sábado, 15 de junio de 2013

¡SÓLO EXISTEN LAS MANZANAS ENVENENADAS! (poema)


 
¡SÓLO EXISTEN LAS MANZANAS ENVENENADAS!

 

Me alcanzó en la oscuridad nocturna,

tétricamente misteriosa.

Me dominó en forma,

voluntad, esencia.

Se paró mi corazón en seco,

inundándome el alma de tinieblas.

Caí presa de un amor

que no entiendo,

que no me entiende,

que me condena a la indiferencia.

Dejé un mundo aburrido,

renuncié mi anhelo falso

de buscar, encontrar, disfrutar

un incomprensible amor.

Me rendí al espectro del casorio,

para ilusoriamente no estar sola.

 

¡Fui estúpida!

Una niña cursi,

una niña mala,

una niña rara.

Cansada de cuentos

me abandoné a la corriente

para pudrirme entre

cuatro paredes siendo

la perfecta esposa,

la amante iniciada,

la madre fervorosa.

 

¡Fui estúpida!

Me imaginé

un afecto que inexistente,

un estremecimiento

que reside sólo en la ficción,

para sucumbir en los sueños.

 

¡Nadie ama!

¡Nadie busca amor!

 ¡Nadie quiere estar con otro!

 

No hay zapato de cristal,

ni calabaza encantada,

ni hadas madrinas.

¡Sólo existen las manzanas envenenadas!

Procura nunca comer una.

 

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