Hola
grandullón,
¿Qué
tal estás? Espero y deseo que muy bien.
Te
explico: tú ya sabes que yo no soy,… bueno que mis ingresos son pocos. Pues mi
pareja el otro día me puso un tinte violín muy chulo porque no podía ir a la
pelu y mi amiga Alicia vino a verme. Me había visto días atrás y le encantó mis
nuevos reflejos lilosos. ¿Quién te lo ha hecho? ¿Dónde has ido? Le dije que a
ningún sitio y ella me dijo si yo le podía dar un tinte a ella. ¡¡¡Claro
mujer!!! Quedamos para el sábado y vendría también su pareja. Cenaríamos en
casa después del teñirla.
Vino
y estaba preparando la cena. Alicia,… ¿Hay que echarlos de casa a los hombres
para estar a solas? Le dije y ella los envió a comprar diciéndoles que tenían
que tardar como mínimo dos horas.
Empezamos
a hablar mientras preparaba el tinte para ella. Su pareja no le gustaba hacerlo
con condón, ella no puede tomar pastillas ni parches, él se masturbaba cada
noche para no tener que tocarla, ella estaba buscando a otra para satisfacer
sus deseos porque con el vibrador no era suficiente, que si no le comía ni
siquiera el sexo porque a él no le gustaba,… Estuvimos elaborando una escapada
de chicas para buscar a su amante perfecto que debería ser mulato porque,… la
tienen más larga (eso me lo confesó ella que ya había tenido un contacto con
uno antes de su actual pareja). Hablamos de momentos muy íntimas mientras entre
risas nos íbamos regalando los oídos con todo lo que deseábamos sexualmente en
un hombre: caricias, pasión, experiencia (mayor siempre de 40), buena herramienta,
mucho aguante, morbosidad,… (¿Te suena la descripción de alguien? Mmmmmmm).
Empecé a ponerle el tinte. Seguíamos hablando y riendo cuando ellos entraron.
Nos callamos. Si haberlo casi imaginado ya habían pasado dos horas.
Nos
fuimos al baño y le empecé a lavar la cabeza enjuagando el tinte y poniendo una
mascarilla después de lavar la cabeza. Ella se quitó la blusa para no mancharse
de agua y yo el pantalón por lo mismo. La situación era muy sensual incluso
pese a que las dos somos heteros. Se podía sentir la tensión sexual en el
ambiente. Yo no podía creerlo.
Ella
empezó a acariciarme las piernas. La puerta del baño estaba abierta de par en
par y nuestras parejas conversaban a pocos metros. Eras muy morboso y
excitante. Yo le mojé sin querer los pechos con la ducha. Cogí una toalla y
empecé a limpiarle el escote con cuidado. No se como ni porque, le corrí el
sujetador y empecé a acariciar sus pezones erectos con la toalla con
fuerza,…Ella empezó a gemir conteniéndose un poco. Su mano seguía acariciándome
las piernas. Empecé a gemir de placer yo. Su mano iba subiendo por mi pierna
hacia arriba y yo ya había dejado sus dos pechos al descubierto a los que
estaba colmando de suaves caricias, de pellizcos llenos de pasión y deseo. Ella
alcanzó mi sexo con su mano y tuve un orgasmo de la impresión. Solté un grito
tan delicioso que en el comedor nuestras parejas pensaba que nos había pasado
algo… ¡No pasa nada! El agua que ha salido helada de golpe,… acerté a responder
entre la falta del aire y la aceleración del cuerpo. Nos miramos y empezamos a
reírnos mientras nos serenábamos y volvíamos a ser nosotras. Fuimos al comedor,
le corté un poco las puntas y el flequillo mientras nos reímos por todo. Ellos
no sabían que decir y nos miraban de forma como confusa (pero no se habían dado
cuenta de nada). Le empecé a secar el pelo con el secador y pasando mis manos
por sus cabellos noté como sus pezones volvían a ponerse firme de nuevo. Me
excitó mucho volver a verla excitada. Seguía secándole el pelo sin poder dejar
de mirar su escote, su blusa que parecía trasparente de lo mucho que se le
marcaban los increíbles y grandes pezones (las dos teníamos grandes pechos).
