sábado, 8 de agosto de 2015

¡UN SUEÑO! SÓLO ESO (poema)



¡UN SUEÑO! SÓLO ESO

Me desperté
una mañana cegada
por tu sonrisa
madura dibujada
más allá de tu cara.
No éramos dos,
habían muchos más
a nuestro alrededor.
Mas yo sólo podía
fijarme en ti,
aquel hombre
que jamás había conocido.

Llegó el mañana,
y te quedaste conmigo.
“¡Esto no es un sueño!” Me dije.
Cuando te toque al alargar
tu mano sabía que no dormía,
que todo era tan real
como el golpear acelerado
de nuestros corazones
cuando nos besamos.

Hubo un segundo día
e incluso un tercero.
Si el olor a peligro
se derramaba en nuestros
cuerpos entrelazados,
yo jamás lo noté.
Me embriagaba la pasión
de un hambre retrasada
que había anidado desde
hacía mucho en ambos.

Hubo un cuarto,
un quinto desde el inicio.
Ya no recordaba cuando
no existías en mi vida.
Sólo disfrutaba
intensamente del ahora,
del poder deslizarme
por tu pecho y sentir tu beso
protector más allá de mi frente.

Llegó el sexto, séptimo y el octavo.
“¡Un sueño no dura tanto!”
Pensé mientras me cogías
la mano para cruzar aquella calle
que jamás nos verían cruzar a oscuras nadie.

El noveno no existió para nosotros.
La realidad se coló por aquella
ventana tan absurdamente abierta
dejando escapar una mañana
todo lo que yo deseaba no perder nunca.

Hoy es el décimo día amor.
¡Un sueño! Sólo eso.
Si tú no estás,
no deseo soñar más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario