jueves, 21 de noviembre de 2013

ERRORES GRAMATICALES GRAVES



* Gamberrada: Acción dañina, molesta o escandalosa para otras personas (Enlace web: http://www.wordreference.com/definicion/gamberrada).

 

* Primer delito: Por el primer delito cometido, si la pena de cárcel es inferior a dos años, no vas a prisión.

 

* Muerte: La muerte es un proceso terminal que consiste en la extinción del proceso homeostático de un ser vivo y, por ende, concluye con el fin de la vida. El proceso de fallecimiento -aunque está totalmente definido en algunas de sus fases desde un punto de vista neurofisiológico, bioquímico y médico-, aún no es del todo comprendido en su conjunto desde el punto de vista termodinámico y neurológico y existen discrepancias científicas al respecto. Adicionalmente no se ha definido científicamente en qué parte del proceso está el umbral en que se pasa de la vida a la muerte. (Enlace web: http://es.wikipedia.org/wiki/Muerte).

 

Cuesta pensar que una muerte en España se paga muy barato. Cuando aún estamos consternados con la liberación del violador del ascensor por la derogada Doctrina Parot sin cumplir su pena que ascendía a mucho mas de los 21 años escaso que ha cumplido en la cárcel sin mostrar en ningún momento arrepentimiento, nuevas resoluciones judiciales ponen en entredicho la justicia en nuestro país. Cuando unos padres matan a su hijo y se van a casa como si no hubiera pasado nada eso no es justicia. Cuando un abogado para defender a su cliente alega que fue una gamberrada cuando la persona que incluye a los seis delitos ya es mayor de edad es que hemos perdido el norte. Cuando un primer delito, si la pena de cárcel es inferior a dos años no vas a prisión estamos hablando de que puedes hacer cosas muy serias e irte a tu casa tan campante.

 

En un país donde los ricos ROBAN por robar pues no se entiende que un duque, o una princesa, o el hijo de una infanta necesiten ese exceso de capital como si no tuvieran suficiente con lo que ya obtienen sólo por ser quienes son, las vida, la humildad y la franqueza dejan de tener valor y peor aún, sentido humano compresible para los que tenemos corazón.

 

Caso abiertos que no se cierra, juicio que llegan diez, once o doce años tarde sin que la pena sea justa, es que hay que hondar en el problema y arrancar la parte enquistada del sistema para poder renacer de la tierra con las lecciones aprendidas.

 

¡Se acabó los errores! Si no son gramaticales y graves, el resto no tiene cabida para una sociedad cansada de ver que no se hace nada por solventar a un problema que está afectando no sólo a hombres y mujeres sino a niños.

 
MORALEJA: Menandro de Atenas dijo: “El hombre justo no es aquel que no comete ninguna injusticia, si no el que pudiendo ser injusto no quiere serlo.”

martes, 19 de noviembre de 2013

EL PROFESOR DE MATEMÁTICAS (relato)


 

Cuando conocí a Marc tengo que reconocer que lo consideré un maestro un tanto pardillo, demasiado prepotente y sin sabiduría, que se gana con los años de trabajo, en la enseñanza.

 

El primer año que entró en nuestro instituto, para mas INRI, nos tocó como profesor de matemáticas y verdaderamente parecía un pardillo de primera. Intentaba marcar su territorio y siempre contestaba bordemente, de forma incorrecta, como dejando a entender que no se dejaba amilanar por ningún alumno fuera menor o mayor su conocimiento en la materia.

 

Recuerdo una vez que en un problema de matemáticas a mí me daba diferente que el libro. El me dijo que si era tan lista que saliera a la pizarra. Yo le dije que no me hacía falta salir a la pizarra para demostrar que el libro erraba en el cálculo. Era más un problema de lógica le respondí. Me dijo que si iba a saber yo más que el libro o que un maestro. Eso me molesto mucho. El problema era algo así:

 

Si Pedro con cinco colillas de cigarro hace un cigarro nuevo. ¿Cuántos cigarros podrá fumar con 25 colillas? Supongo que todos estáis pensando que cinco pero yo dije seis. Si Pedro hace con cada cinco colillas un cigarro y se fuma cinco cigarros, tendrá cinco colillas más y podrá hacer otro cigarro más que hará un total de seis cigarros para fumar. ¿Si o no? Era algo así, parecido, pero con otros datos más académicos.

