¿Qué es un estudiante? Se dice de la persona que cursa
estudios en un centro docente (cursar, no aprobar. Eso es bien distinto).
¿Qué se enseña en los centros docentes? Bueno, dependiendo
de la materia que uno quiera estudiar, cursará unas asignaturas u otras. Pero
lo que esta claro es que la enseñanza es el proceso de transmisión de una serie
de conocimientos, técnicas, normas, y/o habilidades, basado en diversos
métodos, realizado a través de una serie de instituciones, y con el apoyo de
una serie de materiales.
Sin embargo todo se queda en eso: una trasmisión de
conocimiento que puede ser logrado o no por una persona que trata de aprender
una “profesión” para la cual es necesario un título superior.
Mas hay una gran falsedad que rodea todo el ámbito
universitario y que muchos conocen: ¡No todos están preparados para los
estudios superiores! Es por eso que uno de cada cinco
universitarios en España deja los estudios en el primer año de
carrera (según el informe sobre el panorama universitario presentado por el
Ministerio de Educación). La tasa de abandono universitario se ha
reducido, ya que los últimos indicadores lo situaban en un 30%, pero sigue
siendo superior a la media europea (16%).
Pese a estas cifras, el conocimiento que se tiene del mundo
exterior, del mundo laboral sobre estas mujeres y hombres que tratan de
encontrar su sitio en la vida, no evita que una tenga que contemplar cosas como
las que ahora os explicaré.
La semana pasada me ausente en cierta manera por trabajo y
en cierta manera porque a un nivel mucho más amplio, deseaba ver como eran los
universitarios de hoy y hacer, para mí misma, un pequeño estudio sociológico.
¿Por qué? Pues si algún día intento escribir una novela y quiero que mis
personajes sean verdaderamente creíbles, cuanto más reales sean, mejor será
llegar a trasmitir como siente, como viven y como piensan.
Por este motivo me zambullí por entero como si de una mera
espectadora fuera, en el comportamiento del ser humano y sobretodo, del
universitario que están cursando en este momento nacidos del 1993 al 1996.
La premisa principal es ir con el tiempo pegado a los
talones. Nadie tiene la previsión de llegar con media hora de adelanto. ¡No! Al
igual que los mayores, personas con sus carreras profesionales y bien o mal
encaminados en la vida, el retoño que empieza a vislumbrar su futuro, actúa con
la misma máxima: in extremis. ¿Es una buena táctica la de ser una persona in extremis? ¡Bien! Es cuestionable. En
el mundo en el que llega el último se le suele decir que ha perdido su turno.
Pero al que llega JUST IN TIME, es decir, justo a tiempo, simplemente se le
valora por su esfuerzo. Mas un mal día, un día en el que todo se vuelve en tu
contra (el trafico, la gente, el chico de la cafetería que te ha tirado el café
por encima, etc) es cuando esta persona deja de ser una just in time para convertirse en alguien que no hace a tiempo su
trabajo. ¿Sólo por cinco minutos? ¡Pues sí! Sólo por cinco minutos y sólo por
un día, tu carrera profesional se ha visto salpicada por ir con el tiempo
pegado al trasero. Mas es una máxima que, con un poco de suerte, no suele
cumplirse hasta que llegues a tu peor época a todos los niveles. Y además, es
muy cierto, que hay personas que no saben lo que es el fracaso y siempre han
ido con el tiempo más que justo en todo lo que se han propuesto. Lo que está
claro es que si cuentas con cinco minutos y has consumido enérgicamente cuatro,
puede que siempre estés al límite de perderlo todo. ¿Se ha hecho la vida para
vivir siempre en ese filo inconsciente que sólo existe en nuestra mente?
Lo peor de todo, no es que las personas se guíen por esa
máxima odiosamente detestable de llegar en el último minuto y sentirse los
ganadores. Lo verdaderamente humillante, lo que me da verdadera repulsión, es
que somos del último que llega sin importarnos de la calidad, como persona,
como ser humano, que predica esta nueva incorporación. Sin embargo, al resto de
personal, parece que la memoria de pez le da tan pero tan pero tan
maravillosamente bien, que nunca recuerdan quien estuvo siempre, para lo bueno
y para lo no tan bueno.
Pensaba que con el acumular años, por eso de que el ser
humano está en constate evolución, esto cambiaria tarde o temprano. Lamento
decir que esto nuevos brotes, estas personas que estas siendo abonadas para ser
nuestro precursores, están hundiendo su raíces sobre una tierra con tan pocos
nutrientes que en vez de evolucionar, se estanca y no da más si no se le pide.
¿Perdí las esperanzas en el hombre y la mujer después de este
primer día de “topo” del aciago mundo estudiantil universitario? ¡No! Yo aún
pertenezco a la generación que no se salto las legumbres (como está ahora de
moda en la tele), a la generación Y, que vino después de la X, pues nací en
1977 y por eso tengo madera para seguir y conseguir descifrar como será la
generación Z. No me asusta la generación, ni esta ni ninguna. Me asusta pensar
que seguirán los pasos erróneos de personas que no tuvimos el valor de
enfrentarnos al sistema.
¡Pobres Z! Espero que el mundo sea mejor dentro de unos
años.
MORALEJA: Conrad Hilton, (1887-1979)
empresario hotelero estadounidense, fundador de la cadena de Hoteles Hilton,
dijo: “El
éxito... parece estar conectado con la acción. La gente exitosa sigue
moviéndose. Comete errores pero no renuncia”.
(El
estudio no ha acabado. El miércoles más y mejor).