domingo, 8 de febrero de 2015

UN PATÉTICO VIVIDOR DE POCO (poema)



UN PATÉTICO VIVIDOR DE POCO

¡Qué corazón tan soluble!
Ayer, cuando las lágrimas
inundaban tus ojos,
era el nombre de otra
el pronunciando
en tus lamentos.

La bipolaridad de su ser
te había llevado a un punto
final sin retorno donde
ya no había nuevos besos,
donde no existían abrazos,
donde volvías a estar a solas,
con aquella a la que llamabas esposa.

En las sombras te escuchaba y ahí
deseaba permanecer por siempre.

Cuando se te pasó la amargura,
ese dolor inconmensurable
tras la “considerable perdida”,
tus ganas volvieron a animarse.
La victima daba igual,
más siempre va bien tirar
de alguien cercano.
¡Me tocó a mí! Y no quise.

De nuevo las lastimeras palabras,
el dolor fingido, las lágrimas incrédulas.
¡Ya no te servía! La verdad había salido.
No era cariño, ni amor, ni siquiera respeto.
Un patético vividor de poco, sólo eso.


SOY UNA CHICA ALMODÓVAR





¡Tenía que ser él! No podía ser otro sino él.

Cuando Antonio Banderas fue premiado con el primer Goya de este año, yo no pensé en el malagueño galardonado sino en un manchego del que su carrera fue de la mano en sus inicios. Pensé en Pedro.

Hoy, cuando se ha entregado el Goya de Honor en la Gala del cine español, Almodóvar ha salido al escenario con el galardón para que pasara de sus manos a las de Antonio como estaba “escrito”.

Antonio, con su discurso ha estado magistral. Largo, pesado, como si de un hombre mayor se tratara, con unas gafas tremendamente horribles y mal colocadas quizás para parecer aún más viejo.

Desde que Banderas se desenmascaró como el primer galardonado de los Goyas que se concedía este año, fue “criticado”, por así decirlo, por su juventud ante un premio a toda una trayectoria profesional. Había actores y actrices mucho más maduros a los que se consideró, por el aprecio que muchos tenemos a todos los que nos han brindado año tras año con sus actuaciones, antes que Antonio en nuestra mente, en nuestro escritos. Esto no significa que el malagueño no se mereciera recibir ese reconocimiento por parte de la academia y sus compañeros de profesión. La larga trayectoria de Banderas dentro del cine, tanto español como extranjero, hace ya años que le han valido no sólo el Goya Honorífico de la academia sino uno especial creado para un abanderado como él que ha llevado tanto su talento, como su nacionalidad bien alto por todo el mundo.

Pero esto no quita que por edad, hubiera otros actores y actrices que deberían haberlo recibido antes que Antonio.

Sin embargo, como dice el dicho, Es de bien nacido ser agradecido y por eso agradecer desde aquí a Banderas todo lo que nos ha hecho disfrutar con su infinidad de personajes caracterizados en el cine.

De la Gala volver a insistir en la realización. Pese a que las cámaras han estado más atinadas que en la anterior entrega, está claro que NO ESTÁN PREPARADOS PARA EL DIRECTO. No sé cual es el problema pero hay planos, sobretodo en momentos concretos, que deberían abstenerse al igual que no sé cuantos cambios de cámara durante un minuto o dos de discurso. ¡SABEMOS QUE TENÉIS CÁMARAS! ¡SABEMOS QUE SABÉIS UTILIZARLAS! Pero por el amor de Dios, una cosa es tener y otra MAREAR que es lo que han conseguido. ¡¡¡QUE MAREO!!!

Lo mejor de estos GOYAS ha sido los premios al humor de la mano de los actores de OCHO APELLIDOS VASCOS con nombres propios como Karra Elejalde, Carmen Machi y Dani Rovira.

El momento más emotivo, aparte del siempre doloroso in memoriam que nos recuerda a todos aquellos que nos dejaron del Séptimo Arte, el recuerdo de la querida Amparo Baró en el discurso de Carmen Machi.

La mejor Película y la más premiada con diez Goyas, LA ISLA MÍNIMA, una apuesta importante del cine andaluz.

Un film no debe verse sólo por los premios que se les concede. Si sólo se visionáramos aquellas que ha sido galardonadas nos perderíamos grandes historias hechas con mucho esfuerzo, con mucho talento y tesón.

MORALEJA: El séptimo arte es uno de los que más nos ilusiona en la vida. Como fin de este escrito de hoy, yo tengo una ilusión muy grande dentro de esta categoría que compartir hoy con todos vosotros: ¡Soy una aprendiz de escritora! Estoy perfilando mi voz propia a través de este blog cada día un poco más. Sin embargo, en mi día a día, ya hay varios proyectos de guiones que están tirando adelante, por desgracia fuera de este país. Anhelo, deseo, espero que un día pueda estar nominada entre ellos y compartir, quizás en la distancia por la falta de recursos, el mirar desde la pantalla y decir… ahí está mi nombre, y no hace falta que sea en letra de oro, pero sí con la fuerza que mis ancestros dejaron en mí con mis apellidos. La ilusión es inmensa. El deseo más grande aún. El anhelo de ver esa ilusión cumplida, la fuerza que día a día, me invita una vez más a seguir creciendo como escritora. ¡Disfrutad de la vida! Pues pese a todo lo que se diga, es muy bella.





sábado, 7 de febrero de 2015

LA MUERTE DE UNA MADRE





La muerte de un ser querido es algo que no se puede explicar con palabras. Se te para el mundo. Intentas asimilar mentalmente la noticia, pero no puedes.

Mas la muerte de una madre, es como si te arrancaran directamente de las entrañas esa unión vital con esa persona que te dio la vida. La unión que os hacía únicos a ella y a ti, se cercena sin aviso. Pocos sobreviven mentalmente a esa extirpación involuntaria de la unión madre e hijo, madre e hija. Los que al final se sobreponen, siempre les falta algo en todo lo que hacen, en todo lo que viven, en todo lo que llevan hacia delante. Es como vivir sin corazón pero sabiendo que algo que te mantiene con vida, sigue latiendo por dentro.

Sin embargo, hoy no hablaré de los que consiguen sobreponerse a esta dura perdida, sino de dos personas que… no lo consiguieron.

Una de ellas, la más recordada quizás por mí por el cariño especial que sentía tanto por la madre como por el hijo fue la muerte de Lola Flores y su hijo Antonio Flores.

El 16 de mayo del 1995 moría Lola Flores en su residencia de "El Lerele" en Madrid a los 72 años a causa de un cáncer de mama contra el que lucha desde que se lo diagnosticaron en 1972. Su hijo Antonio se rompió la mano contra el ataúd de su madre de rabia por la noticia. ¡No podía con su perdida!

El 31 de mayo de 1995 moría Antonio Flores en Madrid, tan sólo quince días después de la muerte de su madre. Fue hallado muerto en la casa familiar de “El Lerele” en Madrid, debido a una sobredosis de barbitúricos y alcohol. Tenía 33 años.

La noticia, aunque lo que más fue comentado fue los problemas que había tenido el compositor y cantante con las drogas, dejaba entrever en cada línea la verdad de todo: una herida sangrante que no podía curarse jamás pues su madre,.. había fallecido.

Ahora a la hija de Whitney Houston, Bobbi Kristina, se encuentra en esa terrible situación.

Whitney fue hallada en la bañera de su hotel en vísperas de la entrega de los premios Grammy, en febrero de 2012 a la edad de 39 años. La autopsia reveló que la cocaína había intervenido en la muerte por ahogamiento de la cantante.

El sábado de la semana pasada, Bobbi Kristina Brown de 21 años, fue hospitalizada tras haber sido hallada boca abajo en su bañera. Desde entonces, se encuentra en coma inducido y con respiración asistida.

La policía ha abierto una investigación después de que se hallasen drogas en la vivienda de la chica. Según su entorno, en los últimos tiempos Bobbi Kristina se mostraba sumamente obsesionada con la muerte de su madre, hace ahora tres años.

Los médicos se han mostrado pesimistas sobre que la chica puede recuperarse. Amigos y familiares están acudiendo al hospital donde está ingresada para despedirse de ella.