 

Cuando le dí me respuesta se quedó un rato pensando y luego no dijo nada. Al acabar la clase me llamó a su mesa y fui. Me dijo que no podía ir de lista en su clase. ¿Lista? ¿No se trata de cultivar la mente e ir más allá? Le dije que yo lo comentaría con otro profe de mates porque estaba claro que a él,… le faltaban tablas (tengo que reconocer que yo también era un poco borde pero era joven y él no. ¡Yo si que podía ir de prepotente! Tenía 16 años. Él no, tenía una carrera y diez años más que yo).

 

Pasó su periodo con nosotros (seis meses pues íbamos por créditos) sin pena ni gloria. Ya no lo tuve más de maestro pero seguía dando clases en el centro y a las fiestas que los alumnos montábamos en plan recogida de dinero para fin de curso, venía y lo veíamos.

 

Recuerdo que en una de esas fiestas él, Marc, me hizo sentir muy incómoda. Yo ya había cumplido los 18, había acabado la selectividad y estaba celebrando con mis compañeras de clase, el fin de una época muy dura de concentración. Él era uno de los docentes que había asistido a la fiesta. Aquella noche yo estaba que partía con la pana, con un mono ajustado negro con cremallera en el escote en plan BUSCO A JACKS pero con una delantera de una cien. Lo pillé varias veces mirándome fijo, con su copa en la mano, sólo, recostado en una de las mesas de la discoteca. ¡Me estaba poniendo nerviosa! Intenté no hacerle caso. Me dí la vuelta y seguí bailando con él a mis espaldas. No sé como, se movió para ponerse otra vez frente a mi, mirándome más fijamente que antes. ¡No me lo podía creer! ¿Qué quería? Volví a darme la vuelta para tenerlo a mis espaldas por segunda vez. Cuando yo creía que se había rendido apareció, como una visión, frente a mí, con su copa, mirando y mordiéndose el labio. Le dije a las chicas que me iba, que cogía el próximo bus para volver al pueblo y así lo hice. Ya eran las diez y pico de la noche así que,… me fue bien irme y llegar bien a casa.

 

Un año después me lo encontré en un concierto en su pueblo. No recuerdo si era M Clan o OBK los que tocaban pero el tío estaba súper animado. Había conseguido un autógrafo de los del grupo y vino animado primero a saludarnos a mi amiga y a mi con dos besos y luego, a enseñarnos el autógrafo. Se quedó cerca de nosotras y me hablaba como si hubiéramos estudiado juntos en vez de ser maestro y alumna hacía ya tres años atrás. Mi amiga se puso mala, como si le hubiera sentado mal la cena y él se ofreció a llevarnos a casa. ¡Fue muy amable! La dejamos a ella en su casa y luego me llevó a la mía. Me pidió que volviera al concierto con él y le dije que mejor no. Le dí dos besos en las mejillas de despedida y me bajé de su Renault blanco. Tengo que reconocer que subí a mi casa corriendo y me asomé por mi ventana para ve que hacía. No se fue. Se bajó del coche y estuvo pensando un par de veces si llamar o no llamar a la puerta. Se decía a si mismo: ‘¡Joer! No seas tonto. ¡Échale huevos!’ Eso me gustó, me hizo sentirme bella pero… no bajé. ¡Fui tonta! Lo sé. Pero,… a veces los miedos nos retienen en vez de dejarnos disfrutar del momento.

