lunes, 15 de septiembre de 2014

LOS JÓVENES TAMPOCO SE ESCAPAN





¡Madre mía! Será que ahora estoy más pendiente del comportamiento humano de la gente que me rodea y por eso, he acabado cogiendo cierta conciencia de que hay personas que tienen una forma algo rara, por no decir tremendamente extravagante, de comunicarse con el sexo opuesto.

Si ayer hacía hincapié en mis “colegas” de más de 46 y menos de 50, hoy son los de diecisiete a veintiuno como mucho, los que les toman de la mano el relevo. Es cierto, que como el comportamiento en manada (sí, he dicho manada y no es nada malo pues como no dejamos de ser animales, hay ciertos comportamientos que no nos son ajenos del todo) de los chicos jóvenes, es difícil diferenciar cuál de todos hace más el “animal”. Pero resulta, que no sé si por tanto “roce” al final ese comportamiento, al estar solos, también se manifiesta y puedes descubrir cosas como la que llevo varios días observando en varios especimenes que se han cruzado por mi lado así, como quien no quiere la cosa.

Antes de nada, un pequeño inciso. Se dice que el canto de un pájaro es sinónimo de alegría para muchos, incluso para muchos teóricos (casi nunca científicos) que han defendido a lo largo de los años que las aves pían por puro gusto, porque les divierte. Nada de eso. En realidad los auténticos expertos se debaten entre dos posibilidades: que lo hagan para atraer al sexo opuesto o para marcar su territorio. O más bien un poco de cada. Dicho esto, prosigo.

Si hace algunos años el señuelo para gustar a una joven por parte de un joven macho era el baile (en plan Ricky Martín moviendo las caderas como si no estuvieran unidas al cuerpo), en la versión 3.0 de la nueva forma de “cortejar” o de “llamar la atención” de las jovencitas, los movimientos han quedado en un segundo plano pasando a ser un canto animal, el de los pájaros, su forma de cautivar la atención de las féminas nuevas de la manada. Y no me estoy refiriendo al canto del cuco, o al de la cotorra, o al del gallo. ¡Que va! Sus gargantas entonan un sinfín de cantares animales que ni yo soy capaz de distinguir y eso que conozco más cantos que la media de la población pues procedo de una familia en que la caza ha estado siempre presente. Lo bueno es que esta nueva versión “recién estrenada” tiene, como todas las últimas versiones, sus pequeños grandes problemas. ¡A las mujeres no nos atraen mucho los pájaros! Bueno, a la gran mayoría. Somos más de ositos panda, de delfines, de ovejitas y siempre que sean de peluche nos conquistaréis con ellos desde los 15 hasta los cuarenta y muchos. ¡Somos simples! En ese aspecto (en el resto de ellos, los hombres son los que tienen la exclusiva de la simplitud de todo). Por eso cuando alguien oye silbar de esa manera TAN ELABORADA, como mucho, mirara hacia arriba, hacia el cielo o hacia las copas de los árboles de encima de sus cabezas, con la precaución de no ser bautizada con uno de los excrementos de los mismos que escucha (eso si los escucha que también es posible que ni los oigan).

En resumen, que si alguien te gusta no hace falta dárselas de Pavarotti de los pájaros y encima, desde la distancia. Échale huevos, acércate a ella y dile que te gusta. Al menos no te pasaras piándole sin que se entere de que existes por el resto de tus días.

MORALEJA: Hay un proverbio chino que dice así: “Un pájaro no canta porque tenga una respuesta. Canta porque tiene una canción”. Ser fieles a vuestro canto, jóvenes pájaros de juventud contagiados. Mas no olvidéis que la primavera pasa y en verano, hasta el canto es acallado por el cálido sol del atardecer.

domingo, 14 de septiembre de 2014

CUANDO LOS 50 ESTÁN A LA VUELTA DE LA ESQUINA



El paso del tiempo ha hecho que muchas cosas cambiaran a nuestro alrededor, evolucionando pese al inmovilismo al que parece que se nos ha sumido últimamente a mucho niveles.

Antes eran sólo las mujeres las que sufrían el denominado “cambio a la madurez” o menopausia mientras que los hombres, por ese grado extra añadido, podían sufrir, como mucho, la crisis de los cuarenta.

¡Las cosas han cambiado! La crisis de los cuarenta, a nivel masculino, a desaparecido para trasmutarse en una denominada “pitopausia” algo más rara que la que sufrimos las mujeres.

La menopausia, para nosotras, está asociada a calores repentinos o sofocos y fríos súbitos cuando nada tiene que ver con el ambiente que nos rodea. También la falta de la regla, la disminución de lubricación vaginal, las hormonas que suben y bajan mostrándonos el fin de una etapa, no son siempre agradables. Pero es una experiencia que va unida con el abandono de los hijos del hogar y que indudablemente va unida al denominado síndrome del nido vació que provoca en más mujeres que hasta ahora eran madres, una angustia añadida por la ausencia de sus hijos en el hogar conyugal.

Sin embargo, en los hombres que están a punto de cumplir los 47, 48 o 49, la denominada “pitopausia” les afecta también pero en un grado completamente distinto al de la mujer. Mientras las hembras añoran a sus pequeñuelos los machos, por el contrario, añoran esos momentos de júbilo, perversión y desenfreno que tenían cuando eran mucho más jóvenes. ¿Quiero decir con esto que los hombres no sientan la falta de los hijos en el hogar? Si bien no es bueno generalizar, está más que claro que pese a que esa sensación existe en menor o mayor grado en su interior, el hecho de seducir y retomar una edad más que pasada, es lo que emana a chorros por cada poro de su piel.

¿Es malo retomar una época pasada? ¡Para nada! Obviamente, la reafirmación de cada persona en su terreno es unipersonal e intransferible. Mas hay que tener en cuenta, que las personas a las que tratan de engañar, no son niñas o niñatas si no mujeres de veinti mucho o treinta y pocos que saben muy bien lo que quieren. Es en ese momento y no antes, cuando el demostrar lo que uno a conseguido en la vida, como si de un pavo real se tratara mostrando su pelaje en sus máximo esplendor para intentar seducir a esa hembra “nueva”, (como podrían denominarnos ellos ya que no debemos olvidar que jamás recuerdan un nombre aunque les venga la vida en ello) se aplica para poder llevarse el gato al agua (aunque tener una casa con piscina, jacuzzi o un puesto privilegiado dentro de la sociedad no convenciera a cuatro que todavía les falta un hervor para entrar dentro de la categoría de hembras). Si esto no funciona, hablar de lo disgustado que uno está con el sistema que organiza nuestro mundo, lo decepcionado con está con el ser humano, puede que consiga su propósito. Eso sí, justo después cuando parece ser que esta treta ha funcionado, surge un rasgo que no puede evitar un hombre ya pasado de vueltas y es, sin lugar a dudas, el fardar de las puertas que abre el conocerle. ¡Poco dura su farsa! Nadie que estuviera ciertamente enfadado con el sistema social, económico y político que nos ha tocado vivir, presumiría a boca llena de ser uno de ellos y sentirse orgulloso de sí mismo por ellos ya que en sí misma, una y otra afirmación, son contradictorias en sí mismas.

¡Pero en fin! Se trata de encontrar ese punto de excitación del ayer, ese morbillo inicial del que ahora ya sólo disfrutan en silencio metidos en la ducha imaginando a la secretaria de turno o a la camarera de donde han ido a comer mientras su mano les proporciona la única alegría que van a obtener tras el triste y arduo día de trabajo encerrados en el baño de sus maravillosas y grandes casas. Porque una cosa está clara: el arte del coqueteo, la destreza con las armas de seducción habidas y por haber, pese a los avances, pertenece de las mujeres les guste o no caballeros.

Claro que es posible que uno u dos consigan encandilar a alguien con esa retórica más bien pésima. Pero a la larga, el chasco tras ver que ella sólo buscaba algo que ustedes poseen más allá de su bragueta, les hará caer en un sopor más que profundo que el actual para hacerles ver que no se puede buscar más allá de lo que uno posee, no sin acierto, no sin talento, no sin porte y obviamente, no sin un discurso un tanto más elaborado del que suelen practicar en pubs, restaurantes y locales que ya no pegan con su forma ni su estilo de vida.

Para cruzar el río hay que mojarse el culo y no todos, y no por edad que yo considero que es un estado de ánimo más que de primaveras cumplidas, pueden soportar sentir tanta humedad sobre su cuerpo sin sufrir consecuencias más que lógicas.

Sin embargo, y por suerte, no todos los hombres son iguales al igual que no todas las mujeres somos iguales. El problema es que son tantos, y tantos, y tantos los que ves hacer el imbécil últimamente, incluso ocultando su verdadera edad diciendo que tienen hasta cinco, seis, siete o incluso hasta diez años menos de los que tienen si acordarse de que los surcos de la cara son como los anillos del tronco de un árbol, que resulta tristemente patético poder diferenciar trigo de la paja, nunca mejor dicho.

En la vida hay que saber estar y vivir el momento como se nos presente. Sólo siendo auténticos conseguiremos, tanto nosotras como ellos, lo que nos propongamos. ¡Eso sí! Dejaros de reinventaros pues obviamente, no se os da nada bien y quedáis como tristes maduros pochos más que como hombres sobradamente preparados.

MORALEJA: William Shakespeare dijo: “Malgasté mi tiempo, ahora el tiempo me malgasta a mí”. ¡No lo pierdan más fingiendo! Sean ustedes mismos y a lo mejor, tiene un poco más de suerte… en la vida.

AGUA





Si preguntáramos ‘¿Qué es el agua?’  la gran mayoría diría que es fuente de vida. La lluvia riega los campos y hacen crecer el trigo, la cebada, la fruta, el arroz,… En el mar se pescan los peces que son fuente de alimentación muy sana y nutritiva.

¡Sin el agua no había vida! De echo el planeta tierra posee tres cuartas partes de agua. Es por eso que cuando se busca la posibilidad de vida en otros planetas, lo primero que buscan es si existe agua en el terreno explorado.

Otro dirían que forma parte de tres de los símbolos del zodiaco: piscis, cáncer y escorpio.

El agua es la segunda energía más densa, después de la tierra. Ante un estímulo aplicado en cualquier punto de la misma, el agua responde vibrando en toda su extensión. Es por ello, que en la astrología el agua representa lo vulnerable, lo inestable y lo fácil de influenciar. Su color es el azul y el temperamento asociado a este elemento es el flemático. El agua es fría y húmeda, pasiva y es el segundo elemento más yin, tras la tierra.

Los signos regidos por este elemento expresan su energía motora a través de las emociones. Éstos se caracterizan principalmente por su sentimentalismo y todo lo que circunda al mismo: pasiones, anhelos, frustraciones, placeres, temores y todo el mundo psíquico. Viven en un mundo carente de lo físico y mental, donde los estados de ánimo y la extrema subjetividad cobran un papel fundamental.

Muchos dirían que es uno de los cuatro elementos (Agua, Fuego, Tierra y Aire aunque sin olvidar que en la cultura China son cinco, agua, metal, tierra, fuego y madera que se unen en un pentalfa como símbolo de equilibrio).

El agua, como símbolo onírico, es decir, en los sueños, puede tener connotaciones muy buenas o completamente nefastas.

Si se sueña con aguas tranquilas significan, que vienen buenos tiempos y que está en paz con su espiritualidad. Indica serenidad, rejuvenecimiento y aceptación de uno mismo. Si están limpias y puras esperamos lograr el éxito y la aceptación de nuestros semejantes.

Si en el sueño el agua está revuelta o sucia, se aconseja cautela. Debería reconsiderar sus decisiones y no quedarse atrapado en sus emociones negativas. Es posible que deba encontrar tiempo para clarificar su mente y encontrar la paz interior.

Si en su sueño se encuentra inmerso en agua turbia, quiere decir, que está desbordado por una situación o por sus emociones. Si sueña, que hay una inundación, quiere decir que se enfrenta a luchas y emociones difíciles.

Soñar con el agua en cantidades manejables o en entornos controlados (un lago, una piscina, una bañera, un río que se puede cruzar sin problemas....) supone fertilidad y renovación.