La fortaleza del ser humano es inmensa. Mas de nada sirve cuando sobre amor materno filial hablamos. ¡Una madre lo es todo para un hijo! Y viceversa.

MORALEJA: Rafael Pombo, (1833–1912) escritor, poeta, fabulista, traductor, intelectual y diplomático colombiano, dijo: “Madre... voy a seguirte... ve tú delante que dándome el ejemplo, lo haré al instante”. Algunos por desgracia, las acompañan incluso hasta el final de sus vidas.

Dedicó este escrito a todas las madres y sobretodo a todos los hijos e hijas que tienen el valor de seguir adelante incluso tras perder a su madre.

jueves, 5 de febrero de 2015

EL RETO (relato)





Sonia era una chica menuda. Medía un metro cincuenta y cuatro. Pesaba noventa y dos kilos. Cuando llegó a mí, buscaba ponerse en forma para el día de su boda. Faltaba un año y medio. Ella deseaba estar guapa, preciosa y desfilar como siempre había anhelado, como se merecía, como toda una princesa.

Yo era entrenador personal en un gimnasio. Ella venía a conseguir tonificación en su cuerpo pero antes… debía perder peso, mucho peso.

Sonia parecía una persona extrovertida a la que el exceso de peso que había cogido, la hacía estar muy acomplejada. Sin embargo poco a poco, con las clases, con las rutinas, ella iba consiguiendo lo que anhelaba conseguir.

Un día, Pablo, uno los chicos que venía cada día a entrenarse con un grupo de amigos, empezó a reírse al ver a Sonia corriendo en la cinta de andar. Yo estaba ayudando en musculación a otro chico. Cuando me acerqué a las bicicletas le escuché decir claramente: “¿Queréis ver a una albóndiga en movimiento? Sólo tenéis que mirar al frente”. Sus compañeros se reían. Sonia, de espaldas a ellos, no se percato de nada. Pero a mí me entró tal rabia que le cogí por banda y le dije: “Recuerda que tenemos derecho de admisión gilipollas. La próxima vez que te rías de una persona no te dejo entrar de por vida. ¿Estamos?”.

Los días fueron pasando. Dos quilos, diez, veinte, treinta y así iba ella siguiendo con su rutina sin perder ni un solo día.

La cambiaron de trabajo cuando llevaba siete meses en GYM. De venir a media tarde, tuvo que venir a última hora, antes de cerrar. A veces nos quedábamos solos y hablábamos durante un rato. Era una gran mujer, con la cabeza tremendamente bien amueblada. Tanto podías hablar de cine, como de política, como de comida, de arte,… de lo que fuera.

Faltaban tres meses para casarse. Ella llegó, como siempre, y se puso a calentar. Como siempre hablábamos a última hora, no me acerqué a ella hasta sin saber como ni por qué no, perdió el pie en la cinta y se cayó. Corrí a ayudarla y tenía los ojos llenos de lágrimas. Me la llevé a una sala donde hacíamos curas de primeros auxilios un tanto reservada. Le pregunté donde le dolía. No dijo nada. Le pregunté que le pasaba. No dijo nada. Al final, como si intentara sacarla de un shock le grité: “¡QUIERES DESPERTAR DE UNA VEZ!”.

Ella me miró con los ojos llenos de lágrimas. Por fin rompió a llorar. La abracé para consolarla como un acto instintivo. Estuvimos un buen rato así. Cuando por fin pudo hablar, me dijo que había ido a su nuevo piso a llevar unos regalos. Cuando abrió la puerta escuchó como unos sollozos. Fue buscando los sollozos y cuando entró en su habitación se dio cuenta de que no eran lamentos, sino gemidos. Su novio se estaba tirando a otra en su cama.