 

Pasaron diecisiete años más cuando lo volví a ver. Era la fiesta del veinticinco  aniversario del Instituto. Allí asistimos varios alumnos de varias promociones. Esta vez yo fui la primera que lo vio él. Iba con un pantalón tejano de color negro y un jersey de color verde oliva. Encima una chaqueta tres cuartos que le quedaba francamente bien. Estaba como más hombre. Supongo que pensé eso por las canas que pintaban ya su pelo, o por su porte, o porque estaba francamente arrebatador. ¡Me sentí pequeña! Yo llevaba una camisa azul celeste con unos pantalones de vestir negros. Mis botines y mi bolso iban a conjunto. Mi chaqueta era corta, imitación de piel negra. Llevaba unos cinco minutos mirándole cuando un antiguo compañero de curso, me tocó en el hombro y al ponerme a hablar con él, le perdí de vista. Fui a buscar una copa de cava pues era día de celebración. Al acercarme a la mesa tropecé y estuve a punto de caer. Cuando alcé la mirada mi desafortunado traspiés él estaba delante de mí, con una copa de cava en cada mano.

 

        No te puedo dejar sola,… ¿Verdad? – me dijo con una preciosa sonrisa adornado su rostro.

        Creo que no profesor. Tengo la vena torpe desde que estudiaba aquí y con el tiempo no se me ha curado – también le sonreí después de mi respuesta.

 

Nos quedamos mirándonos un rato sin decir nada. Finalmente me acercó la copa de cava. Bebí un sorbo y seguí mirándolo. Un profesor vino en su busca y tuvo que dejarme sola. Antes de irme me susurró al oído:

 

        No te vayas muy lejos, no quiero perderte de vista.

 

Al alejar su boca de mi oído, me miró y guiñándome un ojo se alejó. Eso me hizo estremecer de la cabeza a los pies. ¿Qué me estaba pasando? ¡Era Marc! Sólo eso. Marc, el maestro de matemáticas. ¡Era Marc! Sólo eso. Un hombre de cuarenta años tremendamente seductor. Aquel tiempo habían creado a su alrededor algo que era como un imán del que costaba separarse.

 

No me quedé allí. Temí que todo aquello estuviera sólo en mi mente. Me aparté y estaba a punto de cruzar la puerta para irme cuando él, gritó mi nombre.

 

        ¿Te vas ya? ¿Sin despedirte?

        No quería irme pero pensé que tardarías más y esta fiesta,… se ha vuelto un tanto aburrida – dije para evitar dar más explicaciones sobre el tema.

        ¿Quieres que hablemos un rato a solas? Tengo muchas ganas y me hacía ilusión que recordáramos viejos tiempos.

        Me apetecería mucho pero aquí hay mucha gente para que nos dejen tranquilos a ti y a mí – respondí.

        Conozco un sitio donde no nos molestarán.

 

Cogió mi mano, fuimos al fondo del pasillo que había a la derecha de secretaría, subimos por las escaleras de atrás y fuimos al piso de arriba. Sacó una llave de su bolsillo y abrió una sala para nosotros que tenía cortinas y los cristales de la puerta ahumados. ¡Era la sala de profesores!

 

        ¿Estás loco? ¿Y si nos pillan? – le grité susurrantemente.

        Si no encendemos la luz, nadie sabrá que estamos aquí. – murmuró él – ¿Te asusta la oscuridad?

        ¡Para nada! – sentencié yo en voz baja.

 

La luz que venía de fuera del patio y que se colaba por las cortinas, dejaba ver la estancia entre tinieblas silenciosas. Una maquina de café, una pequeña nevera, una gran mesa central con sillas a su alrededor, un par de estanterías llenas de libros,…

 

Nos sentamos encima de la mesa uno frente al otro y empezamos hablar de todo: estudios, trabajos, amigos, amigas, deseos, sueños, ilusiones. Fue como reencontrarse con un viejo amigo que era afable y cortés por igual. Fue a la nevera y sacó un par de latas de Coca cola. Me dijo, sonriendo: ‘Aquí no tenemos alcohol’ y me hizo gracia no se porque su respuesta.

