miércoles, 6 de marzo de 2013

CONSPIRACIONES MUDAS


Que el pueblo piense no es bueno. Que el pueblo opine no es bueno. Que el pueblo tenga una visión diferente no es bueno. Que el pueblo ejerza sus derechos no es bueno. Que el pueblo se revele no es bueno. Así podría seguir hasta quedarme sin folios o acabar dormida sobre el teclado del ordenador pero la verdad, que pese a lo que opine una gran mayoría, el poder no radica en el poder del dinero sino en el poder de la mayoría, del pueblo, de la gente.

 

Si miramos atrás y vemos la historia es fácil saber esta respuesta. Por ejemplo, si miramos las causas de la Revolución Francesa encontramos (según Wiki) que en términos generales fueron varios los factores que influyeron en la Revolución: un régimen monárquico que sucumbiría ante su propia rigidez en el contexto de un mundo cambiante; el surgimiento de una clase burguesa que nació siglos atrás y que había alcanzado un gran poder en el terreno económico y que ahora empezaba a propugnar el político; el descontento de las clases populares; la expansión de las nuevas ideas ilustradas; la crisis económica que imperó en Francia tras las malas cosechas agrícolas y los graves problemas hacendísticos causados por el apoyo militar a la Guerra de Independencia de los Estados Unidos. Esta intervención militar se convertiría en arma de doble filo, pues, pese a ganar Francia la guerra contra Gran Bretaña y resarcirse así de la anterior derrota en la Guerra de los Siete Años, la hacienda quedó en bancarrota y con una importante deuda externa. Los problemas fiscales de la monarquía, junto al ejemplo de democracia del nuevo Estado emancipado precipitaron los acontecimientos.

 

Si seguimos repasando la historia, en 1917, El zar de Rusia, Nicolás II, se vio forzado a abdicar. Este acontecimiento marcó el fin de varios siglos de gobierno imperial autocrático, y la monarquía desapareció cuando el zar y su familia fueron asesinados en misteriosas circunstancias por los bolcheviques.

 

Nicolás II, fácilmente influenciable, no acertó muchas veces a escoger a sus ministros y  sus consejeros, muchos de los cuales fueron tachados de incompetentes o de corruptos. Por otra parte el zar era un marido devoto de su mujer y de su familia, que prefería la tranquilidad de la vida privada a cualquier cosa. Tuvo cuatro hijas, y finalmente, el heredero Alexis, que sufría la enfermedad de la hemofilia. Esta fue una de las causas de que, tanto el zar como la zarina Alejandra, se dejaran influir por embaucadores, especialmente por el disoluto y legendario Rasputín.
El desastroso conflicto con el Japón (1904-1905) creó un desorden revolucionario en toda Rusia y, aunque el zar se vio forzado a promulgar una constitución, no obstante permaneció ciego ante las necesidades reales de su pueblo. El estallido de la primera guerra mundial fue una terrible conmoción para Rusia y el principio de una guerra civil con disturbios en las calles y motines en el ejército y en la marina...
El affaire Rasputín complicó todavía más la situación de la familia imperial, abocada a un trágico final.

 

Y seguro que si seguimos buscando, encontraríamos más y más datos históricos que sin querer o queriendo, nadie, en especial los que tienen ese “poder” imaginario toman en consideración. Una frase que decía mi profesora de historia era “Aquellos que ignoran su historia están condenados a repetirla” (sé que la frase no es suya pero yo hoy se la tengo que otorgar a ella, porque cuando la escuché la primera vez, quedé francamente fascinada de la solemnidad es esas palabras). Pese a todo, pese a que sabemos lo que pasó y la fuerza que tenemos, no seguimos creyendo esas “conspiraciones mudas” no tan silenciosas que apartan a una persona publica muy MANCHADA POR UNA VERDAD REALMENTE INCOMODA QUE EL MISMO OCULTABA, que ignoraba una y mil veces LAS NECESIDADES REALES DE SU PUEBLO, con una “baja” de larga duración MUY CUESTIONABLE. ¿No creéis que es demasiada casualidad que nos quiten de delante a esa personalidad? ¿Qué buscan con ello? ¿Lástima? ¿Pena? ¿Perdón? ¿Comprensión? ¿Respeto? Eso no se busca y menos cuando se ha escondido muchas veces la realidad palpable hasta dejar al descubierto que según su visión, los que peores lo pasan, son los que no tienen para un nuevo coche, o para unas vacaciones en Baqueira, o una estancia en el Palacio de Mirabent, o para un nuevo viaje al fin del mundo. No, señor, no. Quien lo pasa peor es el que NADA TIENE no el que por privilegios adquiridos, encubre usted aun no se sabe por que. Una cosa está clara, en la calle, en casas embargadas por los bancos, en cementerios yacen NOMBRES DE LAS PERSONAS A LAS QUE USTED, Y PERSONAS COMO USTED, por no decir la verdad, HAN LLEVADO A LA MISERIA, A LA PERDICIÓN, A LA PENURIA, A LA POBREZA Y LO PEOR DE TODO,… A LA MUERTE.

 

En fin, ya lo dice un dicho: “El harto no se acuerda del hambriento”. Es una lástima saber que una vez más, esto se cumple sin remedio y si con mucha FALSA ENFERMEDAD LARGA.

 
MORALEJA: Dijo Juvenal: “El pueblo, del que en otro tiempo dependían el gobierno, la justicia, las fuerzas armadas, todo, ahora se desentiende y sólo desea con ansia dos cosas: pan y circo”. ¿Pero si no hay nada? ¿Qué sustentara al pueblo? Las ansias de que esas ANSIAS sean saciadas de nuevo

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