No sabía como consolar a una mujer que había sido engañada por la persona en la que más confiaba. No sé que me impulsó pero acerqué mi boca a la suya y la besé. Ella me miró un poco extrañada. Luego me devolvió el beso. Levantó mi camiseta de deporte y empezó a lamerme el torso. Se deslizaba dulce y apasionadamente. Me alcanzó los pezones succionándolos de tal manera que no pude contener mis gemidos. Sus dientes los mordisquearon. El placer era sublime. Levanté su camiseta. Saqué sus pechos por encima del sujetador. Me vertí sobre ellos dedicando las mismas caricias que ella me había brindado a mí. Bajó mi pantalón y yo el suyo. Se dio media vuelta. La giré hacia a mí y la miré a los ojos: “No te escondas. No ahora. Deja que te mire”. En ese momento, se arrodilló ante mí, bajó mi boxer y empezó a lamer mi sexo. No dejaba de mirarme fijamente, sin apenas ruborizarse. Aquello me encantó. Verla tan entregada, tan sumisa, tan dispuesta, tan mujer ante mí. La levanté del suelo, arranqué sus braguitas, y la penetré. Sentí como algo en su interior se revolucionaba hasta tal punto que me bañó el sexo con su primer orgasmo. Necesitaba sentirse mujer y yo, torpemente, anhelando hacer que se sintiera mejor, lo había conseguido. Seguí haciéndole el amor, besándole la boca, mordisqueando sus pechos, frente a frente, como los hombres de verdad.

Notaba como estaba agradecida con cada gemido, con cada derrame, con cada lubrico acometer de su sexo y el mío.

No pude contenerme más y me vertí dentro de ella. Ella me aferró con fuerza para que no me apartara, para que ni una gota se perdiera.

“Nunca me había hecho el amor mirándome a los ojos” dijo con los ojos llorosos.

“Nunca habías estado con un hombre, Sonia. No te merecía. No le des más vueltas”.

Desde aquel día Sonia ya no vino nunca más al Gym. Pensé que yo había frustado su reto de alcanzar estar bella, de sentirse bien con ella misma. Lamenté que dejara de venir.

Varios meses después, en una cena con amigos, la vi con unas amigas. Me acerqué, la saludé.

“¿Por qué has dejado el Gym?” le pregunté un tanto apenado.

“Lo conseguí con creces. No sólo salí de allí siendo bella sino sintiéndome por primera vez en la vida, una mujer”.

Me sonrió. Aquello me bastó para comprender que a veces hace falta algo más que esfuerzo, tesón, coraje y persistencia. Las cosas más valiosas de esta vida se consiguen con el corazón.

HAZME UN MUÑECO DE NIEVE



El frío, el aire y la nieve, han azotado casi todas las comunidades Españolas en estos últimos días.

Muchos son los que se han quejado de las largas colas, de las esperas, de la falta de programación de esta comunidad o la otra en cuestión de organización a la hora de imprevistos temporales previstos por los meteorólogos.

Sin embargo, ninguno pensó en algún momento en no coger el coche, en decir… ¡No voy a jugarme la vida! ¡No voy a perder el tiempo parada en una carretera cualquiera! Voy a llamar a mi jefe y le voy a decir que no puedo ir y no será mentira.

Lo que es peor aún, pese a la previsión meteorológica, es que ningún responsable dijera… ¡No hace falta que vengáis! Al revés, en un acto de vileza, de estupidez supina, de idiotez máxima, si encima al intentar llegar y encontrarse un accidente de por medio, llegaban tarde, como guinda del pastel una bronca mañanera por ser tan gilipuertas para jugársela en la carretera por un trabajo mal pagado, por un jefe cabrón, por un mísero sueldo.

Pero eso no es lo peor de todo pues los jefes… jefes son. Sino que infinidad de padres y madres anhelaban dejar a sus hijos en los centros escolares. Deseaban tener esos minutos que sabrían que iban a ser de más por el temporal para sí mismos. ¿Significa esto que eran malos padres? ¡Para nada! Hay momentos en que el hecho de ser padres, el hogar, el trabajo,… nos anula como personas. Es entonces cuando necesitamos tener momento para nosotros, ya sea en el baño, simplemente teniendo un momento de relax bajo el agua, o en mitad de un atasco creado por la nieve, el aire y la lluvia. Un momento para escuchar nuestra música a toda pastilla, disfrutar con una buena charla, o dedicarnos a contemplar la belleza que nos rodea, en forma de copos de nieve, sin más ni más.