 

Me sentía muy bien con él cuando me dijo después de un sorbo de refresco:

 

        ¿Por qué no volviste conmigo al concierto? – yo me quedé sin palabras.

        De eso hace mucho.

        Por eso te lo pregunto. Me gustaría saber porque no volviste.

        Había ido con mi amiga y no podía volver contigo a tu pueblo. Te hubiera causado molestias ahora para arriba, ahora para abajo. – alegué. El meditó mi respuesta.

        ¿Sólo fue ese el motivo? – dijo él. Asentí con la cabeza.

        Estuve a punto de llamar a tu puerta aquella noche.

        ¿Para decirme qué? – respondí yo. Guardó silencio.

        ¿Qué pasó aquella noche Marc?

        Tuve miedo.

        Yo también. – le confesé yo. Su rostro se iluminó.

        ¿De qué tenías miedo Ana? – me susurro muy bajito, como si fuera un suspiro que aliviaba su alma. Mi boca enmudeció.

 

Bajé la mirada y el me cogió de la barbilla y me hizo que le mirara a los ojos.

 

        Yo ya no tengo miedo.

 

Acercó su boca lentamente a mi boca. Me beso. Creí perder la consciencia sólo un segundo que me pareció eternamente dulce. ¡Fue mágico! Al abrir los ojos tras su beso el seguía muy cerca de mi boca, a unos centímetros escaso de ella. Entre susurros me dijo:

 

        ¿Tienes miedo ahora Ana? – mi boca se estrelló contra la suya en señal de que jamás había estado tan segura y poco temerosa de nada en mi vida.

 

Marc me abrazó tras mi beso con fuerza contra su pecho. Entre suspiros me decía: ‘Cuanto anhelaba este momento’.

 

Nos besamos una y otra vez. Como si los años que habíamos pasado temiendo el NO el uno del otro, no hubieran existido. Marc desabrochó mi camisa y yo le quité su jersey. Su piel con mi piel me provocaba pequeñas estampidas de placer que recorrían todo mi cuerpo.

 

‘Te deseo Marc. ¡Te deseo!’ se escapaba de mis labios entre pequeños gemidos lentos y acompasados de goce. Marc beso mi cuello y siguió hasta mi sujetador. Sacó mis pechos y empezó a lamerlos. Yo clamaba deliciosamente de delicia. Su boca era un manantial infinito de encanto en mi cuerpo. Quise devolverle tanto deseo reprimido por los años y me aboqué sobre su pecho para regalarle un sinfín indefinido de mimos. Mis dedos jugueteaban con sus pezones y mi boca se alternaba con ellos. ¡Le deseaba! Quería escucharle disfrutar de mí, de mis manos, de mi cuerpo, de todo mi ser por entero.

 

Se desnudó para mí. Luego me despojó del resto de mis ropas. Me tumbó delicadamente encima de la mesa mientras se colocaba frente a mí. Sentí su sexo atravesar mi sexo. Creí morir de placer. Su pene erecto se movía delicadamente con empujones muy suaves, increíblemente lentos y apasionadamente plácidos.

 

Nuestros gemidos se unían en uno sólo que cada vez era más fuerte. Aceleró su ritmo pélvico y me derramé por primera vez. Paró y me besó en la boca. Acercó después sus labios a mi oído y me susurró: ‘Quiero dejarte bien satisfecha. Tenía muchas ganas de ti’ eso provocó mi segundo orgasmo de placer. Quería sentirle más adentro y me ladeé un poco para ponerme sobre él. Eso casi le proporcionó su primer orgasmo pero se retuvo. Le gustaba verme encima, moviéndome adelante y hacía atrás, mientras sus manos jugaban con mis pechos. Cuando cambié con mi cintura a los movimientos rotatorios sentí como cada vez le costaba más y más contener su eyaculación. Yo no podía contener mis orgasmos que llegaban uno tras otro tras otro. Se incorporó un poco conmigo encima y dejó que me moviera muy lentamente. Cuando se derramó dentro de mí por su cuerpo recorrió un orgasmo intensamente bestial. No paré pese a que sentí su ambrosía recorrer mis entrañas. Eso le hizo no parar de estremecerse una vez tras otra a todo su cuerpo con pequeñas replicas de goce retino y desfogado. Sin salir de dentro de mí me besó los labios. Parecía que deseara borrar mi boca con la suya. ‘Te deseo Ana. ¡Te deseo!’.

