lunes, 7 de julio de 2014

ME PROHIBIERON A TI (poema)



ME PROHIBIERON A TI

Toque tu cuerpo y me queme las manos.
¡Nunca supe mirar las advertencias!

Aliviar las llagas pululantes de mis dedos,
sufrir con el dolor de las heridas,
vendarlas y curarlas a diario,
sí que me harán aprender la lección
(o eso es lo que me digo, para engañarme).

¡Tú no podías estar prohibido!
El riesgo merecía la pena.
Acercarse, sentir la mente
arder por algo más intenso
que el propio deseo,
me hizo sentirme viva
(jamás sabrás cuanto).

¡Odié conocerte!
Deseo que lo sepas.

Ni premeditado, ni destinado tampoco
(mi vida era muy simple para incluirte.
Desechaba que hay personas
que se cruzan con otras sin
existir motivo alguno.
Desconocía que serías
mi motivo certero
para perder la razón.

Al final, lo desconocía todo,
excepto que estabas vetado para mí.
¡Me excitaba sentirte así!
La censura de tu cuerpo
me calcinaba desde adentro.
Fue inevitable acabar quemándose.

¡Me duelen las manos!
Agujeré cada llaga para eliminar
lo inoculado en cada una de ellas.
¡De nada sirvió!
El veneno había calado hondo
y solo la sangre podía aliviar,
un poco, aquel tormento.

La vi brotar. ¡Me recordó a ti!
(Extraña forma de verte
tan unido a mi sufrir).

Pasaron los días.
Las heridas no se calmaron aún.
Las sigo atando, curando a diario.
‘¿Aprendí la lección?’ Me pregunto.
Quizás yo sí. Mas mis manos…
nunca tuvieron cabeza.

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