martes, 14 de febrero de 2012

‘LE MONDE’ SE HA VUELTO LOCO

Cuesta ver una ciudad que fue cuna del nacimiento tan próspera como fue la Grecia en llamas como si Nerón (fue por Roma pero es para que os hagais una idea visual clara) volviera a quemarse entre el fuego y a conservar sus escasas lágrimas en una pequeña copa que tapa cada vez que derrama una y que está casi vacía. Pero el refranero español es muy claro en este aspecto en cuestión: “A perro flaco todo se le vuelven pulgas”. Aún sigue la revuelta en nuestro país hermano que ahora se ha anunciado que Bruselas expedienta a España por desequilibrios económicos excesivos (el procedimiento puede desembocar en sanciones de hasta el 0,1% del PIB si el Gobierno no adopta medidas correctoras que sería una sanción de mil millones de euros). ¿Qué os parece? No sólo a decretazos vamos a enderezar el país que ya ralla la locura de apretarse el cinturón (vamos, que este cinturón tan, y tan, y tan justo que tenemos no se lo podría poner mi sobrina recién nacida y eso que sólo ha pesado 3,750 kilos).

No sólo estamos perdiendo el trabajo, el poder adquisitivo, el poder vivir tranquilamente, sino que cada vez desde un sitio y de otro se nos estrecha más y mas el cerco. Somos como un zorro en plena caza del mismo acorralado por cien mil millones de cazadores armados, montados sobre caballos (sobre un puesto mas elevado no cabe duda) y con tiro claro hasta nuestra pobre persona. ¡¡¡DISPAREN SEÑORES!!! No correré mas porque no me han dejado ningún lugar dónde pueda descansar mi malgastado cuerpo hambriento, cansado de luchar, arto de tener que bajar la cabeza, humillado por haber perdido hasta esa casa que me servía de refugio y algunos de los que ahora se sientan en sendos caballos juntos a ustedes, me arrebataron sin piedad y por la que me siguen haciendo pagar. ¡No voy a huir! ¡¡¡DISPAREN YA SEÑORES!!! ¡¡¡Acaben ya con mi sufrimiento!!! Por no dejarme, no me han dejado ni ganas de vivir ni la suerte de morir con dignidad. Luego pueden tirarme a una cerca y enterrarme en una tumba sin nombre o comerse mis restos si a bien lo tiene para sus muy amplios barrigones que jamás ajustaron con CITURÓN ALGUNO. ¡¡¡DISPAREN!!! Ahora soy yo quien lo pido.

El fin del zorro, tú, yo y él,… no es otro. Moriremos tarde o temprano a manos de unos o de otros pero las escopetas ya están cargadas por doquier y sólo esperan el momento para que el tiro sea LO MAS CERTERO POSIBLE.

MORALEJA: En la película POR SIEMPRE JAMÁS se hace una réplica delante del heredero de un libro llamado UTOPÍA de SANTO TOMÁS MORO que parafraseando le dice a su alteza: “Arrojáis a vuestra gente a la pobreza, exprimiéndolos al máximo y luego los castigáis,… eso da ha entender que los hacéis ladrones y luego los castigáis por sus delitos”. ¡Hoy lo dejo aquí! Sólo con esas palabras.

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