 

Ese fue nuestro inicio y tengo que reconocer que tras ese primer encuentro ha habido muchos, muchísimos más y cada vez más lascivos, más intensos, más salvajes. ¡Así se trasmuta el goce contenido! ¡Así se hacen realidad las fantasías! ¡Así se eliminan, para siempre, los miedos!

COMIDA IMAGINARIA


 

* El Ayuntamiento de Barcelona detecta 2.865 escolares con malnutrición (Enlace web: http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/06/05/catalunya/1370463373_728987.html).

 

* El PSOE denuncia que 300.000 familias con niños pasan hambre en España (Enlace web: http://www.abc.es/espana/20130914/abci-ninos-necesitados-psoe-201309132112.html).

 


 

* “España vive un retroceso brutal en términos de hambre, sobre todo infantil” (Enlace web: http://www.eldiario.es/andalucia/desarrollo-intelectual-malnutridos-decrecer-profundamente_0_147335631.html).

 

* Al colegio con hambre y sin cuaderno: la crisis se ceba con los niños en España (Enlace web: http://www.rtve.es/noticias/20120607/pobreza/532380.shtml).

 

Ser niño no es fácil. Crecer, aprender, estudiar, sobreponerse, seguir. Pero un niño no tendrían que saber que es el hambre en ningún país y menos en un país de la Unión Europea que va diciendo y alardeando, con principito incluido en la saca, que España es un país que está saliendo de la crisis, que sobrevive con unos brotes verdes que no se ven ni con microscopio de máxima potencia.

 

Se financian viajes, ropas, coches, escolta, a ministros que se duerme en el hemiciclo y cobrando, cada uno, más de doce mil euros. Tenemos un senado que no sabemos ni para que sirven que cobran por hacer nada. Se reducen Erasmus una vez empezado el curso escolar. No se pagan a los farmacéuticos porque no les da la gana. Se chulean al servicio de limpieza de la capital con sus propios jornales.

 

No hay dinero para sanidad, pero se hace un anuncio de Lotería de Navidad que en las redes sociales dice que ha costado más de cinco millones de euros.

 

No hay dinero para comedores escolares, para alimentos gratuitos para familias que están en la absoluta pobreza, sin embargo los coches que trasportan a los ministros siguen siendo AUDIS y no SEAT (sin contar que por desgracia, todos ellos tienen un coche para cada uno que manda huevos).

 

¡NO HAY DINERO! O eso dicen. Su estilo de vida no ha cambiado (el de TODOS los políticos, el de todos los de alta cuna). Es el pueblo, una vez más, el que ve mermados sus mínimos y esto ya es insoportable.

 

No podemos ver en la televisión anuncios de bocadillos rellenos de espejismo para que los niños puedan soportar mejor el hambre. ¡No debería existir la imaginación para la comida!

 

Son niños. Son niños. ¡SON NIÑOS!

 

MORALEJA: Samuel Johnson dijo: “La libertad, por lo que respecta a las clases sociales inferiores de cada país, es poco más que la elección entre trabajar o morirse de hambre”. Y si mal no recordáis la tasa de paro en España fue 20,7% en octubre (La tasa de paro en la eurozona se situó en octubre en el 10,1%). En España se trata de eso: ¡Trabajar o morirse de hambre! Y por desgracia trabajo cada vez menos y HORRIBLEMENTE malo en todos los aspectos imaginados. ¿Cuánto podremos seguir así?



