domingo, 9 de marzo de 2014

CARTA PARA MI AMOR INMORTAL (epístola)


 

Sábado, 8 de marzo de 2014

 

Mi dulce cielo, mi amor inmortal,

 

¡¡¡ERES TODO MI MUNDO AMOR!!! Sí, tienes razón, la mañana no avanza y este crepitar de segundos que se contienen para distanciarte de mí, me corroe por dentro. Quisiera injuriar el tiempo. Quisiera maldecirlo en presente, de cara, de propinarle devastadores insultos contra su persona y contra sus muertos por ser tan tremendamente cruel de alargar sus acónitos cuando estás lejos de mí. Pero temo que se revele aún más y que sea tan cruel de alargar sus minutos hasta convertirlos en semanas o en meses o en años. ¡¡¡POBRE DE MÍ SI ESO OCURRIERA!!! Pues sin verte la vida no sería vida y preferiría mil veces más la llegada de la muerte que este sufrir constante de estar esperando a un amor condenando a no regresar nunca por culpa del tiempo.

 

¡¡¡OH DIOS!!! Cuan cruel es el mundo para dos personas que se aman. Si nos odiáramos, si no nos soportáramos, si nos aborreciéramos, seguro que ya estarías aquí a mi lado. Sin embargo, no puedo contener los latidos de mi corazón que se apresuran cada vez más cuando pronuncio tu nombre. Es como si mi boca en vez de pronunciar su anhelo más deseado absorbiera toda la esencia vital de alrededor para convertirlo en una droga que se inocula en mi ser cuando pienso en ti, en que estás muy lejos, en que no te tengo a mi lado. ¡Me mata este veneno mortal! 

 

Sólo deseo pasar mi tiempo contigo, poco o mucho, pero a tu lado.

 

Amar es duro. ¡Lo sé! No es nada fácil permanecer impasible cuando esta soledad te atraviesa por entero de norte a sur el cuerpo dejándome apenas sin fuerzas para respirar.

 

Mas cuando llega la hora señalada, tu beso es como la más potente descarga que hace resucitar mi ser por entero dejándolo bien vivo para poder disfrutar de días que pasan como si fueran segundos a tu lado. ¡MALDITO TIEMPO! Ni cuando estamos juntos nos da tregua.

 

Apenas han pasado diez minutos desde que recibí tu e-mail y puede leerlo y me parece un siglo lo que llevo escribiendo.

 

Sólo decirte que te espero, que anhelo tu llegada, cualquier cosa que venga de ti me llena el alma de ilusión plena.

 

Los indomables minutos pasarán lentos, extremadamente parsimoniosos, pero pasarán. Llegará el momento que tanto ansiamos y por fin, podremos fundirnos en ese abrazo sanador, en esos besos salvadores de mi alma, en ese amor que hace que nuestros cuerpos sigan vivos.

 

Te amo mi dulce amor y siempre, siempre, siempre te amaré.

 

Tu amada,

 

 

AMOR

 

PD:

¡Siempre tuya!

¡Siempre mío!

¡Siempre nuestros!

 

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