Si sueña que está en un barco tranquilamente, significa, que se está tomando un descanso. Tal vez un año sabático. O quizás debería cogerse uno. Puede que su mente se lo esté pidiendo.

Si sueña que está caminando sobre las aguas, significa que logrará superar los problemas, que se le presenten.

Si sueña, que el agua está estancada y huele a podrido, significa que va a ser engañado y se va a pelear con alguien.

Si en su sueño ves que te está hundiendo en el agua, significa que va a ser ninguneado por un superior y de una forma humillante y prepotente.

Pero, si sueña que ve hervir el agua, es de buen augurio y le anuncia suerte en los juegos de azar y en el juego.

Un trago de agua fresca tras un día aciago y duro es como un bálsamo que te refresca por dentro y por fuera.

Es más, el agua es el principal componente del cuerpo humano, que posee 75% de agua al nacer y cerca del 65% en la edad adulta.

Mas todo lo explicado, pierde su sentido cuando hablamos del agua como excitación de los instintos primarios del ser humano. Sexualmente el mar es un lugar atractivo que invita a acto sexual. Al igual que la lluvia, que pese a su estado más que melancólico, a muchos le provoca instintos más que devoradores cuando se acerca la época llamada de lluvias. Los lagos son un lugar místico donde encontrar o yacer con un amor. Los oasis suelen ser ese punto intermedio entre el cálido ardor del sol que nos sosiega el cuerpo pero a la vez, nos invita a mitigar también su calor desde dentro invitándonos a derramarnos en brazos del deseo en mayúsculas.

Y es que todas las explicaciones del mundo, no da explicación a como algo tan simple, con connotaciones mas bien frías y distantes, pueda llegar a motivar tanto al ser humano a dejarse llevar a los infiernos sexuales si hay un lugar húmedamente cálido que lo trasporte.

MORALEJA: Loran Eisely dijo "Si hay magia en este planeta, está contenida en el agua."



jueves, 11 de septiembre de 2014

OCHO MESES DE VIDA





Mi abuela siempre decía que lo peor que le podía pasar en esta vida, era conocer la muerte de un hijo. ¡Era su mayor temor!

Su corazón no andaba bien de salud y todos dimos por supuesto que no tenía porque temer pasar por esa desgracia. ¡Nos equivocamos!

El 26 de octubre de 2001 falleció mi tío a los cuarenta y cuatro años de edad tras un derrame cerebral. Se levantó de la cama, se mareo, se cayó al suelo y ya no despertó. Fue un duro golpe para nuestra familia pero sobretodo, para aquella madre sufría su peor temor en vida: ver enterrar a su hijito querido.

Perder un hijo va contranatura o eso dicen todas las madres. Por la lógica de la edad, son los hijos los que tienen que enterrar a los padres y no viceversa. Mas cuando te dicen que tu hijo o tu hija va a morir,… ¿Qué harías en sus últimos ocho meses de vida?

Emma Whitfield, una mujer de 32 años que trabaja como camarera en el comedor de la escuela infantil de Hull (Inglaterra) cuando le dijeron que su hija le quedaban poco meses de vida, no se lo pensó dos veces y trazó un plan magistral: hacer que todos los deseos de la pequeña se hicieran realidad.

Dando la vuelta magistralmente a su futura pérdida, le dijo a su hija, Evie, de ocho años, le pidió que se imaginara que era una reina y que escribiese todo lo que haría si tuviera la suerte de estar en tan privilegiada situación. La niña lo hizo y entre sus deseos se incluían una visita a Disneyland, patinar sobre hielo, tener un perrito, y por supuesto, conocer a los One Direction. Diez meses después de que Emma supiera que su hija se moría de un tumor cerebral, se marchó con toda su lista de deseos cumplida. Su madre, que ha fundado una organización llamada ‘Evie’s Wishes’ para ayudar a niños que pasen por lo mismo que pasó su hija, dice que todos los recuerdos de esos últimos meses viendo y haciendo realidad sus deseos, son tan bellos que la están ayudando a sobrellevar el duro trance tras su pérdida.

