domingo, 31 de marzo de 2013

ACARREANDO CARDO (poema)


 

ACARREANDO CARDO

 

 

Acarreo con un cardo ilusorio, gigantesco;
galante por fuera y podrido por dentro.
Me mata su ponzoña respetuosa.

Quiero regalarlo, cederlo, mas

nadie lo coge de mis manos.


No lo quiero creciendo aquí,

me estorba su sombra,

el rubor de su boca me molesta.

Me inquieta su silencio desde

por la mañana hasta el crepúsculo.

Lo decoré con lo más preciado

que poseía,… se llevaron todo menos a él.

Lo pinte de grana y oro,

lo perfumé de gloria magna,

lo alimenté con agua bendita,

… ¡Nadie lo quiso!


¡Llévenselo se lo ruego!

Trasládenlo por piedad,

por mi suplica constante,

por que me quieran

un poco o nada.

No busco vivir más,

ni tener menos,

ni pretender alargar el mañana.

Sólo deseo librarme de este cardo.

 

¡No soporto más su dulzor violado!

 

No tengo fuerzas para ahogarlo en sal,

para envenenarlo de lluvia,

para sacrificarlo ante el rugiente

sol de verano de las llanuras andaluzas.

Pese a todo, un día lo quise.

¡No puedo matar algo que amé!

 

¡Llévenselo se lo ruego!

Aléjelo de mí por mi bien.

¡Sólo pido eso!

 

No puedo quedarme a su lado un día más.

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