sábado, 21 de diciembre de 2013

FINAL DE UNA PARTIDA PERDIDA (escrito)

 

Mi mundo se hizo pequeño. Aquella mañana, cuando los rayos de sol traspasaron la ventana de par en par abierta lo vi claro: yo no podía vivir más allí dentro.

 

Todo en mi había cambiado y yo,… ya no era yo. Era una imitación mala de lo que había sido en un ayer no tan lejano, cuando era joven, cuando ella no estaba en mi vida, cuando sabía lo que quería y cuando.

 

Eso ya no era así. Ser marido tiene pegas. ¡Hay que amoldarse a la nueva vida para dos! Hasta que al convertirse en padre hace que tu mundo se empequeñezca para ser parte del mundo de tus hijos que ya deja de ser tu mundo (no es malo pero ya todo queda supeditado a ellos. No sólo se pierde una parte de ti sino que, poco a poco, te acabas perdiendo tú por entero).

 

El trabajo adecuado, para mí que aún puedo elegir por ser uno de los mejores dentro de mi campo, era el que tuviera a mi familia cerca para poder compartí con ellos hasta de la primera y última de todas aquellas cosas, pequeñas o grandes, de la vida de mis retoños.

 

Ella se alejó o lo hice yo (ahora no lo recuerdo bien). Nos limitamos ambos hasta el punto que un día, al menos yo, cuando me miré en el espejo no me reconocí. ¡Yo no era mi reflejo! Pero me había convertido en él.

 

Luego todo se precipito como una pequeña bola de nieve que cae de una montaña y al llegar a la ladera es tan inmensa que es imposible dejar de observarla. Intentar no acabar aplastado por ella era un reto duro, no imposible.

 

Ahora, que todas las cartas quedaron visibles sobre la mesa, que no hay ases en la manga, que la verdad se reflejó ante los dos por igual y a la misma vez, las máscaras cayeron y la palabra separación era la losa que pesaba sobre los cimientos derruidos de un matrimonio que parecía ser una farsa mal elaborada. ¿Se puede fingir el amor?

 

Volver sobre los paso para encontrarme no me parecía mala forma de empezar mi nueva vida. Eso aún estaba por ver. Lo importante es que empezaba una nueva etapa y que en ella, intentaría volver a ser ese yo que un día fui. No se trataba de volver a ser un joven sino de seguir viviendo esa nueva vida destrozada por un amor que acabó, con el ímpetu con el que decidimos componer juntos, ella y yo, un proyecto en común. Nuestro tiempo juntos había acabado, para bien o para mal. Lo que venía ahora sería complicado pero no imposible. ¡No hay nada imposible!

 

Mi mundo se había hecho muy pequeño. Aquella mañana lo vi claro. Debía empezar a ensanchar mi mundo poco a poco y sin prisa. Mi mundo volvería a su tamaño normal pero para eso, tendría que tener ganas de volver a empezar desde cero y aunque no me aterraba el desafío,… no lo haría nunca sin mis hijos en ese nuevo mundo mío.

jueves, 19 de diciembre de 2013

ÚLTIMO DÍA DE OTOÑO (poema)


ÚLTIMO DÍA DE OTOÑO

Me asfixia este
último día de otoño.
En el cielo gris se desviste
una sombra que no reconozco.
Su perfume me contaminaba.
Podía sentir el aliento vagando
tristemente por mi nuca.
Se marcharon las golondrinas,
las mariposas ya no
brillaban dando suerte
blanca a nuestros ojos.
¡Todas se habían esfumado!

Se helaba una y otra vez
la misma escarcha
que el sol no lograba
calentar durante todo un día.

Los parques inhóspitos
marcaban el fin de la vida.
Una bomba de oscuridad helada
se cernía sobre nosotros
cada vez con más y más fuerza.

Se precipitaba el invierno.
Se derrumbaba a tal velocidad
sobre las personas ausentes
que casi acababa
de golpe con su recuerdo.

