miércoles, 2 de noviembre de 2011

“SI NO E VERO E VEN TROBATO”

Parole, parole, parole,… repetía una canción que ahora no para de resonar en mis oídos. Un mar de sílabas que se entrelazan para enlazar lo inlazable.

Trabajo, responsabilidad, orgullo (de forma virtualmente escondida) se unen esta vez como estandarte de unas siglas que nadie aclara de una puñetera vez que verdad lleva oculta porque aunque quiera ser optimista, apostar por alguien, darle un voto de confianza,… ¿Cómo confiar en alguien al que ya han engañado y no se ha dado ni cuenta?

¡No se que haría sin ellas! … y lo ha dejado ahí. ¿Bonito? Mas bien patético y algo deplorable. No se puede ir de niña acusica (jamás lo he sido no voy a serlo ahora) pero confío plenamente en el tiempo, en ese tiempo que pone ORGULLOSAMENTE a cada cual en el sitio que debe ocupar. Mientras tanto yo a trabajar en mi sitio, dónde siempre, dónde me siento cómoda, dónde la gente con la que habla ME MIRA A LOS OJOS y no EVITA MI MIRADA.

Los que tienen cara de circunstancia se quedarán después y conversaremos para aclarar esas caras,… pero el hambruna de saber no era tanta como el hambre por un plato bien preparado en algún restaurante cercano bien iluminado.

Parole, parole, parole,… la canción sigue sonando pero es la misma que la de hace un mes. Antes en un alemán impositivo, rotundo, inquisitivo y ahora suavizado por un italiano que ante la duda, el hacerse el colega gracioso, siempre ayuda para salir de los apuros impuesto, en teoría, por otros.

¿Lobos con pieles de corderos? Bueno, su opinión ha sido la de tiburones que suena a mas sed de todo (logros, beneficio, ambición). Sed de sobrevivir por no morir en el intento,… ¿Seguro que él lo está intentando? Mi italiano no es tan amplio, ni tan completo, ni tan dulzón,… en un castellano muy castizo que sólo tiene una palabra y hoy de viva voz se la ha callado. Hoy, por el hecho de que todos merecemos una oportunidad, se ha callado mi boca,… ¡Sólo una oportunidad! Con cara de poker y a expensas de que se caiga,… y con la esperanza de que él sólo sepa quitarse la venda de los ojos antes de caer pero sabiendo con una certeza casi sublime que antes morirá de rodillas antes que alzar la voz que verdaderamente oculta para alzarse y “luchar” por cualquiera de nosotros.

Un pesimista es un optimista bien informado. No es ser mala, no se trata de montar castillos en la arena que luego arrastrarán las olas,… se trata del aquí, se trata del ahora, se trata de muchas cosas y de nada en concreto. Se trata de luchar juntos para ganar,… ¿En qué bando luchará él? Esa es la única verdad. ¡EN EL SUYO PROPIO!

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