda en la cabeza después de saber varias cosas sobre la compañía en la que trabajaba Lubitz. ¿Es posible que ese acto indigno de aniquilar ciento cuarenta y nueve vidas en un accidente aéreo no fuera sólo un grito de socorro por parte de un chico que sufría una fuerte depresión? ¿Pudo ser que con ese acto estuviera intentando vengarse de aquellos que por desgracia lo habían abocado a esa situación?

Los dirigentes y representantes del grupo Lufthansa en rueda de prensa, afirmaban que confiaban en sus pilotos pero… ¿Se podía confiar en los que tenían el “poder”? ¿Se podía confiar en los que estaban al cargo? ¿Se podía confiar en todos aquellos que habían convertido el sueño de un joven alemán en la peor de sus pesadillas?

No se equivoquen, no. ¡Jamás defenderé un acto de egoísmo supremo! Jamás diré que Andreas Lubitz no fue culpable del asesinato, pues no se me ocurre otra palabra que indique con más claridad lo que hizo, de ciento cuarenta y nueve vidas humanas a parte de la suya.

Pero una cosa está clara: hay muchas formas de poner fin a una vida. Por desgracia infinitas. Y un acto de tanta crueldad y magnitud sólo significa una cosa: él posiblemente deseaba que abriéramos los ojos y que miráramos más allá de nuestras narices. ¡No fue una forma adecuada de llamar la atención! Ninguna muerte lo es. Mas ahora, que tenemos a los posibles culpables de su depresión delante de los ojos, que no queden impugnes del daño que cometieron.

"El aleteo de las alas de una mariposa puede provocar un Tsunami al otro lado del mundo". Si alguien te anula como persona, si te hace ver que no sirves para nada, si te recrimina, o si te racanea el sueldo. Si una persona te hace jugarte la vida en aviones que no cumplen las condiciones mínimas de seguridad. Si tienes que volar con miedo y ser amonestado formalmente cuando te niegas a formar parte de la tripulación de un vuelo que quizás no llegue a ninguna parte. Cuando un sueño de niño se convierte en la peor pesadilla del mundo para ti, tú eres el Tsunami, la consecuencia, pero el aleteo, la chispa que desencadenó todo y lo precipitó a este horrible final, por desgracia, vino mucho antes, en otro lado, en otro lugar, desde un mundo más arriba del que un copiloto podría nunca alcanzar.

MORALEJA: Cristina Piaget dijo: "Por más que me coma el coco, sé que la historia depende de los líderes. Ellos deciden y tienen el poder de destrucción."

jueves, 26 de marzo de 2015

LA INOCENTE (relato)





El fin de una relación de siete años es dura. Volver a ser yo en vez de nosotros y recomponer las amistades no era fácil. Por suerte Lucas y Mamen siempre habían estado ahí. Cuando me quedé sin donde ir ellos me acogieron en su casa. Me ayudaron a ir a por mis cosas, para recoger todo lo que quedaba tras una relación más complicada de lo que muchos imaginan.

Mi pareja era muy celoso. Era un hombre muy posesivo. La ruptura vino porque me levantó la mano. Eso fue el fin. No iba a tolerar que nadie me maltratara.

Durante muchos años había tenido que prescindir de faldas, de maquillaje, de colores, de escotes, de todo lo que pudiera enmarcar mi figura y que los demás se dieran cuenta de que era una mujer.

Lucas y Mamen tenían una fiestas de disfraces y me pidieron que les acompañara.

-         Cielo, es una fiesta algo particular. Es para liberarse y dejarse llevar. ¿Estás preparada para ello? – me dijo mi amiga un tanto preocupada por mí.
-         No me apetece conocer a nadie de momento.
-         Vamos. ¿Y qué vas a hacer? ¿Hasta cuando vas a estar llorando por ese cabrón?
-         ¿Pero no acabas de decir que no estaba preparada?
-         Bueno,… sí, pero no quiero que te quedes en casa por ese cretino. Vamos a por tu disfraz.