La nieve empezó
a cuajar con fuerza.
¡No! ¡Aún no por favor!” Grité yo.
¡Ya es tarde! ¡No puedes evitarme!”
Susurro aquella sombra en mis sueños.
El último día de otoño
acababa de morir antes mis ojos.
Mi llanto no duró mucho:
el aire coagulo hondamente
mis lágrimas contra mi cara.
¡Así acabó mi pena!
Sin sangre corriendo por mis venas,

sin ríos de dolor resbalando por mi penar.

miércoles, 18 de diciembre de 2013

DUELO (poema)


DUELO

Me llenas el alma de luto.
¡No puedo aguantar tanta pena!

Si las lágrimas
tuvieron algún sentido,
las que corren hoy
por mis mejillas no lo tienen.

No necesito plañideras
que me recuerden tu muerte,
ni crespones negros en los balcones,
ni coronas de flores marchitándose,
ni ropajes de negrura impregnados.

No busco el duelo,
siempre va conmigo.
Forma parte de mi carne,
de ese músculo lleno de quejido,
de esta piel que respira
despedida eterna en cada poro,
de mi ser entero velando
siempre al mismo muerto
(pues muerto sólo hay uno).

El dolor siempre es constante,
una variable difícil
de controlar pero inquebrantable,
como un martillo incesante
recordándome tu silencio para siempre.

Dichas dejaron las normas,
la pautas para seguir
hasta el sepulcro.
¡Me niego a cumplirlas!
Ser uno más no va conmigo.

¡NO LLEVEN FLORES

NUNCA A MI TUMBA!

martes, 17 de diciembre de 2013

RECUERDOS CONFUSOS (relato)

 

Todo está muy confuso en mi mente. Recuerdo que tenía un masaje. Al llegar una chica rubia con el pelo corto me dijo que me desnudara y me tapara con una toalla. No había nada raro en eso. Era un masaje de cuerpo entero y ambas éramos mujeres. Hice lo que me dijo. Me tumbé y esperé. La música era relajante. El aroma era suave.

 

Al poco rato yo me sentía como nunca y aún no me habían tocado ni un pelo. Poco tiempo más tarde, unas manos me acariciaban la nuca, se deslizaban entre el aroma de la canela y la naranja. Me sentía bien. No habían pasado ni cinco minutos del primer contacto cuando otras manos empezaron a acariciar mis muslos y subían hacia mi trasero deslizantes. Quise decir algo, o lo pensé, o intenté pensarlo. No éramos dos. Éramos tres. Quise ver quien era la tercera o el tercero pero me dejé llevar. Alguien traspasaba la barrera de un masaje y con sus dedos, llegaba a lugares que jamás había explorado nadie en mi anatomía. Mientras, la manos del cuello, me dedicaban roces que me trasportaban al placer una y otra vez.

 

Todo esta confuso, muy confuso, pero recuerdo que me di la vuelta y había un hombre, había una mujer y estaba yo. Ella alcanzo mi sexo con los dedos mientras con la boca mordisqueaba mis pezones. Él me miraba, la miraba y no dejaba de deleitarse mientras seguía masajeando mi cuerpo.

 

No recuerdo mucho más. Todo esta difuminado en mi mente. Recuerdo que no se como acabé encima de él, su pene dentro de mi, ella delante de mi, con su sexo en la boca de él mientras yo me movía como loca con su pene bien dentro de mis entrañas. Ella buscaba mi cuerpo. Él seguía empalmado, con ganas infinitas de proporcionar más y más y más placer a una hembra.

 

Todo está confuso. Me cuesta acordarme de todo. Eso si, mi mente, mi cuerpo entero y mi sexo se estremecen cuando algo fugaz vuelve a turbar mis recuerdos. Recuerdan más que yo o eso es lo que me digo para justificar que fui gozada por un hombre y una mujer a la vez y que jamás me sentí tan completa.

 

La confusión está. Los recuerdos vienen, van, desaparecen. El hecho fue claro: deseo volver a repetirlo una vez más después de otra.

lunes, 16 de diciembre de 2013

UN DÍA MAS EN EL MUNDO (poema)


 
UN DÍA MAS EN EL MUNDO

 

No voy a engañarte.