Los niños dan la vida y nos hacen sentirnos vitales, más divertidos, más soñadores. Mas todos los hombres y todas las mujeres no dejan de ser nunca, niños y niñas a los que ya no les dejan, ni siquiera, con la nieve por el simple echo de ser adultos.

MORALEJA: Sabiduría popular anónima y ancestral para finalizar el escrito de hoy: “Helada de enero, nieve de febrero, aires de marzo y lluvia de mayo dan hermoso año”.

martes, 3 de febrero de 2015

REAPARICIÓN DEL PADRE DE LA REVOLUCIÓN CUBANA





Seis meses sin noticias de él. Los rumores sobre su empeoramiento dejaban de ser rumores para convertirse en una posible realidad.

Sin embargo, una vez más, unas fotos sobre Fidel Castro en el día de hoy en El diario oficial Granma acallan una vez más toda especulación sobre su enfermedad y deterioro.

En dichas fotos, se puede ver a un Fidel mayor (tiene 88 años así que su estado es más una realidad que un echo relevante), con porte cansado, sentado conversando con un estudiante Universitario cubano llamado Randy.

Cuando lo veo, sin ánimo de ofender a nadie ni en un lado ni en otro, a mí se me asemeja al abuelo de la arqueóloga iraquí nieta suya en el libro LA BIBLIA DE BARRO.

Sin parecer una spoiler de novelas, recuerdo que ese hombre, el abuelo de la arqueóloga, que pedía que le inyectaran trasfusiones de sangre y de todo para poder estar fuerte ante todos aquellos que entraban a conocerle y anhelaba verle moribundo, siendo un muerto en vida.

Fidel se retiró, de forma voluntaria o no, del mando en 2006. Sin embargo, casi ocho años después de su retiro, no doblega su imagen ni permite cualquier rumor o especulación entorno a su muerte.

Y es que, sin entrar en política, estar al frente de destino de Cuba durante casi medio siglo, hace que un antiguo militar con una fortaleza de las que pocos tienen dudas hagan que el refrán cobre vida en imágenes: “Quien tuvo, retuvo y guardó para la vejez”.

Siete instantáneas (al menos las que yo he visto) con las palabras de una entrevista que sin duda, a quien le interese todo lo relacionado con el Comandante y con Cuba, no debería dejar de leer.

Sin embargo,… ¿Es necesario una vez abandonado el mando, seguir mostrando la fortaleza del ayer? Está claro que no se trata de demostrar nada sino de que la gente siga viendo esa fortaleza que lo caracterizó en el ayer, sigue de su lado pese al tiempo pasado y la edad.

MORALEJA: Jean Jacques Rousseau dijo: "Pueblos libres, recordad esta máxima: Podemos adquirir la libertad, pero nunca se recupera una vez que se pierde".

domingo, 1 de febrero de 2015

LA GRAN MAMA, LA VECINA DE AL LADO, LA SEÑORA COLLEJAS





La gran actriz Amparo Baró falleció el pasado 29 de enero a los 77 años de edad.

Nacida en Barcelona el 21 de septiembre de 1937, era una de las actrices más completas, queridas y admiradas tanto en el cine, como en el teatro, como en televisión.

Sus grandes interpretaciones fueron premiadas durante todas su trayectoria profesional.

En 2007 fue galardonada con el Goya a la Mejor interpretación femenina de reparto por su actuación en Siete mesas de billar francés, uno de lo más ansiados por todos los grandes actores.

Amparo cosechó una infinidad de premios por su carrera tanto en el teatro (Premios Max en 2012 como Mejor actriz protagonista por Agosto (Condado de Osage)), como en televisión (Premios TP de Oro en 2004 como Mejor actriz de televisión por su interpretación en la serie 7 Vidas y en 2009, en la misma categoría pero esta vez por su interpretación en El Internado), como en el cine.