Salimos a buscarlo. Ella deseaba verme vestida muy extremada, con un traje de diablilla traviesa, o con uno de policía muy extremado, o con uno de doncella con una faldita muy, muy corta. Descarté esas opciones. Yo no era así. Elegí uno de monja un tanto atrevido con un gran escote en la espalda, una raja de la cadera hasta el suelo y tacones de aguja de color negro, muy sexys y altos.

Nos disfrazamos los tres. Mi amiga iba con un traje militar exhuberante, con una falda muy corta y un escote pronunciado. ¡Estaba muy sexy! Su marido estaba francamente tremendo. Vestía como un pirata, a lo Jack Sparrow, con el torso descubierto delicioso. ¡Madre mía! Jamás había visto a Lucas como un hombre y estaba… para comérselo.

Yo parecía una niñita inocente con aquel disfraz. Pese a mis largas pestañas, mis labios rojos, el escote de mi espalda, mas la raja de arriba abajo que había en mi habito, yo no deja de ser algo normalita tirando a mojigata. Mas iba sola a aquella fiesta y mejor no aparentar que estaba disponible, no más de lo necesario.

Fuimos en taxi pues no era correcto ir así en trasporte público. Pude notar como mis amigos jugueteaban y se metían mano. Por un momento mi mente se imaginó a Lucas entre las dos. Me veía en mi mente, lamiendo sus pectorales mientras Mamen le devoraba su miembro con el morbo añadido de que teníamos al taxista de espectador. Aquella escena mental lubrico mi sexo de manera profusa. ¿Qué me estaba pasando?

Volví a la realidad cuando el taxista dijo son veintitrés euros. Salimos del taxi y entramos en un lugar un tanto curioso. Tenía unas escaleras que iban ligeramente hacia abajo. Al entrar, una enorme sala con una luz francamente agradable pese a que no dejaba de ser una discoteca algo particular.

Lucas vio que yo me tensaba al entrar al ir sola. Me susurró al oído: ‘Relájate y disfruta’ y me guiñó un ojo de forma seductora. Aquello, sin saber como, me desinhibió. Fui sola a la barra a buscar una bebida mientras ellos bailaban de forma provocativa en la pista. Pero no eran los únicos con trajes sugerentes moviéndose de forma lasciva en mitad de la pista. Caperucita y su Lobo particular, con trajes sugerentes, disfrutaban de unos movimientos la mar de sugerentes. Tarzán y Jane eran dos salvajes que poco dejaban a la imaginación. Todo tenía un ambiente como distendido, lleno de libertad y cargado de mucha esencia lasciva.

Mientras esperaba que me sirvieran un Martini de Manzana, se me acercó un preso con barbita de tres o cuatro días, en plan descuidado el pelo y con la mirada francamente perturbadora. Me dijo:

-         Llevo diez años sin probar una mujer y creo… que no voy a pasar ni uno más sin estar con una.

En otras circunstancias le hubiera contestado de forma grosera. Pero estábamos allí para pasarlo bien y sin lugar a dudas, yo debía también empezar a interpretar mi papel.

-         Señor, desconozco lo que es yacer con hombre alguno. Mis padres me recluyeron en un convento cuando cumplí los doce años y no he conocido varón. ¿Queréis hacerme el honor de desvirgar a esta virgen? ¡Lo necesito!

Me miró fijamente, sonrió y me besó en la boca de forma muy apasionada. Luego sorbió mi copa y me la vertió en los labios. La lamí como si fuera agua y yo estuviera sedienta. Él me provocaba con su lengua dentro de mi boca y yo, le devolvía la provocación con mis labios mientras mis dientes mordían de forma sensual sus ganas.