Además, esto hace pensar que la fuerza de una sola persona, con amor, mucho amor, puede llegar a conseguir lo que se proponga y más cuando el regalo, el ver la sonrisa y la felicidad en la cara de su hija, no tenía precio.

Ojala todos aquellos que tanto tienen, económicamente claro, y que se han dedicado a robar a dos manos de las arcas del estado, valoraran más a las personas que el dinero. Mas es pedir peras a un olmo y más cuando, pese a ser muy conscientes de todo lo que está sufriendo el pueblo, siguen haciendo oídos sordos a su sufrimiento.

Evie cumplió sus deseos antes de morir gracias a su madre Emma. ¡Con eso me quedo! Todo lo demás, como no, ha dejado de tener sentido hace mucho tiempo.

La felicidad no se guarda en una billetera, ni en una maquina registradora, ni en una caja blindada, ni en un banco. La felicidad se disfruta, se vive y se ilumina en el rostro de todos los que aman.

El corazón recuerda para evitar el llanto y es así como la felicidad perdura pese a que el peor trago, la muerte de un hijo, haya hecho mella en una vida antes de tiempo.

MORALEJA: Una gran madre, Teresa de Calcuta, dijo: "Cuanto menos poseemos, más podemos dar. Parece imposible, pero no lo es. Esa es la lógica del amor".

miércoles, 10 de septiembre de 2014

LA CANCIÓN DEJÓ DE SONAR (poema)



LA CANCIÓN DEJÓ DE SONAR

Sonaba mi primera canción
el día que te conocí.
Hasta entonces desconocía
que era la música.
Por fin mi sueño
se tornaba real
y, junto a él,
las más bellas notas
se deslizaban entre nosotros
acompañados hasta el beso
final de nuestro inicio.

Un pasodoble fue testigo
de nuestros bailes de muchachos.
Me aferraste a tu cuerpo.
Desde entonces
fuimos sólo uno.
Aquella noche fue
eterna para nosotros,
cuajada de estrellas,
la más dulce, la más bella.

Pronto llegaron
los acordes nupciales
al borde de un pasillo
con flores guarnecido.
No nos habíamos
acostumbrado aún a ellos,
cuando una bella canción de cuna,
inundó nuestras vidas.
No sonó otra cosa para los dos
durante muchos años.

De pronto, un tango cruel
nubló nuestras vidas.
Me acercabas para alejarme.
Me alejabas para quererme.
Me amabas sólo si sentías perderme.
¡Nunca fui de tangos amor mío!

Tras aquello ya no tuvimos
nada musical entre ambos.
La coplas me susurraban
aquello que un día soñé tener.
A ti, eran otros cantares
los que te alegraban
las mañanas, las tardes,
… todas las noches.

Me harté de esperar
desde tu casa a mi casa,
pues ya no era la misma.
Me aburrí de esperar,
en la ventana,
ver amanecer el día
sobre una cama tan fría
que me helaba la vida.
Me cansé de esperar
una nueva canción
en nuestras vidas.

“¡Se acabó, mi amor, se acabo!
Ni una nota queda ya
de nuestra banda sonora”
escribí tras nuestra
partitura como despedida.
¡Aún sigue allí
la nota sin ser leída!
Mira qué poco te importó
hasta nuestra muda despedida.

martes, 9 de septiembre de 2014

ÉL ES EL JEFE (relato)





Pese a que dicen que le hábito no hace al monje, en una empresa si llevas traje, tienes despacho propio y no todo el mundo puede hablar contigo sin lugar a dudas eres un “jefe”. Pero hay otro hábito que sin querer pone a una en su lugar y este, sin duda, era una bata azul y una fregona.

Llevaba tres meses limpiando aquella empresa. Al principio éramos dos chicas, pero con los recortes, era yo la única que iba y se pasaba desde las cuatro de la tarde hasta las diez de la noche, limpiando como podía aquella inmensa nave con laboratorio y oficinas. Todo tenía que ser limpiado: mesas, lavabos, vestuarios,…

Un día de esos malos, de esos que todos tenemos como mínimo una vez al mes, llegué a la empresa y no había nadie. Había una reunión de personal no sé muy bien donde, pero los teléfonos no paraban de sonar y nadie los cogía. Yo fui a buscar mis cosas para empezar a limpiar cuando desde la calle entró ‘El Jefe’ como alma que lleva el Diablo.

-         ¿Es qué no oye como suenan los teléfonos? – me espetó vociferando.
-         A mí no me grite.
-         Pues… ¡Cojálos! – esa orden me gustó menos que nada.
-         Le he dicho,… Que NO me grite
-         ¿Qué no me entiende? ¡¡¡COJA EL TELÉFONO!!! – me enfocaba el teléfono como si estuviera hablando con alguien que no le entendiera y gritando más fuerte al final.
-         ¡¡¡QUE NOOOOOOOOOOOOOOOOOO ME GRITEEEEEEEEEEEEEEE!!! – le alcé la voz por encima de él acercándome de forma agresiva clavando mi mirada en la suya sin pestañear.

No aparté la mirada. Seguía frente a él, mirándole sin inmutarme de que el fuera más alto, sin inmutarme de que él fuera el jefe, sin inmutarme por nada. No sé cuanto tiempo pasamos así. Los teléfonos dejaron de sonar o al menos, yo no los escuchaba y creo que él tampoco. Sentí un rubor extraño acalorar sus mejillas. Cuando tome consciencia de que su miembro había crecido inmensamente dentro de su bragueta por aquella no cesión de poder, me sentí poderosa. Jamás me hubiera imaginado que un hombre que parecía tan poderoso en aquella empresa, le gustara que quedaran por encima de él aunque sólo fuera por el tono de la voz. Pero se excitó. Y estaba allí, ante mí, como esperando órdenes.

Lo que pasó después no puedo entender aún ni como lo hice. Le cogí por la corbata y le llevé a su despacho. Él no pronunciaba palabra y yo sólo pude decir de forma imperativa: ‘¡Ahora mando yo!’

Cogí una silla, la puse en medio de su despacho. Lo empujé para atrás. Me quité la bata. Debajo de ella sólo llevaba un short y un top rosa. Cogí la bata y le até las manos a la espalda. Me miraba pero no decía nada. ¡No tenían que decir nada! Su excitación era visible en todo su cuerpo. Aquello le gustaba y mucho.

Liberé a su bestia ardorosa de su prisión con un brusco movimiento de muñeca. Se notaba que aquel gesto le había hecho un poco de daño pero sus ánimos no desfallecieron por eso. ¡Seguía duro! ¡Seguía firme! Esperando a que yo hiciera o deshiciera lo que me diera la gana con él.

‘¡Ahora mando yo!’ Le dije mirándole de nuevo fijamente a los ojos. El asintió de forma servil con la cabeza. ¡Como me estaba gustando todo aquello! Tener el poder, dominar, poder estar por encima de alguien,… Era un goce nunca antes sentido y que no podría describir con palabras.

Me bajé el short. Me quité el top. No llevaba ropa interior. Cuando vio que estaba completamente desnuda frente a él. Su sexo cogió una dimensión nueva de dureza. Me puse sobre él. Me introduje su sexo en el mío y empecé a moverme con firmeza. La primera vez, pude sentir como su sexo me llenó por entero. Pero no paré, seguí firme, primero muy lento. Podía ver su cara derretirse de placer. Me gustaba estar encima, ver que no podía tocarme, sentir que yo tenían en mi cuerpo la llave de nuestro deleite. Empecé a incrementar mi ritmo pélvico. Notaba como estaba tan duro que estaba a punto de irse.

-         ¡No puedes correrte! ¡NO! – grité y se contuvo. Pero no dejé de moverme y cada vez era más complicado para él no derramarse.
-         ¡No dejo que te corras! ¡Sigue empalmado! – le grité mientras seguía moviéndome más y más fuerte.
-         ¡No te corras! ¡Sigue empalmado! ¡No te corras! – seguía ordenándole y él, con un esfuerzo sobre humano, me obedecía sin rechistar.
-         ¡Sigue duro! ¡Sigue duro! ¡Sigue duro! – ya había perdido yo misma el control pero quería seguir, sitiándole dentro, muy duro.