¡Siento miedo!

Miro un espejo que

no me refleja nada.

Hay tantas luces desde

aquí que me ciegan

el pensamiento.

Quiero ir, escapar,

sentir que existe algo

mas que nacer y morir

sin más ni más.

 

Me levanté temprano esta mañana.

Luché por buscar una nueva

ilusión redentora

que me aliviar las ganas

de no regresar.

¡No existe la ilusión!

¡Se murió la dignidad humana!

 

Muertos y más muertos

incrementan sus cifras.

¡Nadie hace nadie!

Golpes de los uniformados

contra personas con las manos

vacías pidiendo lo

que es constitucionalmente lógico

(casa, vivienda, trabajo,…).

 

“¡Colla de borricos!

¡No tenéis derecho a nada!”

Nos dicen desde sus pulpitos

intocables de mafiosos

venidos a menos.

¡Solo son ratas!

Ratas mangantes y maleantes

que contaminan todo lo

que tocan y mucho más.

 

Se cierra otra puerta.

¡No hay ventana más allá!

Quien nació pobre morirá pronto.

Quien nació en casa de gubernativo

vivirá mucho y bien,

con dinero legitimo

o negro negrísimo.

¡Eso que más da!

¡Nada le cuestionara

un hijo pijo a su papa!

 

Bienvenidos al siglo

veintiuno de la desigualdad.

¿Alguien da más?

¡HAGAN JUEGO SEÑORES!

Su partida contra la dignidad,

siempre ganada ha de estar.

 

 

FIN DE LA HERIDA (poema)


 
FIN DE LA HERIDA

 

En este deshonesto

adiós no quedó nada.

Si fuiste algo

ahora sólo

olvido serás.

Todo me supo

a malquerencia,

Una forma extraña esa

donde confundiste

posesión con deseo,

amor con obsesión,

ansias con capricho.

 

No me perdiste para eso hacía

falta estar y no nunca estuviste.

 

Para lastimar mi corazón hacía

falta que yo sintiera algo por ti.

¡Eso nunca paso!

 

No hubo otra,… hubo cientos.

¿Crees que me importó?

 

Decírtelo claro fue

mi máxima más querida.

No escucharme jamás la tuya.

 

Sí, estuve loca,

me dejé llevar,

tuve sueños,…

jamás fueron contigo.

¿Ves lo poco que me

importabas ahora?

 

Donde tú ves desdén

yo sólo expreso gratitud

por tu ignorancia constante.

 

Si estas aquí o allá,

si ríes o lloras,

a mí que más me da.

 

En este deshonesto

adiós no quedó nada más.

 

¿Lo entiendes ya?

domingo, 15 de diciembre de 2013

NOSOTROS A SOLAS (poema)


 
NOSOTROS A SOLAS

 

Tu cama estaba muy

fría cuando llegué yo.

Un anillo dorado

brillaba en tu mano.

¡Eso no importó!

En la mía otro brillaba

por similar razón.

No era tuya.

No eras mío.

No deseábamos nada.

El hambre era toda nuestra.

No era convencional

la forma de verse,

ni la de encontrarse a ciegas,

ni siquiera la forma de rozarnos.

No eran engaño, ni farsa,

era inevitablemente,

hallarse para deleitarse.

El goce era la clave.

La falta de él la excusa.

 

Hubo, hay y habrá.

¡No necesito más!

El momento que elijas,

a la hora que decidas,

cuando tú lo ordenes

sin previo aviso.

Una llamada,

simples palabras,

para llegar a la cima

del placer una y otra vez

juntos, pero nunca solos.

¡Esa era la descarga!

¡Ese era el motivo!

¡Eso era todo!

¡QUE DICHA MAS GRANDE

HABERTE CONOCIDO!

Un regalo saber que existes.

Un placer perderme en tu deseo.

Un deseo irrefrenable de escuchar

una vez más, tu voz muy pronto.