jueves, 1 de agosto de 2013

DESPEDIDA SIN ADIÓS (poema)


 
DESPEDIDA SIN ADIÓS

 

Quiero arrancarme estos harapos

que me han puesto pues huelen a mortaja,

a enfermedad, a quirófano higienizado

tras una pérdida súbita donde el temblor

y la ausencia de una vida que se marchó

sigue reflejada en las baldosas blancas del mismo.

 

¡Yo no he muerto! No aún.

Sólo es un malestar súbito

que me atravesó por entero,

que me hizo caer al suelo,

que confunde a todos los que quiero.

 

Sigo aquí, viviendo entre una cama

con las sábanas demasiado blancas

y la ausencia de privacidad en un cuarto

compartido con un extraño.

La gente que entra, sale

y que no la conozco de nada.

¿Qué hacen tantos

extraños aquí conmigo?

 

Estoy bien, ya puedo irme,…

¿Es qué nadie me escucha?

No puedo oírme ni yo

y eso sí me asusta.

Los pitidos han empezado a menguar

y el aire ya no es potable para mis pulmones.

¡Dios ahora no! Tengo tanta vida por delante.

 

Descarga, masaje,… todo inútil.

– ¡Era tan joven! – ha dicho alguien

al verme tumbado ya sin vida.

¡He muerto! Ahora si,…

y tengo miedo, mucho miedo,

de quedarme por siempre aquí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario