martes, 27 de enero de 2015

LA EUROPA DEL EURO: CRISIS Y EVOLUCIÓN






En 2002 el euro se extendió por los 15 países que entonces formaban la comunidad económica europea. Convivieron con la moneda de cada país (peseta, franco, lira,…) hasta que se llegó su absolutismo “reinado” del terror.

No fue algo que notaríamos de golpe en nuestras vidas, en nuestros bolsillos. Pero a la larga, toda aquella ilusión de ir al cajero el 1 de enero de 2002 después de las campanadas de fin de año, se nos convertiría en llanto, en desesperación.

El redondeo era una gran putada (da igual que esta palabra pueda herir algunas sensibilidades. Esa fue nuestra verdad) pues todo el mundo lo hacía a la alza.

Los sueldos parecían abultar muchos menos en nuestras carteras y duraban cada vez menos. Estar en Europa nos costaría caro, pero eso aún no lo sabíamos.

Todo parecía muy progresivo, algo que casi nadie se esperaba. Hoy se quedaba este sin poder invitar y no pasaba nada, pagaba otro. El ir al cine ya no era accesible para todos pero en casa también uno estaba bien, sobretodo con televisión por cable. El gasoil ya no era tan rentable como antes, aunque se seguían vendiendo coches. Todo fue subiendo de manera cada vez más elevada. El poder adquisitivo disminuía y no quisimos darnos cuenta. Buscamos un segundo empleo, un tercero. ¡Todo valía! Continuar con nuestra vida era primordial para cada uno de nosotros.

Mas el tercer empleo falló. El segundo desapareció. Y el tercero se topo de bruces como la plaga española del siglo XXI: los ERES habían llegado.

Cuando todo no podía empeorar, hubo un cambio de Gobierno, una reforma laboral que beneficiaba al Capitalista, no al trabajador. El paro subió en España. La pobreza que nos arrolló tras la Guerra Civil se hacía de nuevo visible en un país Europeo, no tercermundista. El hambre, la falta de recursos, los desahucios, los robos de “guante blanco” que dejaban visiblemente al aire que todos los dirigentes, sin distinción de colores o de ideales, se habían lucrado a manos llenas.

Eso pasaba en España pero no era la única que sufría las consecuencias del Euro.

Grecia, Portugal, Francia, Italia les seguían muy de cerca.

Grecia perdía sus ahorros al intentar mantenerse en la eurozona, ahora compuesta por 19 países, que nada velaba por sus ciudadanos. Un de cada tres personas, estaba en el límite de la pobreza. Con los reajustes impuestos por el “eurogrupo” los griegos arrastrarían una deuda de más de trescientos millones (175% del PIB) en 2013. Mas lo peor de todo no era la falta de recursos sino las nuevas políticas que dejaban a los ciudadanos griegos sin seguridad social, teniendo que hace hospitales privados y voluntarios, atendieran a ese tercio de la población sin apenas derechos.

Llegaron las elecciones de 2015. El 25 de enero se proclamaba con la victoria Alexis Tsipras, perteneciente al grupo Syriza, un partido de extrema izquierda. El miedo hizo temblar los cimientos del toda la eurozona. No deseaban un partido que tuviera como prioridad el alivio de la deuda contraída y, sobretodo, el aumento del gasto social.

Sin embargo la evolución ya se nota incluso cuando apenas se ha producido un cambio sensible en lo más importante. Los que respiran ahora el miedo en el ambiente no somos los de siempre, y eso se ve en la prensa, en la bolsa, en los movimientos de capitales, en las decisiones tomadas precipitadamente. Algo está cambiando, para bien o para mal eso el tiempo lo dirá. Mas se puso un freno de emergencia necesario para volver a empezar. Primero ha sido Grecia, pero España, tarde o temprano le seguirá.

El cuento no ha acabado, pero al final, o eso deseamos, por fin, aunque no podamos comer perdices, podremos volver a comer, y eso ya es un gran final.

MORALEJA: Abraham Maslow, psicólogo estadounidense conocido como uno de los fundadores y principales exponentes de la psicología humanista, dijo: “Hemos llegado al punto de la historia biológica donde somos ya responsables de nuestra propia evolución. Nos hemos convertido en autoevolucionadores. La evolución significa seleccionar y, por tanto, escoger y decidir, y eso significa valorar”.

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