 

lunes, 18 de noviembre de 2013

EL DÍA QUE MORÍ YO (poema)


 
EL DÍA QUE MORÍ YO

 

Me creía invencible.

Me sentía lanza y muerte,

un ser superior que vive

entre dos mundos,

alguien que es capaz de alzar

la voz sólo para crear

el caos mas absoluto.

 

¡Inmune a todo!

Si el rayo más mortal

caía sobre mí,

me levantaba como si nada.

Ni el peor fuego,

ni la infame ola más

inmensamente imaginada,

ni los peores terremotos

jamás temidos siempre

en mil pesadillas,

podían conmigo.

¡Era fuerte!

¡Era luchadora!

¡Era una gran yo!

 

Las manos pudieron conmigo

y los besos con mi cuerpo.

Me dejé vencer por palabras

míseras nacidas de un boca bastarda

que me embriago hasta el tuétano.

Tanto años siendo Yo para acabar

siendo un nosotros indefinido,

fundido por un instante a orillas

de un río sin nombre, ni rumor de agua.

 

Todo se para cuando te pierdes.

Hasta el correr de un tiempo,

la necesidad de un aquí y ahora

que se muere entre promesas perdidas.

 

‘¡Así mueren los valientes!’ me dije.

‘Entre besos comedidos,

palabras de amor empalagosas,

corazones dibujados con tiza

sobre una pared muy húmeda’

 

‘¡Así mueren los valientes!’ me dije.

Así acabé muriendo YO.

sábado, 16 de noviembre de 2013

¿QUÉ ES UN REGALO?



¿Qué es un regalo? Un regalo, obsequio o presente es la entrega de dinero u objetos sin requerir algo a cambio; por extensión se puede llamar regalo a cualquier manifestación de afecto dirigido a otro. (Enlace web: http://es.wikipedia.org/wiki/Regalo).

 

Yo me quedo con la segunda parte y más en los tiempos que corren que cada euro tiene que mirarse muy bien donde invertirlo. Para mí, un regalo, es que un amigo me llame y me diga: ¡Tengo ganas de verte! ¿Tomamos un café? Y da igual si el café es de máquina o si no hay café y se queda en una charla increíble entre dos personas que casi nunca pueden compaginar sus agendas. Lo mas bonito es ese abrazo tardío, el no tener que mirar el reloj, el que si te esperan en otro sitio, que esperen,… hoy ese tiempo te lo dedica a ti y a nadie más y tu a él aunque el cielo se caiga o se abra el mismo infierno a tus pies. ¡Hasta el demonio puede esperar!

 

Un regalo es tener un mal día, abrir el correo y recibir un e-mail de alguien que hacía mucho tiempo que no contactaba contigo. Es como un castillo de fuegos artificiales llenos de color, de alegría, de fuerza, de mucha ilusión compartida. Si al e-mail une fotos, algún enlace para alguna canción que sabe que te gustará escuchar o un dibujo de sus hijos el día se abre pese a que el cielo este cubierto de nubes y llueva. ¡No hay tan bello como esos pequeños detalles!

 

Un regalo es un gran abrazo y cuesta tan poco darlos. Se abren los brazos, como si fueras a volar, como si fueras a saltar al vacío. Cuando ya crees perder la fe te estrellas contra otro cuerpo con los brazos también abiertos, que te apretan contra su pecho como diciendo sin decir nada: ¡No vas a caer! ¡Yo estoy aquí contigo! (¿Alguien piensa que algo más valiosos que eso? ¡Pobres ingenuos materialistas! No sabéis lo que es ni abrazar ni ser abrazados. Lo siento por vosotros pero yo me quedo con mis abrazos y vosotros,… con los que llene ese corazón de hojalata que tenéis en el pecho).

 

Un regalo es un dibujo de mis sobrinas o sobrinos en una servilleta. Eso vale más que cualquier firma del mundo aunque sea del mejor jugador de futbol.

