sábado, 2 de agosto de 2014

JUVENTUD, DIVINO TESORO





La juventud es bonita pero a la vez es estúpida. Cuando una niña o un niño que están empezando a ser adultos piensa que los estudios es una perdida de tiempo, reprenderles es como estar poniendo en sus manos todas las claves para que dejen los estudios. Sin embargo, dejarles hacer también es un error y es que en cuestión de nuevos adultos, nada es fácil y menos con los adolescentes.

Pero en el ámbito que la adolescencia es más preocupante es el sexual. Pese a la información que tiene ahora, tanto niñas como niños, en lo que al sexo se refiere, en España hay más de cien niñas menores de 15 que dan a luz al año.

Es la adolescencia una época de cambios a muchos niveles. También el descubrimiento sexual llega llegada la etapa adolescente. Sin lugar a dudas, ni la información, ni los consejos, ni nada sirve si no se quiere escuchar.

¿Es importante el sexo? Sí, es importante el sexo, pero no debe de tomarse como una cosa a la ligera. Hay que entender que una relación sexual implica intimar con otra persona. No es fácil abrirse a una persona verbalmente y a la primera (o al menos en mi caso) como para exponerse a cualquiera que te asalte en un pub o en una discoteca con intenciones de ligoteo o mayores.

¿Son más peligrosos los chicos que las chicas? Depende de lo que entendamos por peligroso. Los chicos están mas predispuesto a cualquier tipo de encuentro sexual sea del tipo que sea. Sin embargo, son las chicas a las que les gusta llevar la iniciativa ya sea seduciendo o creando en su mente un tipo de historia que les ayude a imaginarse como la protagonista de ese momento.

¿Se puede hacer algo por evitar que tu hijo o tu hija cometan alguno error? Esta es la pregunta del millón. Hay que ser muy conscientes de que NADA, absolutamente nada de lo que nos propongamos o les propongamos, evitará que pase lo que tenga que pasar. La información, la confianza con los padres, el poder hablar de estos temas de forma liberal y abierta ayuda siempre. Pero no todos estamos preparados para ver a nuestros pequeños activos ya sexualmente hablando. ¿Qué es lo que hay que hacer entonces? Confiar en ellos y pensar que todo lo que hemos hecho hasta la fecha de la adolescencia, ha sido para encaminar a que este periodo vital sea más llevadero tanto para nosotros como para ellos.

Sé que cuesta creer que nuestro hijo o nuestra hija se hacen mayores. Pero es el ciclo de la vida y lo único que nos queda al resto, como padres preocupados y responsables, es esperar y ansiar que elijan bien pues nosotros no estaremos siempre cuando decidan hacer o no algo cuando tratan de encontrarse a sí mismos durante el paso de la juventud a la madurez. ¿No es una actitud un poco pasota la de no hacer nada? ¡No se trata de eso! Ni imponer ni de pasar sin pena ni gloria por los problemas de los hijos. No debemos olvidar que hasta que cumplan los dieciocho, sin duda tanto ellos como nosotros, somos responsables de sus actos. Pero también abogo al recuerdo que conservamos de nosotros a su edad y de lo que hicimos y dejamos de hacer. ¡Nadie debía decirnos lo que teníamos que hacer! Era la frase que la mayoría de mi época (soy de la generación X). Sin embargo, cuando nos volvemos padres y pasamos al “lado oscuro”, por así decirlo, olvidamos esa época de rebeldía sin darnos cuenta de que nada de lo que nos pudieran decir, nos hubiera ayudado a tomar un camino u otro. Pese a todo eso, ahora somos padres y estamos dispuestos a formar a una nueva generación de adultos. ¡Formar! No dictar. Eso es diferente. Y aunque suene repetitivo, sólo en la confianza que depositemos en ellos y sus acertadas decisiones como en nosotros y nuestras posición como padres abiertos al dialogo, está la clave para hacer esta época durilla, mas tolerable para ambos.

MORALEJA: Jaume Perich, (1941-1995) humorista español, dijo: “La gente joven está convencida de que posee la verdad. Desgraciadamente, cuando logran imponerla ya ni son jóvenes ni es verdad”.

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