lunes, 20 de octubre de 2014

¿QUÉ ES UN ESTUDIANTE?





¿Qué es un estudiante? Se dice de la persona que cursa estudios en un centro docente (cursar, no aprobar. Eso es bien distinto).

¿Qué se enseña en los centros docentes? Bueno, dependiendo de la materia que uno quiera estudiar, cursará unas asignaturas u otras. Pero lo que esta claro es que la enseñanza es el proceso de transmisión de una serie de conocimientos, técnicas, normas, y/o habilidades, basado en diversos métodos, realizado a través de una serie de instituciones, y con el apoyo de una serie de materiales.

Sin embargo todo se queda en eso: una trasmisión de conocimiento que puede ser logrado o no por una persona que trata de aprender una “profesión” para la cual es necesario un título superior.

Mas hay una gran falsedad que rodea todo el ámbito universitario y que muchos conocen: ¡No todos están preparados para los estudios superiores! Es por eso que uno de cada cinco universitarios en España deja los estudios en el primer año de carrera (según el informe sobre el panorama universitario presentado por el Ministerio de Educación). La tasa de abandono universitario se ha reducido, ya que los últimos indicadores lo situaban en un 30%, pero sigue siendo superior a la media europea (16%).

Pese a estas cifras, el conocimiento que se tiene del mundo exterior, del mundo laboral sobre estas mujeres y hombres que tratan de encontrar su sitio en la vida, no evita que una tenga que contemplar cosas como las que ahora os explicaré.

La semana pasada me ausente en cierta manera por trabajo y en cierta manera porque a un nivel mucho más amplio, deseaba ver como eran los universitarios de hoy y hacer, para mí misma, un pequeño estudio sociológico. ¿Por qué? Pues si algún día intento escribir una novela y quiero que mis personajes sean verdaderamente creíbles, cuanto más reales sean, mejor será llegar a trasmitir como siente, como viven y como piensan.

Por este motivo me zambullí por entero como si de una mera espectadora fuera, en el comportamiento del ser humano y sobretodo, del universitario que están cursando en este momento nacidos del 1993 al 1996.

La premisa principal es ir con el tiempo pegado a los talones. Nadie tiene la previsión de llegar con media hora de adelanto. ¡No! Al igual que los mayores, personas con sus carreras profesionales y bien o mal encaminados en la vida, el retoño que empieza a vislumbrar su futuro, actúa con la misma máxima: in extremis. ¿Es una buena táctica la de ser una persona in extremis? ¡Bien! Es cuestionable. En el mundo en el que llega el último se le suele decir que ha perdido su turno. Pero al que llega JUST IN TIME, es decir, justo a tiempo, simplemente se le valora por su esfuerzo. Mas un mal día, un día en el que todo se vuelve en tu contra (el trafico, la gente, el chico de la cafetería que te ha tirado el café por encima, etc) es cuando esta persona deja de ser una just in time para convertirse en alguien que no hace a tiempo su trabajo. ¿Sólo por cinco minutos? ¡Pues sí! Sólo por cinco minutos y sólo por un día, tu carrera profesional se ha visto salpicada por ir con el tiempo pegado al trasero. Mas es una máxima que, con un poco de suerte, no suele cumplirse hasta que llegues a tu peor época a todos los niveles. Y además, es muy cierto, que hay personas que no saben lo que es el fracaso y siempre han ido con el tiempo más que justo en todo lo que se han propuesto. Lo que está claro es que si cuentas con cinco minutos y has consumido enérgicamente cuatro, puede que siempre estés al límite de perderlo todo. ¿Se ha hecho la vida para vivir siempre en ese filo inconsciente que sólo existe en nuestra mente?

Lo peor de todo, no es que las personas se guíen por esa máxima odiosamente detestable de llegar en el último minuto y sentirse los ganadores. Lo verdaderamente humillante, lo que me da verdadera repulsión, es que somos del último que llega sin importarnos de la calidad, como persona, como ser humano, que predica esta nueva incorporación. Sin embargo, al resto de personal, parece que la memoria de pez le da tan pero tan pero tan maravillosamente bien, que nunca recuerdan quien estuvo siempre, para lo bueno y para lo no tan bueno.

Pensaba que con el acumular años, por eso de que el ser humano está en constate evolución, esto cambiaria tarde o temprano. Lamento decir que esto nuevos brotes, estas personas que estas siendo abonadas para ser nuestro precursores, están hundiendo su raíces sobre una tierra con tan pocos nutrientes que en vez de evolucionar, se estanca y no da más si no se le pide.

¿Perdí las esperanzas en el hombre y la mujer después de este primer día de “topo” del aciago mundo estudiantil universitario? ¡No! Yo aún pertenezco a la generación que no se salto las legumbres (como está ahora de moda en la tele), a la generación Y, que vino después de la X, pues nací en 1977 y por eso tengo madera para seguir y conseguir descifrar como será la generación Z. No me asusta la generación, ni esta ni ninguna. Me asusta pensar que seguirán los pasos erróneos de personas que no tuvimos el valor de enfrentarnos al sistema.

¡Pobres Z! Espero que el mundo sea mejor dentro de unos años.

MORALEJA: Conrad Hilton, (1887-1979) empresario hotelero estadounidense, fundador de la cadena de Hoteles Hilton, dijo: “El éxito... parece estar conectado con la acción. La gente exitosa sigue moviéndose. Comete errores pero no renuncia”.

(El estudio no ha acabado. El miércoles más y mejor).

1 comentario:

  1. Pues no sé muy bien qué quieres decir... El saber afrontar una "deadline", una fecha de entrega, no es más que una de las muchas habilidades que se deben desarrollar para triunfar en la vida. Como decía un amigo mío 'no lo quieren perfecto, lo quieren mañana'. El agobio es una actitud mental. Si vives in extemis y no es eso lo que has elegido, quizás deberías plantearte reducir tus objetivos. Por lo demás, soy profesor de universidad, aunque no española, y creo que los estudiantes de hoy son los mejores que ha habido nunca. Lo único que les falta es una cierta dosis de rebeldía.

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