Estábamos
las dos muy excitada pero ya había dejado de secarle el pelo y no podía seguir
tocándola delante de nuestras parejas sin levantar sospechas. Estaba tan
sensual con su pelo color avellana con reflejos naranjas que pensé una buena
excusa para alejarnos un rato de nuestras parejas. Alicia, ¿Puedo pervertirte
un poco? Le dije delante de nuestras respectivas parejas. Ellos se miraron
confusos y a ella se le pusieron rojas las mejillas. Ven que te voy a hacer una
fotos con tu nuevo look,… Ellos respiraron tranquilos y ella se sintió aliviada
de tener otro ratito para nosotras solas. Entramos en una habitación de mi piso
y le dije que quería que mirar a la cámara pero que las fotos sólo serían de
cintura para arriba. Le dije que tenía que parecer que estaba desnuda así que
se quitara la camisa y se bajara los tirantes del sujetador.
Ella
posaba y empezó a seducirme poco a poco con sus poses, moviendo su pelo,
mordiéndose el dedo, humedeciéndose los labios. Me estaba excitando mucho y
ella también estaba ardiendo. Dejé la cámara y empezamos a despojarnos de la
ropa. Nuestras parejas podían entrar en cualquier momento y no podíamos
desaprovechar esa oportunidad de dejarnos llevar por el momento. Empezó a lamer
mis pechos mientras yo no dejaba de acariciar todo su cuerpo con ansias. Me
tumbó y empezó a comerme salvajemente el sexo. ¡Dios! No podría contener mis
gemidos y cogí una almohada para ahogar mis gritos de placer. Ella se estaba
tocando mientras me daba placer a mí. Podía notar cuando llegaba al orgasmo
porque su boca se apretaba mas contra mi sexo ardiente, muy húmedo,
entusiastamente caliente.
Le
alcancé la boca y se la aparté de mi sexo. Ahora le tocaba disfrutar a ella.
Cogí mi vibrador y me lo metí en mi sexo ardiente de placer. Tenía otro pequeño
y se lo introduje a ella por el ano,… ¡¡¡Le encantó!!! Mientras las dos
disfrutábamos de los vibradores y las caricias, yo empecé a saborear poco a
poco su sexo. Ella tenía que acallar sus alaridos contra la almohada. Estaba
disfrutando como una loca y no podría dejar de correrse una y otra vez en mi
boca que no paraba de chuparla y lamerla toda su esencia de mujer.
Ella
alcanzó mi boca y me tumbó cogiendo mi vibrador que estaba dentro de mi y lo
hizo moverse como si me estuviera follando ese cuarentón que nos faltaba a las
dos en nuestra vida con experiencia para follarnos a placer bien folladas. Gritábamos
las dos y casi no pensábamos en los que estaban a pocos metros de nosotras y
que podían oírnos.
Ella
no podía dejar de masturbarme cada vez con más fuerza con vibrador y yo creía
que me iba a morir entre un orgasmo y otro, y otro, y otro, y otro,… ¡¡¡ERA
INCREÍBLE!!!
Oímos
unos pasos acercándose e intentamos serenarnos de golpe. ¿Va todo bien?
Preguntaba su pareja dando golpecitos en la puerta. Nos vestimos y salimos
riéndonos como sin nada hubiera pasado. Lo que pasó en aquella habitación se queda
para ella, para mí y para la cámara de fotos. Jamás llegue a pensar que podría
disfrutar tanto del sexo con una mujer.
Como
ves nos faltaba ese cuarentón con experiencia para poder hacer satisfacer más
bajos y sedientos deseos inconfesables. ¿Conoces a alguien que puede
satisfacernos a las dos?
Besitos
húmedos,
CRAZY
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