martes, 27 de enero de 2015

CRÍMENES IMPERFECTOS: DOROTHY





Hay veces que se cuestionan las palabras de una persona. ¡No es nada malo cuestionar al prójimo! Es mas, incluso puede ser que ese punto o puntos de vista diferentes, hagan que la propia persona evolucione y aprenda, o faciliten que los que no desean ver lo obvio, abran los ojos.

Otras veces se trata de desprestigiar al prójimo, sin más ni más. ¿Por qué? Porque la estupidez humana es infinita. ¡Así de simple!

Pero no sólo en el afán del desprestigio se basa la infinita estupidez, sino en hacernos creer que todo… fue casual.

¿A qué me refiero? Bueno, dejarme hacer un pequeño inciso. El pasado viernes vi en la televisión un programa titulado Crímenes Imperfectos. Hablaban de Dorothy, una mujer con depresión que había aparecido muerta en su casa, en su cama, con un tiro en la sien, con un arma en una mano del calibre 22’. Junto al cuerpo de Dorothy, se encontraron tres cartas de despedida: dos para su esposo y una para su hermana. Dorothy, en aquel momento, estaba embarazada de su tercer hijo de poco tiempo.

Su marido estaba en el club de oficiales, sus hijas estaban dormidas en sus camas. Nadie había forzado la entrada. Todo hizo sospechar que Dorothy, se había suicidado.

Un año después, su marido era detenido por el asesinato de Dorothy. ¿Cómo puede ser que lo que parece un suicidio acabe demostrándose que fue un asesinato? Los pequeños errores son los que hacen que la verdad, tarde o temprano, salga a la luz.

El marido de Dorothy, cometió varios errores en el asesinato en el posterior duelo tras la muerte de su mujer. Sin embargo, uno que me llamó particularmente la atención fue que tras asesinarla, cerró con su lengua los tres sobres de las cartas supuestamente de despedida de su mujer.

Tramar un complejo asesinato para hacer que parezca un suicidio y luego meter la pata en lamer un simple sobre para cerrarlo, hizo que Chris fuera investigado.

Fueron muchas las pruebas que se encontraron en contra de Chris después del ADN de los sobres. A sus compañeros, por ejemplo, del club de oficiales, les había dicho que iba a llamar a su mujer. Pero una de sus compañeras, que también fue a llamar unos minutos después, no lo vio. Sin embargo, el no apareció hasta veinte minutos mas tarde y sin la chaqueta que llevaba cuando había dicho que iba a llamar. Dicha chaqueta, en las fotos de la escena del crimen, apareció bien colgada en el mango de la puerta de la habitación donde su mujer supuestamente se había suicidado. ¿Quién ve a su esposa o esposo muerto en la cama y cuelga bien la chaqueta detrás de la puerta?

Todos cometemos errores. ¡No somos perfectos! Es por este motivo que las cosas no son lo que parecen ni parecen lo que son.

Quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra dice un versículo de la Biblia.

No sabemos cuanto pasará hasta que el supuesto suicidio de Alberto Nisman sea completamente esclarecido. Lo que hay que tener claro, y eso es vital para desenmascarar la mentira y dar luz a la verdad, es que todos, todos, todos, cometemos errores. Parecen cosas simples, insignificantes, casi imperceptibles. Ahora bien, en el día a día, un lo siento o enmendar la acción en cuestión si se puede, es francamente como el pan nuestro de cada día.

Sin embargo, cuando de muertes hablamos, es mucho más difícil rectificar nuestros actos por muchas cuestiones. La primera y más vital es el hecho de arrebatar una vida. Todo lo demás, son lo que demostraran a los demás que nosotros fuimos los que dimos muerte a un inocente.

MORALEJA: Winona Ryder en el papel de Susanna Kaysen en la película Inocencia Interrumpida, decía: “Cuando no quieras sentir la muerte puede parecer un sueño. Pero ver la muerte, verla de verdad, hace que soñar con ella parezca ridículo. Quizás haya un momento, mientras creces cuando todo se revela. Quizás buscamos secretos por no fiarnos de nuestra mente”.




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