 

Un regalo son sus risas, el llamarte, el recordarte que estás vivo y que tu sonrisa, la de hoy, se las debes a ellas, a ellos que hacen realidad que no hayas olvidado lo que es soñar con los ojos abiertos.

 

Un regalo es un pañuelo de papel, de un desconocido, de alguien que no sabe ni tu nombre, cuando las lágrimas se hicieron dueñas de tus ojos.

 

Un regalo es una mirada afable del transeúnte al que dejaste pasar en un paso de cebra y se alegro de ver que alguien le cedían el paso.

 

Un regalo es no cerrar los ojos. Un regalo es luchar por lo que uno cree. Un regalo es vivir. Un regalo es poder elegir morir cuando ya no se tiene ni fuerzas, ni movilidad, para quitarse la vida. Un regalo es todo y nada. Un regalo eres tú que hoy decidiste leer estas palabras de una loca que ni conoces, ni sabes ni su nombre, ni su rostro, pero que te agrácele infinitamente que hayas decidido clickar en su blog y leer lo que siente, lo que piensa, lo que le emociona de esta vida.

 

¡Todo es un regalo! Incluso la falsedad y la mentira. Lástima que yo prefiera la honradez y la honestidad para mí día a día y excluya, sin miramientos, a los que me otorgan esos presentes tan deshonestos.

 

MORALEJA: Mi preciado y admirado DON ANTONIO GALA pone las últimas palabras en este día de hoy a mi blog: “Que ningún juez declare mi inocencia, porque, en este proceso a largo plazo buscaré solamente la sentencia a cadena perpetua de tu abrazo”.

viernes, 15 de noviembre de 2013

¿EMPIEZA EL EXHIBICIONISMO AL LLEGAR A LOS OCHENTA?


 

¿Qué es el exhibicionismo? Los exhibicionistas atraen rápidamente la atención del público.

 

El exhibicionismo (del latín exhibere, "mostrar") o apodysofilia es la inclinación de un individuo a exponerse en público de forma espontánea y excesiva. El término también refiere especifica y más convencionalmente a la conducta o perversión de mostrar los órganos sexuales y órganos considerados como partes íntimas como los genitales, glúteos, torso y pechos, a otras personas.(Enlace web: http://es.wikipedia.org/wiki/Exhibicionismo).

 

Yo creía que en la actualidad, a alguien como yo, eso de que alguien se le exhibiera con las vergüenzas al aire era como si te toca la lotería: ¡ALGO IMPOSIBLE! Pues en cuestión de dos meses, que se dice pronto, me ha tocado la lotería, la peor lotería del mundo. ¿Cómo es eso? ¿Cómo puede ser que te toque la lotería y sea algo malo? Pues os cuento: hace cuestión de dos meses, mi vecina y yo a dar un paseo juntas (ella va en silla de ruedas y yo la llevaba). Al llegar de vuelta a su casa, fui a buscar a su marido al patio y me lo encuentro con el asunto fuera de la madriguera. Algo pequeño, arrugado, acusador y sobretodo,… algo nada agradable (no me asusta el sexo masculino. ¡Para nada! Pero cuando en vez de mirarte algo grande, jugoso y que incite a pensamiento lascivo, te apunta un gusanito cuellicorto que parece tener más de diez mil siglos y medio y con pinta más bien,… rara como que mejor salir corriendo o darse la vuelta muy deprisa como aparentar que nada ha pasado). Ese mismo día, cuando había pasado una hora larga de esa lamentable anécdota graciosa contada y asquerosa vivida, el mismo hombre mea en el lavabo de su casa con la puerta abierta que está justo entre la cocina y el comedor (dos de las arterias de una casa de paso). Yo pensé,… ¿Nos hemos vuelto locos o que? ¿Cómo deja una persona la puerta del cuarto de baño abierta ni que sea para lavarse las manos? ¿Qué está buscando? ¿Y para que? Ese día puedo aseguraros que se me pasó de todo por la cabeza. Un hombre de ochenta y dos años exhibiéndose. ¡No daba crédito! Y más cuando fue por partida doble.

 

En fin, cuando empezaba a olvidarme de tan trágico suceso, al ir al baño en un hospital me encuentro a un hombre de ochenta y muchos en el baño de mujeres con la minga fuera. ¡PREMIO! Cuando ya me había recuperado otra vez una más arrugada, mas pequeña y mucho mas acusadora. ¿Pero que le pasa a los hombres? ¿Es cumplir los ochenta y sólo queremos enseñarla porque ni con un silo de viagra se nos pondría tiesa y durita? ¡¡¡POR EL AMOR DE DÍOS!!! Los penes no son bellos a la vista, todo hay que decirlo, pero puesto a elegir mejor uno que parezca un pene y no la cría de una marsopa calva y encogidita toda.

 

Insinuar forma parte de la seducción y para eso no hay edad o no debería haberla. ¡Forma parte del juego! Pero si pasamos a sacarla porque si, manosearla y mostrarla sin un propósito en concreto a diestro y siniestro la práctica hace lamentar no tener la rapidez del corre caminos para haber gritado BIP-BIP y haber dejado tras de una misma, una ráfaga infinita de polvo levantándose del suelo tras esa horripilante y traumática visión de nada, de tamaño diminutamente diminuto y cubierto de piel arrugada sobre más piel arrugada sobre infinita piel arrugada.

 

Lo peor es que el dicho dice: ¡NO HAY DOS SIN TRES! ¿Quién será el próximo que se exhiba ante mí? ¡¡¡YA EMPIEZO A TEMBLAR!!!

 

MORALEJA: Para acabar una frase célebre del Dr. Oscar Espino “El doctor del sexo” tomada del libro “El Buen Sexo” (2010): “Usted aprecia la belleza de La Maja Desnuda de Goya sin lograr una erección, pero otra historia sería si tuviera en frente de sus ojos a la mera Maja en carne y hueso. Porque la pintura huele a aguarrás y la celeste carne de la mujer huele a feromonas.” Pero yo no soy ni la Maja ni la mujer del cuadro así que… ¡¡¡BASTA YA DE HOMBRES DE OCHENTA Y TANTOS CON PENES FLÁCIDOS POR FAVOR!!! Ahora, tal y como estoy con estas dos acusaciones peneanas, ni ver la de un joven vigoroso, enérgico y bien dotado, conseguiría arrebatarme ni siquiera una mirada de asombro. ¡Mucho trauma! Pocas,… nueces.

LLEGÓ EL FRÍO (poema)


 
LLEGÓ EL FRÍO
 
Ahora que el fresco ha llegado,
las noches tan largas dibujan
tu nombre en cada
pliegue de mi cama.
Oigo crujir las mantas
con tus recuerdos engarzados
a fuego en cada hilo tejido.
Si busco entre mis lecturas
serenidad y sosiego,
una nueva forma
para alejarme de tu recuerdo,
me secuestra mi almohada
con tu aroma ungido hasta
el mismo centro de su cuerpo.
 
¡Llegó el invierno!
Todo huele a frío.
¡Nada consigue
escarcharte en mi vida!
Quemas, te abres paso
entre ventisca imposibles
de soportar para un cuerpo humano.
Naces y renaces en cada
viento helado del norte,
que se mete en mi blusa
buscando mi carne.
No puedo apartarlo.
¡No lo deseo!
 
Siento el sueño adormecerme,
la sangre sin vida correr más
lentamente por mis venas.
La hipotermia es inminente.
Ha llegado la luz
al final del túnel,
la manera perfecta
para decir de una vez adiós.
Entre las sombras,
una quimera me perfila
uno de tus beso en mi boca.
Me enardezco con el volcán
que has hecho avivar en mí.
¡No podré morirme nunca!
Mientras sigas tan presente
a fuego en todo mi ser.