Estaba que no podía contener mi orgasmo y le miré a los ojos fijamente antes de derramarme diciéndole: ‘¡Ahora! ¡¡¡CORRETE AHORA!!! ¡¡¡CORRETE PARA MÍ!!! Sí…’

Fue un orgasmo bestial el que recorrió su cuerpo y el mío. Sentir su ardor dentro de mí me gustó tanto, que me quedé encima de él un buen rato mientras él trataba de recuperar las pulsaciones.

Sin duda él era el jefe. Siempre lo sería. Pero hoy, había sido yo la que había estado por encima de él y sobre él. ¡¡¡PURA GOZADA!!! Ojala se repita pronto pero en otro lugar.

lunes, 8 de septiembre de 2014

¿SE SIGUE SIENDO MUJER SIN PECHOS?



‘¿Se sigue siendo mujer sin pechos?’ Desde que escuché esta frase en la película Erin Brockovich me resultar tan pesada como una losa que no me permite respirar. No se trata de averiguar si un árbol suena en mitad de un bosque vacío. No se trata de una ensoñación femenina de coquetería. Se trata de elegir entre la vida y la muerte llevando sobre tu piel visible, de frente, las heridas de esa elección.

Cuando en mayo de 2013 Angelina Jolie decidió someterse a una doble mastectomía para reducir las altas probabilidades de desarrollar cáncer de pecho ya que los médicos le habían aconsejado la cirugía debido a que su herencia genética aumentaba el riesgo de contraerlo, su decisión fue tomada como un símbolo de valentía, de enfrentarse al problema con un método muy doloroso pero que sin lugar a dudas, la prevenía de un futuro que ya conocía demasiado bien.

¿Qué es una mastectomía? La mastectomía consiste en la extirpación de la mama completa. Existen diferentes tipos de mastectomía: mastectomía "simple" o "total", mastectomía radical modificada, mastectomía radical, mastectomía parcial y mastectomía subcutánea (con preservación de pezón). Se considera una operación de las más dolorosas. El efecto psicológico que luego provoca la desaparición de los pechos, suele ser muy duro. 

Sin embargo actos como el que hace cuestión de unos días ha protagonizado la modelo, cantante y diseñadora Bimba Bosé mostrando su cuerpo al natural en la portada de 'Vein Magazine' tras su mastectomía son un modelo a seguir dando fuerza y valor a todas las mujeres que en estos momentos están sufriendo por un cáncer de pecho o están intentando superarlo, como Bimba, que ha reconocido que está siendo tratada con quimioterapia.

¿Se sigue siendo mujer sin pechos? ¡SÍ! ¡Claro que sí! Una mujer no es parte de su cuerpo sino mucho más. La mujer es fuerza, coraje, valentía. La mujer se recupera, se supera, se eleva en cada paso que da en la vida. La mujer es amor puro y sin condiciones. Si alguien duda en algún momento que el acto de no tener pechos la hace menos mujer que recuerden una cosa muy sencilla: al nacer, al ser niños, los pechos ni siquiera existían y no por eso éramos menos nosotras. Sólo pasábamos por una etapa en la que las mamas, estaban sin desarrollar.

Cada etapa de la vida nos hace más fuertes. El periodo de tener que ver una herida de superación en tu piel es sólo otra etapa de la que saldrás. Tras haber ganado la batalla, dura, cruel, dolorosa, te mirarás al espejo de frente, sin miedos y dirás: ¡Esa soy yo! ¡¡¡TODA UNA MUJER!!!

No se trata de lo que llevamos con nosotros si no lo que nos hace mejorar tanto por dentro como por fuera como personas, como seres humanos, como mujeres.

La belleza de unos pechos siempre quedará eclipsada por la valentía de una mujer que no teme mostrarse tal y como es.

¡Ser genuina e única es la clave! Y todas nosotras lo somos… ¿Sabéis por qué? Porque tenemos la enorme suerte de haber nacido mujeres. ¡No olvidéis nunca!

MORALEJA: Timothy Leary dijo: "Un hombre soporta el dolor como un castigo no merecido; una mujer lo asume como su patrimonio natural. A las mujeres que pretenden ser iguales que los hombres les faltan ambición."