Paseas
por un pueblo o una ciudad y no has dado cuatro pasos cuando encuentras el
primer el cartel: SE TRASPASA. Das una vuelta para dejar tu curriculum y raro
es que no te encuentres tres naves seguidas donde ponga un segundo cartel
diciendo SE VENDE.
Dos
carteles simples, sin muchas palabras pero que dan la visión tan acertada de
cómo es el hoy por hoy en este gran país de Europa que un día fue
verdaderamente grande sin pertenecer a nada ni a nadie sólo siendo eso, un país
con su moneda, con sus deudas y deudores, con sus malas o buenas decisiones,…
pero sin tener que rendir cuentas de nada.
Un
día, y mira si fui ilusas, creí que ya que estábamos dentro de este corral de
campesinos artos de pan que no sólo se habían llenado los buches sino también
los bolsillos, alguien de un país vecino, podría ayudarnos a despojarnos de
toda la chusma, de toda la morralla, de todo el lastre que arrastrábamos para
poder vivir al menos,… un poco mas holgados. ¡Fui muy ilusa! A la que se dijo TODO ES FALSO SALVO ALGO se bajaron
bragas y calzoncillos al suelo para decir,… si hijo si, yo también paso por tu
aro para que me la metas doblada y encima con una sonrisa de oreja a oreja. Los
que parecían fuertes, con los que podíamos considerar las cabezas de un mal
invento llamado CEE se tragaban las sartas de mentiras de gentuza con las manos
más sucias que su alma. Los que tenían que ayudarnos resultaron ser tiernos
corderitos a los que se zamparon de un bocado las absurdas infundadas y las
mentiras a medias. ¿Y sabéis por qué? Porque no lo dijeron en español sino en
alemán y eso, queridos amigos, siempre tiene un plus aunque sólo sea por quedar
bien.
En
fin, una vez mas la soga bien atada y sin otras manos que las nuestras para
poder intentar zafarnos de esta cruel tortura. ¿Cuánto aguantaremos sin poder
respirar? Eso no lo sabemos pero las ganas de dejar de vivir,… las hemos
empezado a asumir ya.
MORALEJA: Da igual de donde seas. No importa si vas o vienes.
Da igual si conoces a este o aquel. No importa si robaste o eres un asesino. Lo
que verdaderamente importa es hasta donde estas dispuesto a llegar por seguir
siendo un cabrón. Si la respuesta es hasta donde haga falta,… te abrirán
caminos imposibles sino que te harán gobernante de por vida. ¡Ese es el
secreto! No tener escrúpulos, no tener cabeza, no tener corazón.
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