viernes, 24 de mayo de 2013

TANTO TIEMPO HA PASADO YA…



 

Sales al mundo, con unos padres que te quieren y te aman. Pronto, quizás demasiado pronto si eres aún un bebe, llegan hermanos o hermanas que te hacen perder la atención de aquellos que te quieren.

 

Pasan los años y te fortaleces para, poco a poco, hacerte independiente.

 

Cursas unos estudios, encuentras, al final de estos, un empleo, quizás conozcas a alguien con el que compartir tu vida, empiezas a vivir en pareja y parece que todo va bien.

 

El trabajo cada vez es más duro pero como es salud,… te dejas llevar por la inercia del día a día.

 

Llamadas por teléfono, quejas, preocupaciones, gritos, malas caras, envidias,… Parece caberse por momentos una tumba bajo tus pies y tú eres el único que no la ves.

 

Un día tu cuerpo, no tú, frena en seco. Pierdes el mundo de vista, todo se nubla, y cuando recobras la visión estás con suero en un box de un hospital cualquiera. Intentas comprender que haces ahí, te asustas, recuerdas la agenda de la semana que viene y te dices que no puedes permitirte ni un minuto tumbado. Tu cuerpo no reacciona. Pese a que quieres moverte no te hace caso. ¡Lo has agotado!

 

Pasan los días, ingresado, y son pocos, contados siete días. Sales por tu propio pie del hospital y cuando llegas a casa,… un burofax te informa de que ya no perteneces al mundo laboral. ¿Por qué? Temen que no te recompongas, o peor aún si eres mujer, que estés embarazada. En el fondo son buenas personas porque,… lo hacen por tu bien. Con un finiquito que no alcanza para cubrir lo que tendrás que pagar el año que viene a hacienda si consigues trabajar aunque sea en dos trabajos un mes o una semana. Pero los días pasan, el paro se consume, las entrevistas escasas o nulas. Mucha gente para pocos trabajo.

 

Se acaba el dinero y no tienes ayuda pues no tienes hijos. A vivir del aire si es que quieres seguir viviendo. ‘¿Qué hago?’ Te preguntas. Si dinero no hay casa, ni medicamentos, ni comida, ni coche, ni nada. ¿Qué hago? Mientras tanto las noticias que unos y otros han estado llenándose los bolsillos a dos manos con dinero negro, con dinero público, invaden diariamente las portadas de las noticias, de la prensa, de cualquier charla de la calle (hasta parte de la realeza como si ellos tuvieran que conformarse con un sueldo misero que escasamente llegó algún mes a alcanzar los mil euros).

 

No hay nada por lo que luchar, salvo el amor y parece no tener la fuerza suficiente cuando el hambre empieza a llamar a tu puerta.

 

¿Qué haces?...

 

 

 

MORALEJA:

 

Ahora que nada tengo que nada me queda,

ahora que me pongo en mundo por montera,

ahora que ya no preciso de salario, ni trabajo,

que tener treinta y pocos es señal de ser innecesaria,

ahora que parece que ya no me quede

nada por lo que seguir luchando,… aparezco yo

ante mí, me descubro a mi misma y me digo,…

“¡¡¡ESTA SI QUE ES UNA BUENA RAZÓN

PARA SEGUIR LUCHANDO DÍA A DÍA!!!”

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