Cuanta la historia que en plena lluvia de mentiras por parte de personas de cierto poder, de individualismos, de crisis económica, humana, social,… se divisaron por los montes una leona.
La gente de los alrededores iba a la montaña para ver si podían verla. La naturaleza, un animal salvaje fuera de su entorno, su cabellera, su grandeza,… por unos momentos se olvidaban de lo que les rodeaba y parecía que esos instantes los hacía ser mas humanos, menos animales.
Pasaron los días,… la gente aseguraba que la habían visto pero que se asustaba y se iba. Que era un hermoso animal, que debían capturarlo por la seguridad del animal, por la seguridad de las personas que la montaña paseaban.
Se preparó un equipo para buscar a la leona y devolverla a ese lugar del que provenía. Estuvieron varios días buscándola hasta que la realidad les hizo abrir los ojos. Lo que todos creía que era una bella leona era sólo un perro salvaje grande. El equipo de rescate de la leona aseguró que intentaron adormecer al perro pero que no había sido y que lo habían abatido por seguridad.
¿Qué vieron las personas que aseguraban que era una leona? Si verdaderamente huía al ver a las personas, ¿Porqué no pudieron dormir al perro salvaje? ¿Era el perro salvaje o no daba glamour capturar a un perro cualquiera?
Los días han pasado,… La historia de la leona sólo es un vago recuerdo en la mente de los curiosos que visitaron el lugar en la busca de una imagen, de libertad, de riesgo, de ganas de una realidad diferente. La historia del perro salvaje acabo en el momento que este cayó muerto al suelo. Nadie pensó mas en él pese a que por unos días nos había hecho olvidar que ya no hay que saludar con dos besos ni con la mano porque puedes contagiarte algo, de que nos han robado una y otra vez pero con guante blanco, de que nos habían tomado el pelo una y otra vez con mentiras y mas mentiras y mas mentiras. Ese perro que para ellos era salvaje y peligroso no recibió ni una despedida digna de un animal, que pese a su vulgaridad tan humana, había conseguido mas que otros animales mas humanos pero mas animales.
Nos es mucho pero supongo que esa alma de perro en libertad merece que le despida medianamente dignamente con este epitafio:
“Si en la vida existió un rayo de esperanza un día de otoño te lo debemos a ti que pese a ser salvaje nos diste la oportunidad de con tu brutalidad animal ser un poquito mas humanos. Dondequiera que estés,… vaga feliz dulce amigo.”