Me cogió por la cintura y me condujo hacia la pista. Su cuerpo se movía de forma perfecta al compás de la música. Se puso a mi espalda y pude sentir su sexo duro, firme, hambriento esperando salir dentro de su disfraz. Quitó el único botón de mi parte superior de mi hábito. Mis pechos quedaron a la vista de todos. Podía ver como me miraban de forma lasciva. ¡Me encantaba! Se acercaron Mamen y Lucas hacia nosotros. Lucas besó mi boca mientras el preso seguía a mis espaldas mordisqueando y lamiendo mi espalda. Luego mi amiga me besó donde su marido acababa de dejar su huella.

Mamen estaba frente a mí. Entre ella y yo cada vez había menos aire. Su marido estaba detrás de ella. Podía ver como metía sus dedos bajo la falda. Lucas cogió mi mano y la metió bajo la falda de su esposa. Mis dedos jugueteaban con sus labios completamente depilados y profusamente mojados. Su marido empezó a deslizar los suyos hacia atrás. Notaba como ella se estremecía de placer. Mi acompañante había abierto mi raja y se deleitaba restregándose con su dura verga en mi trasero aún presa por la tela de su traje a rayas.

Lucas quitó el minúsculo tanga de su mujer. Mi acompañante hizo lo mismo con mis braguitas. Sus dedos se introdujeron en mi sexo. Estaba muy mojada. Noté como sus mano casi entera entró dentro de mí. Me encantó. Cuando iba a meter de nuevo la mano bajo la faldita militar de Mamen, ella me la cogió y me chupó los dedos de forma deliciosa. En ese mismo instante otras dos parejas se acercaron a nosotros. Ellas delante y ellos detrás. Sus dedos empezaron a deslizarse tanto por mi sexo como por el de mi amiga. Sus bocas mordisqueaban nuestro pezones. En ese instante sentí como un miembro enorme se introdujo en mi sexo desde atrás. Me sentía completamente dispuesta a todo. Mientras seguía notando un placer superior con los dedos de dos desconocidas proporcionándome un placer supremo y un hombre penetrándome de forma sublime, Mamen cedió su sitio a su marido. Lucas empezó a comerme los pechos mientras ella besaba a mi acompañante. Las otras dos mujeres empezaron a morrearse mientras sus parejas hacían lo mismo. Ellas empezaron a bajar sus bocas hasta alcanzar sus sexos respectivos. Se tiraron al suelo una sobre la otra disfrutándose infinitamente con lamentotes ansiosos. Sus parejas hicieron lo mismo. Ver a otras parejas interactuar sexualmente mientras dos hombres les daban mucho placer, era de lo más morboso.

Mi acompañante sacó su miembro de mí y dejó su sitio a Lucas. Él me cogió y me penetró con su sexo mientras ambos mirábamos como Mamen era penetrada a cuatro patas por el prisionero. Aquello me excitaba y podía notar por como el miembro de Lucas se adentraba fuertemente en mi sexo, como a él le encantaba.

Había unos cojines en forma de harén entre telas a un lado como si de un reservado nada privado se tratara. Poco a poco, nos fuimos yendo todos hacía allá. Ya no quedaba nada de nuestros disfraces en nuestros cuerpos.

Ya no había parejas en aquel distendido lugar. Todo eran bocas hambrientas, sexos palpitantes, duros, firmes, deseando penetrar todo lo que se pusiera a su paso. Vi como Lucas fue embestido por uno de los hombres mientras él comía el sexo a una desconocida. Yo me sentí penetrar por delante y por detrás mientras otra verga se deslizaba en mi boca. Me gustaba sentirme tan penetrada por todos lados. Deseaba poder tenerlas todas para darle placer. Otras tres chicas en forma de triangulo, se comían una a otra. Aquella fiesta era un pozo sin fondo de goce, de placer, de delirio supremo del éxtasis.

Todos probamos a todos. ¡Fue sublime! Y obviamente, no sería la última vez que disfrutaría de una fiesta privada de disfraces.