viernes, 30 de octubre de 2015

EL FALSO RESCATE



Bien sabían el pasado martes el estado sobre donde estaban sus tres militares cuando decidieron decretar el secreto de sumario. Sin embargo, hasta hoy no se ha comunicado que el Capitán José Morales Rodríguez, el Teniente Saúl López Quesada y el Sargento Jhonander Ojeda Alemán estaban dentro de la cabina del Superpuma accidentado el pasado 22 de octubre cuando regresaba a la base de Canarias.

Mientras la información obtenida el pasado jueves de que un helicóptero Marroquí avistara un los militares en una balsa con bengalas y que posteriormente fueran rescatados por un pesquero también marroquí, con la llegada de Morenés a la zona el pasado viernes todos respiraron más angustiados. Sin lugar a dudas, algo había pasado para que en plena era de móviles, de conexiones vía internet y demás dispositivos militares de los que desconocemos, los militares no hubieran establecido comunicación alguna ni con sus familias, ni con sus amigos, ni con sus compañeros.

De nuevo más especulaciones sobre un posible secuestro y más datos inconcretos que hacían que todos se aferraran a un clavo ardiendo mientras en su interior la esperanza iba muriendo un poco más cada día.

Hace apenas unas horas, las familias han sido informadas de que José, Saúl y Jhonander estaban dentro de la cabina del helicóptero siniestrado poniendo así un punto final más que agridulce a un falso rescate que nunca existió.

Ahora vienen las preguntas… ¿Desde cuándo el Ejército Español confía en lo que otros dicen para salvaguardar la vida de sus propios militares? Quizás si desde el minuto uno se hubiera hecho todo lo que hubiera sido posible por no sólo confirmar sino para RESCATAR SINCERAMENTE a José, Saúl y Jhonander, posiblemente haría ya días que esto hubiera finalizado y quizás incluso pudiéramos hablar de algún superviviente. Pero no, los trabajos de “rescate”, los trabajos de “búsqueda” no empezaron hasta que el ministro de Defensa puso un pie en Canarias, ni un minuto antes. ¡GRAVE ERROR! Uno más de esta falsedad llamado Estado Español.

No estuvimos en Irak ni entonamos un NO A LA GUERRA que dio la vuelta al mundo. Lo del 11M fueron los miembros de ETA y no las consecuencias de una intromisión en una guerra que no reportaba nada bueno a nuestros militares. El único culpable del accidente de tren de Santiago de Compostela se produjo el miércoles 24 de julio de 2013 fue sólo el conductor del mismo y no ADIF, ni siquiera el estado por las deficiencias de la red ferroviaria y la falta de arreglos dentro de la maquinaria al servicio del trasporte ferroviario. Ahora, los tres militares españoles José, Saúl y Jhonander no fueron rescatados a tiempo porque los tenía un pesquero marroquí a bordo y la inteligencia española, incluso el propio ejército español, se conformó con esa versión de los hechos porque… ¿Para qué cuestionar nada si puede solventarse esperando sentados en una cómoda silla de un despacho?

Ahora, como está mandado, las banderas hondearan a media asta, se lucirán crespones en los ayuntamientos de donde eran los militares, se hará un funeral de estado y se pondrán muchas fotos en periódicos que facilitaran la información que les dejen publicar sobre el asunto. Pero la verdad, la única verdad, es que se sabía que el Capitán José Morales Rodríguez, el Teniente Saúl López Quesada y el Sargento Jhonander Ojeda Alemán habían desaparecido el pasado 22 de octubre y hasta el 23 de octubre por la noche, no se empezaron las tareas ni de búsqueda ni rescate. ¡¡¡DEMASIADO TARDE!!! Un día tarde.

MORALEJA: De nada pueden servir ahora ni los pésames, ni los lamentos, ni las muestras de soporte a familiares y amigos. Lo que verdaderamente hará que la herida cicatrice es que dejen de otorgarse esta clases de licencias de búsqueda a personal ni cualificado, ni despierto, ni vivo para dar una reacción lo suficientemente rápida como para salvar tres vidas. Los tres militares no fallecieron por ahogamiento si es lo que dictamina la autopsia el día de mañana cuando se realice. José, Saúl y Jhonander fallecieron porque no se les rescató a tiempo, porque no se hizo nada por salvar sus vidas hasta que ya era demasiado tarde. Da igual que ahora venga el Presidente, o el mismísimo Rey a estrechar la mano de los que lloran sus pérdidas porque se fueron demasiado pronto. El daño infligido no se cura con un apretón de manos. ¡Nada de crepones negros! Se hicieron mal las cosas desde el principio y ahora, hay que depurar responsabilidades. Tardaron un día en empezar a buscarlos. ¿Cuántos días pasaran para que dejen a sus almas descansar en paz esclareciendo la verdad?

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