Sin embargo no fueron los únicos reconocimientos o galardones que obtuvo:

·        XVII Premio Nacional de Teatro Pepe Isbert de la Asociación de Amigos de los Teatros de España, en 2013.
·        Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, en 2012.
·        I Premio Ceres del Festival de Mérida por Agosto (Condado de Osage), en 2012.
·        Premio Actúa otorgado por la Fundación AISGE, en 2011.
·        Premio Florián Rey de las Jornadas de Cine Villa de La Almunia 2011, en reconocimiento a su larga trayectoria y, en especial, porque fue una de las personas que trabajó en el cine con Fernando Palacios, sobrino de Florián Rey.
·        Premio Matahombres de Oro de Zamarramala (Segovia), por su defensa de la igualdad de condición, en 2009.
·        Homenaje del 13º Certamen de Creación Audiovisual de Cabra, por su larga y destacada trayectoria teatral y cinematográfica, en 2008.
·        Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo, en 2007.
·        Premio Júbilo en reconocimiento a su trayectoria, en 2007.
·        Homenaje de la Casa del Actor, por su trayectoria profesional (conjuntamente con el actor Alfredo Landa), en 2006.
·        Palmera de Honor de la Mostra de València, en 2005.
·        Candidata a los Premios Zapping, por 7 vidas, en 2005.
·        Premio Ercilla por su trayectoria artística, en 2004, 1996.
·        Premios APEI-PRTV, por su trabajo en la televisión, en 2003.
·        Premio María Guerrero, en 1999.
·        Premio Asociación Independiente de Teatro de Alicante, en 1983.
·        Medalla de Oro del Espectador y la Crítica, en 1983.
·        Premio Círculo de Escritores Cinematográficos, en 1979, y en 2008, nominada por Siete mesas de billar francés.
·        Candidata a los Premios Mayte de Teatro (1976, 1982, 1992 y 1994).
·        Premio Miguel Mihura de la SGAE, en 1967.
·        Antena de Oro, en 1962.

Sin embargo, dentro de las artes escénicas, a mí personalmente me hubiera gustado ver recoger el premio del Goya Honorífico a Amparo Baró cosa que ya no será posible.

A veces la Academia del Cine Español, en su infinita sabiduría a la hora de repartir galardones, olvidan que hay actores consagrados que merecen ser reconocidos, no como una simple foto en el In memoriam que corre a toda prisa como si fuera algo fugaz durante gala.

Sí, soy muy consciente de que sólo hay un galardón por año honorífico y que hay muchos grandes actores que se lo merecen al igual que la desparecida Amparo Baró. Mas la grandeza de su arte, de su historia dentro de la interpretación era tanta y tan visible, que me duele pensar cual fue el motivo que llevo a esta gran actriz no recibir este galardón mucho antes. Subir al escenario durante la entrega de los premios más prestigiosos del cine español, delante de todos sus compañeros de profesión, arropada por los siempre agradecidos aplausos del público asistente a ese evento y hablar, es algo que ella no nos podrá regalar por desgracia ni este año ni los que han de llegar.

Mas para mí, si cierro los ojos, puedo verla como esa gran mujer que era, la GRAN MAMA de la pequeña pantalla, la GRAN VECINA DE AL LADO con su tuppers llenos siempre de grandes manjares y sus labios repletos de infinidad de buenos consejos con ese tono rojizo que la caracterizaba en la serie siempre del lado del trabajador y no del explotador capitalista (como ella solía decir), como la SEÑORA COLLEJAS a la que en la calle, incluso más de uno le había pedido una, según lo que ella comentaba en alguna entrevista televisiva, para sentir lo que era recibir una colleja de sus manos. La veo subiendo al escenario y la veo recibiéndolo de manos de su televisivo hijo Paco, ese Goya de Honor tan merecido.

Para mí, doña Sole, seguirá viva en cada risa que consiguió arrancarme, en cada actuación, en cada película, en cada momento que compartió con sus fans.

Ella era inmensa, era única, era increíble, era… ¡LA MEJOR!

Descansa en paz Amparo Baró.

MORALEJA: Cecilia Meireles dijo: "Hay personas que nos hablan y ni las escuchamos... hay personas que nos hieren y no dejan ni cicatriz… pero hay personas que simplemente aparecen en nuestra vida y nos marcan para siempre". Así era Amparo, así será para siempre.